42. Johann

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-¡Hola! - Una mujer que se parece a Aleesha abre la puerta, (sólo que está tiene el cabello negro), pero al verme su sonris se borra. ¿Por qué? - Oh... tú, chico rebelde.

Frunzo el ceño. Muchas personas incluyendo profesores me han dicho muchas veces esa palabra, pero, ¿Cómo sabe está mujer eso? Digo, ¿Qué razones hay? Ni siquiera he interactuado con ella. La miro mal.

-¿Rebelde? Lo siento, pero tengo un nombre. Johann, mucho gusto. - Le extiendo la mano. Ella mira mi mano con ¿Asco? Sí, asco. ¿Qué mierda le pasa?

-Nora... - Toma mi mano como si fuera la mierda pura.

-Bien. Quiero ver a Aleesha. - Digo cortante.

-¿Cómo sabes que ella está aquí?

-Simplemente lo sé. ¿Puedo hablar con ella sí o no?

-¿Qué quieres hablar con ella?

-No es de su incumbencia, señora.

-Sí lo es, porque ella es mí hi... - Nora es interrumpida por Aleesha, que su cabeza se escabulle encima de su hombro.

-¿Quién es, mamá? - Entonces me mira y su rostro muestra felicidad completa, pero luego, cae. Me mira con una expresión de "lo siento". Sabe lo que hizo. - Mamá... saldré a caminar un poco, ¿ok?

-Ten cuidado.- La mira con advertencia.- Los rebeldes son los más malos, pero los más dañados - murmura.

Creí que esto sería fácil, que solo le preguntaría porqué no confío en mí, pero estando aquí y ahora, todo es más díficil, siento que hasta el aire me falta. Ella trata de sonreírme, pero falla en el intento.

-Hey.- Dice, tratando de sonar casual. Enarco las cejas.- Perdona... hola. ¿Quieres caminar mientras te explico? - Asiento.

Salimos del pórtico y empezamos a caminar por la orilla de la calle. Trato de no enojarme, pero demonios, algo dentro de mí está creciendo y no sé si es un sentimiento miserable o en realidad me estoy enojando. Creó... creo que me siento miserable. Aleesha camina a la par mía, mirando en suelo. No trato de precionarla ni de alentarla... sólo quiero que hable. Quiero que hable para mí. Pero soy jodidamente orgulloso y no tomo la palabra. Aleesha suelta un suspiro y sigue viendo el suelo.

-No sabía ni como decirte... - murmura y se aclara la garganta. Sigue viendo el suelo; su voz ahora es más entendible -: No sabía... y tenía miedo. Quise decirte, lo juro, pero siempre que  trataba las palabras... no salían de mí boca. Tenía miedo de lo que sería mi vida después de la audiencia, porque independientemente cual fuera la decisión, nada sería lo mismo. No puedo creer que ya hayan pasado dor años... y el tiempo se me escapo de las manos. Perdóname. De verdad lo siento, nunca quise sólo irme.

Me detengo abruptadamente y la miro. Ella se detiene al ver que no camino con ella y me mira a los ojos.

-¡Me dejaste, Aleesha! - Mi voz suena miserable. Todos mis sentimientos se unen y exploto. - ¡Tú te fuiste sin decir adiós! No me dejaste ni una jodida nota. ¿Qué te costaba escribir: ¡Hola, mi amor, me voy a vivir con mamá!? ¿Lo hiciste? Claro que no. ¿Sabes lo díficil que fue recibir está noticia por Liam?

-Perdóname, simplemente lo siento. - Lágrimas caen por su mejilla y se ve desesperada. - ¡No sabía como decirlo, caray!

-Me dejaste. - Susurro. - Me excluiste de los sucesos de tu vida.

-No era mi intención... - lloriquea. - No sabía como decirlo... tenía miedo.

-¿Por qué no sabías? ¡Es compresinble que tuvieras miedo, pero juro que si me hubieras dicho, habría echo lo que sea para tratar de consolarte!

Blood DiamondsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora