9. Aleesha

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Han pasado dos meses, amigos, dos meses. Navidad ya pasó, Año Nuevo, también. La pasé genial, ha decir verdad, pero hubo algo que me faltaba. Alguien. He estado mejor, he sonreído y disfrutado con mis amigos, Diamond y Alex. Creo que era una etapa, saben, he logrado sacar de mí cabeza a Johann. Bueno, no del todo, pero ya es algo. Quizás me acostumbre mucho a sus comentarios sarcásticos, a su sonrisa arrogante, su protección exagerada, su indiferencia... pero tengo que superarlo. Yo no puedo querer a un egocéntrico hechicero. Pero aún así, le tengo cariño. Cariño de amigos, no confundan. ¡Tú eres la que estás confundida! ¡Vete, subconsciente!

Así que las "vacaciones" ya han acabado y es hora de ir a la escuela, nuevamente. ¿Qué diré cuándo me pregunten por Johann? ¡Oh, anda en busca de un diamante! ¡No quiere que muera y se ha ido hasta España, por una maldición! ¡Es un Hechicero Híbrido y Alena, la Ada de La Oscuridad, quiere matarme y manda Criaturas Mágicas a por ! Es ridículo. Simplemente ridículo.

Una parte de mí, se encuentra feliz, ya qué es mí último año en ésta escuela e iré a bachillerato y luego ¡A la universidad! Y una parte de mí se encuentra triste porque es mí último año con papá. O bueno, quizá no sea el último. Ya qué no sé cuál será la decisión del juez. Hace una semana, vino otro inspector enviado por el juez a comprobar mis condiciones de vida y todo salió bien.

Estoy en mí cama, mirando el techo. Me he despertado antes de que suene la alarma. Hoy es el primer día de escuela y ya soy de ultimo año. Sé que hoy habrá tanto adolescente nuevo y espero que no sean personas... divas. A decir verdad, no me importa pero hoy habrán muchas caras nuevas, creo. Mi alarma empieza a sonar y la apago de un manotazo. Me levanto y me ducho, a un tiempo récord. Me visto con unos vaqueros ceñidos y una blusa color turquesa, que a decir verdad, me queda espectacular, resalta mis ojos. Me alisto lo mejor que puedo, pero no hay mucho trabajo que hacer. Bajo y me encuentro a papá en la cocina, preparando café y el olor a café inunda mis fosas nasales. Me encanta como huele el café pero no soy muy partidaria a tomarlo.

- Buenos días, . - Me siento en un taburete.

- Buenos días, hija. ¿Lista para tú primer día de escuela?

- Ohhh, sí. Como si fuese el año pasado...- recuerdo.

- Sí. ¿Café?

- Na, sabes que no me gusta.

- Lo sé, pero necesitas ir bien cargada, con muchas energías.- Pongo los ojos en blanco.

- Me voy, nos vemos en la noche.

- Oh, sí, por cierto, tengo turno, vendré hasta mañana.

- Ah, vale.

Salgo de la cocina y de la sala de estar, pero antes de salir por la puerta, reviso en mi mochila si llevo la varita Dimitri, pero sí, la llevo. Con mi mano derecha, toco mi brazalete. Vaya, sí papá se enterara que en estos precisos momentos soy inmortal, gracias a este brazalete. Me subo a mí hermosos Audi y me voy a la escuela. Llego en tiempo récord, ya que últimamente, conduzco más rápido, no como mi abuela. Me estaciono y lo primero que veo, es una chica, toda una diosa, con una bonita melena rubia con una piel suave y blanca. Sus ojos son como los de Johann. Algo parecidos,  a decir verdad, son de un negro penetrante, pero la diferencia es qué, los ojos de Johann siempre lleva un negro brillante, penetrante, cargados de malicia, maldad, arrogancia y picardía. Unos hermosos ojos... Lleva un bonito vestido arriba de la rodilla. Muy bonita, muy diosa, muy diva. A todo lugar donde esa chica pone un pie, deja huella. Todos recorren su cuerpo con la mirada. ¡Vaya, es qué es súper hermosa!

Blood DiamondsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora