Un nuevo día amanecía, una hermosa jovencita castaña se levantaba de su cama tallándose los ojos mientras pensaba: No fue un sueño, fue real, ¿y ahora cómo lo veré a los ojos?, aunque fue algo casual, me da pena.
Sanae, hija, escucho la castaña sacándole de sus pensamientos.
Dime madre, respondió la castaña.
Tú amiga Yukari llamo, dice que hoy la práctica empezara con dos horas de retraso, que el entrenador te estuvo buscando ayer para avisarte, pero no lo logró ubicarte en la escuela, respondió la señora Nakazawa.
Bien mamá, entonces tengo tiempo para hacer mis cosas con calma y hasta para ir a la escuela a hacer los pendientes que deje, dijo Sanae, mientras se ponía de pie.
Minutos después:
Luego de ducharse, cambiarse de ropa la castaña bajo a desayunar junto a sus padres.
Hija, ¿te pasa algo?, pregunto el señor Nakazawa al ver el rostro pensativo de su hija.
¡Eh¡ no, no, no me pasa nada, dijo la castaña mientras tomaba una rebanada de pan.
Estás muy extraña desde ayer, respondió su padre.
Te parece papá, dijo la castaña mientras se ponía de pie.
¿Ya te vas hija?, pregunto la señora Nakazawa.
Sí, mamá, aprovechare que la práctica de los chicos empezara con retraso para guardar sus implementos en sus casilleros, dijo la castaña, con una cálida sonrisa.
Claro hija, respondió la señora Nakazawa, mientras está tomaba su bolso, para salir de su casa.
En tanto:
En otra casa, un apuesto joven de cabello negro, miraba su cuaderno de anotaciones, mientras unas imágenes vividas el día anterior, venían a su mente, haciendo que sus mejillas se tornaran carmín.
Creo que es mejor hacer como si nada hubiera pasado, no quiero incomodarla, mucho menos perder su amistad, Sanae a pesar de que ha cambiado mucho en su carácter, a veces es algo temperamental y si le menciono lo que paso podía enfadarse y no hablarme, pues parece que para ella no fue importante, porque si lo hubiera sido hubiera dicho algo en ese momento, pero no lo hizo, o a lo mejor no lo hizo porque simplemente ello no la conmociono como a mí, en fin creo que lo mejor es que yo me olvide de ello, y hacer como si nada hubiera pasado. Sí, eso es, no le diré nada, haré como si nada hubiera pasado, es lo mejor, si es lo mejor, creo que es mejor ir a entrenar un poco, así el maestro haya dicho que el entrenamiento será más tarde, yo necesito entrenar, solo así tendré mi mente tan ocupada que no estaré pensando en cosas impropias, pensaba Tsubasa mientras dirigía su mirada a su cuaderno de anotaciones.
Luego de algunos minutos el apuesto joven se puso de pie, guardo su cuaderno en su maletín deportivo, y salió de su habitación.
¿Ya te vas hijo?, ¿qué ayer no me dijiste que hoy tú entrenamiento era más tarde?, pregunto su madre, al verlo salir de la habitación.
Sí, es más tarde madre, pero yo quiero ir tiempo antes, necesito ensayar unos tiros que están en el cuaderno que Roberto me dejo y que aún no me salen a la perfección, dijo Tsubasa.
Hay hijo, tú siempre tan dedicado a mejorar tus tiros, respondió la señora Ozora, con una amplia sonrisa en su rostro.
Pues si mamá, pero no solo me dedico al futbol, también me preocupo por mis estudios, y hablando de ello hoy vendrá mi maestro de portugués, si te lo dije ayer, ¿verdad?, pregunto Tsubasa.
Sí, si hijo
Bueno madre, me voy, dijo Tsubasa, mientras su madre asentía
Tsubasa salió de su casa ensimismado en sus propios pensamientos, luego de varios minutos de caminata, el apuesto joven al doblar por una esquina que lo conducía al lugar donde estudiaba, se topó con alguien sin darse cuenta.
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"MI LUZ"
RomanceEntre Sanae y Tsubasa, hay una química especial, ellos desde que se conocieron se hicieron grandes amigos, acompañándolo en cada paso que él dará para poder hacer realidad su sueño, "Ser el mejor futbolista del planeta", si quieres saber más de est...