27. Johann

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Ni siquiera me da tiempo para pensar, ya que ella grita ¡Ahora! y los números rojos empiezan a correr. Al igual que yo. Corro y corro lo más rápido que puedo, pero aun así, siento que nunca llego. Así qué corro más rápido, dejando detrás de mí polvo. ¡Y bam! de un orificio que se encuentra en el suelo, sale lava y quema mí mano. Hago una mueca de dolor, pero luego me doy cuenta que no me hizo nada. Lava. Fuego. Caliente. ¡Qué imbécil! No puedo controlar la lava, pero puedo sobrevivir a ella, ya que el fuego y la lava queman, pero yo soy inmune. Corro y corro, en zigzag por la lava, no demostraré que soy inmune a ella. Hay pequeñas gotas de lava que caen en mí cuello, y queman, pero es tan leve que puedo sobrevivir; del uno al diez, queman un dos por ciento, no es nada. Las cajas de metal se hacen más grandes mientras corro. ¡Dios, siento que he pasado una hora corriendo! Miro el tablero del cielo y marca un 3 en rojo. Bien, sólo he tardado 3 segundos y ya casi me acerco. Y estoy a unos diez metros de las cajas, cuando una pared de lava se eleva unos quince metros, pero no puedo detenerme e incluso, desde aquí escucho la risa macabra de Alena. Dios, es mucha lava... pero no importa, traspaso la lava y siento que hasta los cabellos se me queman, pero es mí imaginación. Miro el tablero: 5. Y sin pensarlo, corro a la caja de la izquierda.

No sé quién se encuentra ahí.

Me pongo en cuclillas y trato de abrir la puerta, pero hay candado y una combinación que se debe meter. Hija de puta. Corro detrás de la caja y trato de arrancar la enorme bomba que se encuentra pegada. La tomo con todas mis fuerzas y jalo. La bomba hace un pitillo que me altera. Y vuelvo a jalar la bomba y está vez, se desprende. Corro hacía adelante, y la dejo en el suelo, un poco lejos pero al alcanze. Corro hacía la caja de la derecha y veo el tablero: 7. ¡Mierda! Corro más fuerte y tomo la bomba entre mis brazos y jalo, jalo lo más fuerte que puedo y está se desprende. Miro el tablero: 9. ¡Joder!  Corro con la bomba en mis manos hacía la otra bomba que yace en el suelo, la tomo y lanzo las dos bombas al aire, donde se encuentra Alena. ¡Boom! Escucho que explotan.

Lo hice. Lo hice, joder, lo hice. ¡Lo hice, hijos de perra!

Corro a la caja izquiera, y con un movimiento de manos, arranco la tapa, y ahí, mí pequeña hermana, sollozando como una niña, con su rostro rojo y sus labios enmudecidos... La saco con suavidad y le besó la mejilla y le doy un leve abrazo.

-Todo está bien, pequeña, todo está bien.- Ella me mira a los ojos y sus mejillas son inundadas por lágrimas.

-Te amo tanto, Joha.

-Lo sé, pequeña.

La dejo en el suelo, para que descanze y corro hacía la caja derecha y hago lo mismo. Cuando la tapa es quitada, veo a Liam, un Liam sin camisa, su piel blanca como el papel, sus labios morados/azules y todo su cuerpo tiembla. Lo saco con cuidado y le pongo mí chaqueta de cuero.

-¿Qué mierda ha pasado? - Murmura.

-Nada que debas saber.

Ahora, tengo que ver como carajos los saco de aquí. Voy por mí hermana, ella ya está bien, sólo tenía miedo. Ayudo a Liam a caminar y a paso lento caminamos por está tierra negra. Las bombas han dejado un gran hoyo, justo dónde estaba Alena y Sam, pero en estos instantes, no sé dónde están. Salimos y nos escondemos, vemos a guardias-esqueleto pasar y murmurar cosas, creo que nos buscan. Nos escabullimos y subimos las gradas, encontrándonos sobre tierra. Reviso el mapa de este lugar (mapa que se encuentra en mí mente) y seguimos adelante, escondiéndonos de los guardias-esqueletos cuando están cerca de nosotros. Es díficil llevar a dos personas que tienen miedo y ser tú el más fuerte y en realidad obligarte hacerlo, ya que por ti sobreviven.

No sé como lo conseguimos, pero llegamos al salón principal sin ser vistos. Caminamos hacía la salida, pero de repente, me siento observado.

-¿Por qué se van tan rápido? - Alena se encuentra detrás de nosotros.

-Porque queremos.-Respondo sin verle.

-No quiero que se vayan... ¡A ellos! - Grita.

E inmediatamente, nos hechamos a correr, pero correr humanamente, ya que Anabel no creo que pueda correr sobrenaturalmente, y mucho menos Liam, un mortal. Miro sobre mí hombro y veo a miles de guardias-esqueletos formándose y siguiéndonos. Salimos por la boca de cocodrilo y echamos a correr por el césped negro. Me volteo y empiezo a lanzar bolas de fuego por todas partes y mierda, todas las criaturas están detrás de nosotros, deseosos de sangre... mierda.

-¡Sigan! - Les grito.

-¡No! - Grita Anebel, con preocupación.

-¡Que sigan, joder! ¡Ya los alcanzo! - Les grito mientras corremos. Anabel se posiciona a la par mía.- ¿Confías en mí? 

Ella asiente y me detengo. Ellos siguen corriendo. Me volteo y sigo tirando bolas de fuego, diciendo conjuros que hace que se disuelvan y se hagan polvo, lanzando rocas, incluso agua. Miro sobre mí hombro y ellos ya casin llegan a la puerta. Lanzo una gran ola a los esqueletos y corro hacía Anabel y Liam. Llegamos a la puerta, Anabel la empuja, pero no se abre. Coloco mí mano en el centro y miro sobre mí hombro. Nos alcanzan. La puerta se abre y Anabel sale corriendo. Y justo ahí, en mí tobillo, hay una mano huesuda, que sale de la tierra. Los guardias-esqueleto están sobre mí y lo único que hago es empujar a Liam fuera.

La puerta se cierra.

Vuelvo a mirar sobre mí hombro y veo a miles de manos que salen de la tierra. Sacudo mi pierna y la mano suelta mi tobillo. Empiezo a lanzar tierra sobre las manos, pero no sirve de nada. Y de pronto, no una, ni dos, miles de manos yacen en mis tobillos y me jalan y antes de que me dé cuenta, me han succionado, he sido tragado por la tierra. No veo nada, sólo oscuridad, y todavía siento las manos huesudas en mis tobillos y la tierra está húmeda. De pronto, caígo sobre mí trasero en una tipo cueva. Miro a mí alrededor, y me encuentro con Alena, con una enorme bazuca, y de ella sale un humo verde, y me rocia la cara.

Recuerdo ése humo verde. En el laberinto... me desmayé por el humo...

Lo último que veo es la sonrisa triunfante de Alena, pero ella no sabe que aquí yo soy el triunfante: rescate a Anabel y salve a Aleesha de un terrible dolor. 

Blood DiamondsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora