Capítulo 1: "El inicio de nuestra amistad"

1.5K 62 15
                                    

 Un grupo de niños caminaban por el borde de un riachuelo platicando cuando de repente un balón que nadie supo de dónde provino, golpeo a uno de ellos, haciéndolo tambalear, caer sus lentes y por poco caer al riachuelo.

Mis lentes, ¿dónde están mis lentes?, decía un pequeño niño de cabello negro en corte de hongo mientras buscaba por inercia su preciado objeto.

¿Qué pasó Manabu?, ¿cómo es que caíste tus lentes?, dijo con firmeza, pero a la vez preocupación una linda niña de cabello castaño, corto hasta los hombros, que llevaba una vincha de tela en su cabeza, que vestía un conjunto blusa y pantalón de color negro, y zapatillas del mismo color.

No lo sé, solo sé que algo me golpeó, respondió el niño mientras seguía buscando en el piso sus lentes.

Creo que fue ese balón, dijo un niño cara de mono señalando con uno de sus dedos el supuesto objeto que había golpeado a su amigo.

¿Un balón?, dijeron los demás niños que estaban con ellos.

Sí, respondió el niño cara de mono.

Pero, ¿quién pudo ser el inconsciente que te golpeo?, decía furiosa la pequeña niña mientras ayudaba a buscar a su amigo sus lentes.

No lo sé, respondió el niño de corte de hongo.

Quien abra sido, pero para que haya pateado con tanta fuerza el balón y llegue hasta aquí, debe ser algún prodigio, respondió el niño cara de mono.

Sí, ello es cierto, respondió el niño de peinado de hongo.

Justo lo que necesitamos, un prodigio que salve a nuestra escuela, o para que al menos nos entrene, respondió otro de los niños.

Cierto, decían los demás niños.

En vez de estar perdiendo el tiempo parloteando, ayuden a buscar los lentes de Manabu, respondió la castaña.

Si, si jefa, dijeron los niños.

En tanto:

Un niño de cabello negro algo desordenado corría por unas calles mientras pensaba: Creo que lo patee muy fuerte, ¿a dónde abra ido a parar?, la calle ya está acabando.

El niño continuo su carrera hasta llegar al término de la calle, a la distancia cerca de un riachuelo pudo distinguir a un grupo de niños que parecían estar discutiendo algo.

Les preguntare a ellos, tal vez lo vieron, pensó el niño mientras echaba a correr en dirección al grupo de niños.

En el borde del riachuelo:

Lo encontré, dijo la linda niña, tomando los lentes de su amigo en la mano, haciendo una pausa para continuar diciendo: Ustedes pueden ganar ese campeonato, solo deben esforzarse más, no son malos, solo flojos.

Gracias jefa, dijeron los niños.

Toma Manabu, respondió la castaña entregándole los lentes a su amigo, al tiempo que decía: ahora si continuemos con el entrenamiento.

Sí jefa, dijeron el grupo de niños a coro.

¡Gracias Sany¡ dijo Manabu.

No hay nada que agradecer Manabu, mejor póntelas de una vez que tenemos que continuar con su preparación física, decía la niña echando a correr seguida de sus amigos, al tiempo que una voz detuvo el avance del grupo.

¡Disculpen¡ ¿de casualidad, no abran visto un balón?, preguntaba con una amplia sonrisa en su rostro, un apuesto niño de cabello negro, desordenado haciendo que los niños giren a verlo.

"MI LUZ"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora