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Personaje: Tom Holland.
Título: Cumpleaños Feliz.
Advertencia: -
Nota: Bueno, éste capítulo lo hago especialmente porque hoy es el cumpleaños de nuestro amado Tom, espero que lo disfruten ;)
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Narra Tom:

Mis ojos se abrieron al sentir como alguien depositaba besos en mi rostro. lmiré con alegría, mi hermosa novia de estaba frente a mi. Lucía tan tranquila, con su pijama y su cabello revuelto, tapada hasta el mentón por el frío infernal de Londres. La atraje hacia mi dejando su cabeza en mi pecho y acariciando su cabello.

-Buenos días, amor-hablé adormilado.

Ella levantó un poco su cabeza y me miró a los ojos con una sonrisa.
Suspiré al instante con solo verla, me tenía completamente loco. Aún me preguntaba como una mujer tan hermosa como ella estaba conmigo, nadie se merece a tan lindo ángel como Roma.

-Buenos días, Tom-contestó acariciando mi mejilla-Muy feliz cumpleaños, cariño.

Ella se tiró encima de mi y comenzó a besar todo mi rostro haciéndome reír.

-Gracias-contesté entrecortadamente por sus repetidos besos en mis labios-Para-reí.

-Te amo-contestó efusiva-Aunque seas un anciano ahora.

Una carcajada salió de mis labios haciéndola reír.

-Bueno, éste viejo te hace gritar por las noches sin problema.

Roma se ruborizó y bajó su cabeza mirando mi pecho con vergüenza. Amaba la inocencia que ella suele tener, es algo que me llena de ternura.
Acaricie su mejilla y deposité un corto beso en sus labios.

-Espero que no me hayas hecho ningún regalo-Amenacé.

-Bueno...-Roma divagó.

-Roma-rezongué-Te dije que no quería regalos, no me gusta que gastes en mi cuando sabemos que no puedes ni pagar la renta.

Roma perdió su trabajo hace un mes. Recuerdo ese día, ella llegó a mi casa llorando a mares diciendo que su jefe la había echado solo por ponerle mucha azúcar al café. Herví de rabia al escucharla, no le hice nada a ese imbecil solo porque ella me lo pidió.
Desde ese momento Roma no deja de buscar trabajo, pero no le es nada fácil. Obviamente yo le doy todo el dinero que pueda para ayudarla pero el tiempo pasa más rápido y cada vez ambos tenemos menos dinero.

-No pensemos en eso ahora, solo hay que disfrutar de tu gran día-trató de cambiar de tema regalándome una sonrisa-Es verdad, no tengo casi nada de dinero pero eso no me va a prohibir no poder darle un regalo a mi novio.

-Te amo tanto-contesté-Pero no era necesario, amor.

-Ay, solo cállate y espera aquí.

Roma salió de la cama y corrió fuera de la habitación dejándome unos minutos solo, pensando en ella como siempre.
Al volver tenía entre sus manos cuatro cajas decoradas con papel y moños. Reí con solo verla, le encantaba decorar todo.

-Bueno, aquí están-dejó las cajas en mi regazo y me miró emocionada-Ábrelos.

Negué con la cabeza, no la merecía.
Abrí el primero, sentir

One Shots | Tom Holland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora