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Personaje: Tom Holland.
Título: El que madruga, dios lo ayuda.
Advertencia: Un poco hot😂.
Nota: Es corta, perdón :(
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Lea disfrutaba de como el agua de la ducha caía sobre su espalda, cerró los ojos para apreciar más la sensación y relajar sus músculos. Su piel bronceada típica de Los Ángeles relucía al estar mojada, y su cabello largo y oscuro caía sobre su hombro derecho hasta llegar a su ombligo.
En pocas palabras, Lea era una diosa en todo momento, hasta cuando ni siquiera pretendía serlo.
Y su novio, Tom, lo sabía.
Él la miraba desde la puerta del baño, hechizado con la hermosa vista de su novia mojando su cuerpo, ese cuerpo que a él tanto le encantaba.
Tom amaba a muerte a su Lea, no había hombre más enamorado que él y todos se lo decían. Para él, no había mujer más importante en su vida que su novia, aparte de su madre quien amaba a la castaña mucho más que a su hijo.
Volvió a centrar su atención en la chica, analizó cada movimiento que realizaba y mordió su labio para evitar soltar algún comentario, la imagen de su novia desnuda siempre sería para él el recuerdo más excitante que conoce.

-Sabes, es mucho más útil meterse a la ducha que mirarme como loco desde la puerta.

Tom se sorprendió al escuchar hablar a Lea, se encontraba tan concentrado mirándola que jamás se percató de que había abierto los ojos.
El castaño le sonrió de lado cruzado de brazos. Ella entrecerró los ojos tratando de imaginar que es lo que pasaba por la mente de su novio. Su vista se dirigió desde sus ojos hasta su pantalón y se mordió el labio al ver como su bulto estaba a punto de explotar. Volvió a mirar a Tom, sintiendo cómo la calentura llegaba a su cuerpo. Tocó sus senos bajo la ducha y soltó un gemido al apretar sus pezones, dejándolo a él totalmente embobado con la situación.

-Ven a tomar una ducha, amor-habló Lea.

Él tragó en seco al escuchar la voz coqueta de su novia que siempre lo volvía loco.
No lo pensó mucho y, en tan solo segundos, su pantalón estaba en el suelo.
El departamento de la castaña se volvió a llenar de gemidos, por tercera vez en la mañana y, ambos sabían, que no sería la ultima vez.

One Shots | Tom Holland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora