17° CAPÍTULO

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La joven al sentir como aquellos hombres ponían sus manos en sus brazos, comenzó a desesperarse, e inútilmente comenzó a luchar por su libertad.

Seiya, que veía toda la escena muy entretenido, le regalo una sonrisa orgullosa.

De pronto, Seiya comenzó a sentir sed, y se acercó a la mesa donde estaba la jarra de vino, sin sospechar nada vertió un poco del líquido de este en una copa.

La joven, que aun permanecía ahí, comenzó a sonreír de manera triunfal, ya que su propósito estaba hecho.

-- ¿Qué te causa gracia idiota? _ Le pregunto en tono serio, uno de los guardias.

La joven no le contesto, y siguió mirando al Príncipe Seiya.

El Príncipe Guerrillero que había escuchado y visto todo, comenzó a analizar la situación.

-- ¡Tómatelo!, .... ¿Qué esperas para acabártelo? _ Se preguntaba mentalmente, mientras su rostro comenzó a reflejarse mucha angustia.

Seiya con la copa en mano se acercó lentamente hacia sus guardias, y les indico con la mano que esperaran un momento.

Los hombres aceptaron silenciosamente al orden de su amo.

-- ¡Tómatelo! _ Seiya se puso delante de la joven y le extendió la copa de vino a sus labios.

-- ¿Qué? _ La joven, muy nerviosa respondió.

-- Tómatelo, .... Es una orden _ Volvió a hablar Seiya en un tono más elevado.

Muy temerosa, la joven hizo el intento de topar sus labios contra la copa, para después en un rápido movimiento tirar el contenido de este al suelo.

Seiya y los guardias al ver cómo había reaccionado la joven, entendieron rápidamente que el contenido de la jarra estaba envenenado.

-- Llévensela, .... Y no la suelten sin una orden mía _ Hablo en tono elevado y serio el Príncipe Seiya.

-- ¡Si Majestad! _ Haciendo una reverencia, los soldados salieron de la habitación a cumplir las órdenes.

La joven, que ya había aceptado su destino, simplemente se resignó y se dejó guiar por los soldados.

De pronto Seiya al ver el gran alboroto que había ocasionado la joven bailarina, se acercó hacia la mesa donde aún estaba la jarra con vino, la tomo entre sus manos y se dirigió hacia el balcón de su habitación.

Cuando ya estaba en el barandal de este, comenzó a verter el contenido de la jarra por este y luego tiro muy lejos la jarra.

-- ¡Listo!, .... ¡Creo que ahora sí, me iré a descansar! _ Dándose la vuelta para recostarse en su cama.

Cuando ya estaba dentro de las suaves sedas, Seiya se recordó de la joven morocha que le advirtió y que prácticamente le salvo la vida.

-- ¿Quién eres?, .... ¿Y por qué me ayudaste? _ Se preguntaba Seiya, mientras intentaba inútilmente buscar una respuesta.

Y así se pasó durante algunas horas, en busca de una respuesta lógica a sus preguntas, hasta que el sueño le gano y se rindió a él.

En otro lado, Rei y Nicolás, estaban que caminaban hacia las afueras de la ciudad con rumbo hacia la casa de Rei.

Nicolás como buen caballero, se había ofrecido a escoltar a su casa a Rei, la joven que aun vestía como había bailado, acepto la oferta.

La luna estaba en lo alto del cielo, a su lado se podía apreciar a las estrellas, alumbrar junto a ella.

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