💕Roza&Dimitri 💕Nuestro Amor (Complete)

Sidney & Killian

En Missoula

Desde que nos vimos la primera vez, Killian y yo jamás hemos vuelto a estar separados. Si me hubieran dicho que terminaría perdidamente enamorada de un damphir, les hubiera dicho que si estaban locos.

Los alquimistas son un grupo bastante cerrado, algunos dirían que como un culto, los conocimientos pasan de padres a hijos, y hay un gran número de matrimonios entre nosotros por eso la mayoría somos familia.

Mi hermana mayor decidió no seguir la tradición familiar, esa es la razón por la que yo soy la alquimista y mi hermana menor esta actualmente entrenándose luego de que yo abandoné mi familia para vivir con las malignas criaturas de la noche como dijo mi padre antes de desheredarme.

Lo que ellos no saben es que las malignas criaturas de la noche como ellos los llaman, son más humanas que los mismos alquimistas, al menos damphir y moroi.

Y aquí estoy, pasando uno de los mejores días de mi vida de la mano de un hombre maravilloso con el cual además de tener una excelente química, y una gran cantidad de gustos en común, me hace sentir completa.

Recuerdo que nuestra primera noche en Missoula fue muy divertida. Fuimos al cine a ver una película y a cenar. Killian es el perfecto caballero, al llegar estaba sumamente nervioso sobre si dormiríamos en la misma cama, o en la misma habitación en camas distintas, o si yo preferiría dormir sola.

Al final me tocó responder a mí, al encargado de la recepción del hotel, pues él solo me miraba y no articulaba palabra.Realmente el tenia miedo de que yo lo fuera a rechazar o que no quisiera que permaneciéramos juntos en la habitación del hotel.

Al entrar, nos instalamos en la habitación, yo decidí tomar un baño mientras el ordenaba servicio a la habitación.

Al salir sólo vestía unos shorts de una piyama con un ligero top, que prácticamente dejaba ver todas mis formas a la perfección. Lo vi observarme de arriba abajo y tragar en seco; no me mal interpreten no planeaba seducirlo, sólo me puse algo cómodo.

Él ya habia ordenado y estaba esperando por nuestra cena, decidió tomar un baño mientras esperábamos.

Y si él pensó que yo me veía bien cuando salí del baño, realmente yo tengo que volverme devota de San Vladimir, pues me bendijo con un hombre exquisitamente perfecto.

Secándose el cabello con una toalla totalmente ajeno al efecto que estaba causando en mí y vistiendo sólo el pantalón de pijama, Killian sin camisa era una verdadera obra de arte. Me mordí el labio inferior para reprimir un gemido, mientras mis ojos recorrían cada marcada línea de sus perfectos abdominales, hasta la pronunciada V que desaparecía debajo de sus pantalones.

Al levantar la vista y verme observarlo me sonrió. Esa sonrisa coqueta que poseen los primos Ivashkov y que definitivamente hacen que sea imposible mantener la calma a su alrededor.

El se acerca y me abraza, una mano en mi cintura y la otra en mi trasero atrayéndome firmemente hacia sus caderas, donde puedo sentir que no sólo yo estoy emocionada.

Y comienza a repartir pequeños besos por toda mi cara, hasta llegar a mi boca, mis manos instintivamente suben a su cuello y acaricio su cabello.

El gime ante mi toque, y nuestro beso se intensifica. El se mueve contra mis caderas y siento su erección encendiéndome y haciendo más grande la necesidad que tengo de él.

Killian
La cena olía deliciosa, pero en este momento mi hambre era otra. Sidney se veía sumamente bella en esos pantaloncitos de su pijama, pero yo deseaba ver lo que habia debajo de ellos. Nuestros besos se iban haciendo cada vez mas demandantes, mi lengua y la suya luchando por dominar el beso.