Capítulo 5: "Alegría y dolor"

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Una pequeña castaña se encontraba sentada en un escritorio dentro de una modesta habitación escribiendo en un cuaderno, mientras pensaba: Aquí tengo anotado todo el camino que el equipo de fútbol de mi ciudad viene recorriendo hasta este momento, todo el camino que ha sido guiado por ti Tsubasa, sin duda has sido la luz que ha guiado no solo al equipo de mi escuela a obtener un campeonato de soccer en mi ciudad, porque si bien no ganamos el partido, el empate nos sirvió para compartir el primer lugar del campeonato junto al Shutetsu. Gracias a tú gran talento para este deporte, has llevado al equipo de mi ciudad a la final del campeonato nacional estudiantil de soccer, siempre te estaré agradecida por ello, será la primera final que veré y animare, si animare, como lo vengo haciendo desde que empezamos en este campeonato. Sin duda mañana será un gran día para todos, Wakabayashi, ya debe haberse unido al grupo, y con él nuestras posibilidades de ganar la final aumentan. Tú dijiste que en cuanto termine el partido, por supuesto con una victoria nuestra, tú partirías con Roberto a Brasil, ello me entristece mucho, pues lo más probable es que no vuelva a saber de ti, pero también sé que es tú sueño ir a Brasil, la cuna del soccer, y yo como tú admiradora y amiga, tengo que apoyar tú sueño, así este me parta el corazón, pensaba la pequeña castaña mientras su rostro empezaba a entristecer, al tiempo que un nuevo pensamiento vino a su mente: No, no puedo ser egoísta, mi deber de amiga y de fans tuya, es apoyarte en todo, y eso haré, si eso haré, voy a escribir una porra para Tsubasa.

En tanto:

En una habitación de hotel un grupo de niños platicaban mientras cenaban.

Contigo nuestro triunfo está asegurado capitán, decía un niño de cabello ondulado.

No hay que confiarse Teppei, el Meiwa es un equipo muy fuerte, además así Hyuga no sea santo de mi devoción tengo que reconocer que es muy buen jugador, dijo Genzo, haciendo una pausa para decir: ¡Ah¡ ya no me digas capitán, ahora su capitán es Tsubasa.

Pero Genzo, tú ya estás aquí, decía el nombrado.

Eso no cambia en nada las cosas, tú has demostrado ser un gran líder, por lo tanto, esa cinta de capitán te pertenece a ti amigo, respondió Genzo.

Si amigo, lo has hecho muy bien como capitán, acoto Taro, mientras los demás niños del equipo asentían.

Bueno está bien, dijo Tsubasa con una amplia sonrisa en su rostro.

Además, mañana si bien es un gran día para todos para ti Tsubasa es mucho más especial, acoto Genzo.

Cierto, dijo Ryo, haciendo una pausa para decir: Si ganamos mañana iras a Brasil con Roberto.

Así es, respondió Tsubasa feliz.

Pues entonces todos daremos nuestro mayor esfuerzo para ganar este campeonato amigo, dijo Taro, mientras los demás niños asentían.

Al día siguiente:

El estadio principal de la ciudad de Tokio se encontraba colmado de espectadores, entre familiares, amigos, compañeros de estudio, de los niños de ambas escuadras que ese día disputarían la final del campeonato nacional estudiantil de soccer.

Vamos muchachos, decía una pequeña y hermosa niña castaña mientras agitaba su banderola, al tiempo que el equipo de su ciudad y su rival entraban al campo de juego.

Vamos Tsubasa, pensaba un hombre de lentes, mientras observaba al niño de cabello desordenado.

Vamos hijo, decían los padres de Tsubasa.

Campo de juego:

Los 22 niños que habían ingresado al campo de juego ocupaban sus posiciones para dar inicio a la final tan esperada.

"MI LUZ"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora