10° CAPÍTULO

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Recién los rayos del sol se estaban ocultando en la faz de la tierra.

Los soldados de Kinmoku, ya se encontraban de regreso en el campamento y la mayoría de ellos, que se encontraban muy fatigados, se dispusieron a ir hacia sus respectivas tiendas y recuperar sus fuerzas.

Mientras que el Príncipe Seiya, se encontraba como era costumbre al frente de la hoguera, no solo le gustaba estar ahí por la calidez de las llamas del fuego, sino también era un lugar que le ayudaba a pensar y relajarse.

Como siempre estaba bajo la atenta mirada de sus dos custodios personales; que lo miraban muy atentamente.

Seiya, estaba sentado con la cabeza reclinada hacia el frente con los ojos cerrados y esta se encontraba apoyada en mango de la Black Dragon.

Vestía solamente una polera holgada de color plata, junto con un pantalón holgado de color negro, en la cintura estaba una correa de plata, en el medio de esta estaba un dije muy curioso de forma circular que en el medio, se encontraba tallada su símbolo personal, en su cabeza estaba una pequeña diadema masculina de plata que lo identificaba como Príncipe, en el medio de esta sobresalía un zafiro negro en forma de lágrima y en sus orejas tenía unas argollas de plata, que le hacía juego a su corona de príncipe.

-- Con esto, Takshila seguro se rendirá, .... Eso ya es casi un hecho, .... Ja, fueron tan fáciles de vencer, .... ¿Ahora que harás Diamante? _ Seiya, pensaba mientras disfrutaba de las cálidas flamas de la hoguera.

Al segundo, paso una pequeña corriente de aire frío; que solo por unos segundos hizo tensar en cuerpo del Príncipe Seiya.

-- ¡Majestad! _ Haciendo una reverencia y su habitual saludo militar, el General Tai se presentó ante el Príncipe.

-- General Tai _ Con los ojos cerrados y aun dándole la espalda, el Príncipe Seiya le respondió.

El General al escuchar las palabras del Príncipe Guerrillero, se aclaró un poco la garganta y comenzó a hablar de manera automática y sin articular ningún gesto facial.

-- Su ejército se ha dividido, .... Ahora desean rendirse _ Hablo el General.

Seiya al escuchar las palabras del General Tai, se recompuso en su postura y comenzó a abrir sus ojos lentamente.

Mientras lo hacia, una sonrisa egocéntrica se le comenzó a dibujar en su rostro.

-- El enemigo merece una oportunidad, .... ¿No está de acuerdo General Tai? _ Ladeando un poco su rostro, Seiya le hablo al General en  su tono egocéntrico.

Para después poner a jugar con su espada, al hacerla bailar sobre el suelo con una sola mano; y sonreír de manera triunfal.

El general que se encontraba a espaldas del Príncipe Seiya, solo observaba al joven de manera de admiración.

-- ¿Qué sugiere Majestad? _ En tono casi susurro, el General pregunto.

-- ¿Qué sugiero?, ¿Qué sugiero?, ¿Qué sugiero? _ Seiya, comenzó a hacerse esa pregunta en voz alta de manera suave, mientras tenía una mirada felina en su rostro.

El General Tai, lo observaba muy nervioso a la espera de su respuesta.

-- Traigan al mensajero, .... Tiene un mensaje que enviar _ Respondido Seiya en tono sarcástico y burlón.

-- Como ordene Majestad _ Haciendo una reverencia, para después marcharse, El General apresuro su paso.

Seiya, se quedó completamente solo a excepción de sus custodios y los soldados que tenían sus estandartes a sus costados que se encontraban a unos metros lejos de él.

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