15. Johann

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Casi mató al vampiro ayer, pero Aleesha me detuvo. Juro que estaba dispuesto a matarlo. Aleesha me quiere ¡Pero no es suficiente! Yo quiero que me ame así como yo lo hago. ¿Es mucho pedir?  Muy dentro de mí, hay una parte que sabe que Ale no me quiere, me dice que ella me ama. ¿Será verdad? No lo sé. Todo es muy complicado.

Por otra parte, me rió a carcajadas por lo intentos en vano de María. ¿O cómo era su nombre? ¡Ah, sí, Samara! No es que yo tenga mala memoria, en serio, lo que pasa es que mi cerebro no capta lo que no le importa. Y Samara me importa un comino, pero si tengo que decir que tiene un cuerpo... pero no es importante, Aleesha tiene uno mejor, ¿Saben lo que hace más hermosa a  Aleesha? Es que ella es inconsistente de lo hermosa que es. ¡Y vaya, que eso sólo es parte de lo que la hace hermosa! Sin hablar de sus hermosos ojos azules... esos ojos, ¡Oh, demonios! Son tan hermosos que me vuelven loco.

Debo concentrarme. Elijo un esmoquin de etiqueta negro. Ahora es el Baile de Recaudar Fondos para-no-sé-qué. Una mierda. ¿Pagar sólo para asistir a un estúpido baile? La verdad es que voy porque Aleesha irá y, ¿Dejar que se encuentre con ese puto vampiro? ¡Jamás! Para mí, él es una amenaza; para Aleesha un amigo. ¡Bah! Además, le debo un baile a Aleesha. El Baile de Bienvenida no estuve y unos contactos me informaron que ella la pasó mal. Creo que se lo debo... Me visto completamente y no es por presumir, pero me veo bien. Bajo por el ascensor y entró al garaje. Salgo junto a mí Lexus. Pero, antes, con un movimiento de mano, le doy una pintada al auto. Ahora el negro brilla. Y me voy a la escuela.

Llegó y noto que todos me miran. Antes de llegar al baile, encuentro a Samara. Joder, ella es como un grano en el culo. Pero a pesar de eso, trató de ser... ¿Amable? Nah. Ella es de las chicas que no importa como las trates, ella no deja de insistir.

- ¡Caramba, te ves muy, muy sexy, Johann!

- Ah, Samara, yo siempre me veo así.— Le guiño. Ella se sonroja.

- Tienes razón. ¿Bailas?

- Ummm... — Buscó a Aleesha con la mirada, pero no la encuentro.— Vale.

- ¡Ok! — Chilla.

Suena una canción de Phoenix llamada If I Ever Feel Better y todos saltan y bailan al compás de la música. Samara se pega a mí cuerpo y de ves en cuando, se da la vuelta y restriega su trasero en mí entrepierna. La tomo de los hombros y hago que se gire. La miró seria.

- No tienes porqué rebajarte para llamar la atención.— Le acarició la mejilla. Samara me da pena. Y así sin más, me alejo de ella.

Empieza a sonar Instantan Crush ¡Y vaya que esa canción me gusta! pero no quiero bailar con Samara.

- ¡Hey, Johann! — Saluda un chico popular, que por cierto, he olvidado su nombre.— Logan trajo alcohol, ¿Quieres?

- Ya qué.— Me encogo de hombros. Él chico me pasa un vaso de plástico con alcohol. Y se va.

Mientras bebo, llegan otros chicos populares que hablan y bromean. Yo sólo me limitó a sonreír por sus bromas. Estos tipos son unos estúpidos. Saben, ellos me hablan sólo porque les doy miedo, porque para los profesores soy un «rebelde malcriado» y estos tipos aplican mucho en su vida un dicho que dice «Tus amigos cerca y tus enemigos más cerca» Algo así dice. Yo no me fío de ellos, ni ellos de mí. Una hermosa chica, con un hermoso vestido rojo me saca de mis pensamientos. ¡Aleesha se ve realmente hermosa! ¡Agg, como la deseo! Pero algo hace que me enojé: está bailando con "Pet". Sí, leí la mente de Aleesha.

Me acercó a ellos a paso lento y decisivo. Llego y le palmeo el hombro a "Pet". Quita. Bailaré yo con ella le digo, mentalmente. Y así como si nada, se va. Ja, ja, imbécil, ahora sabe quién soy yo. Sólo un Hechicero Híbrido puede jugar con los Cuatro Elementos. Deslizo mí mano en la cintura de Aleesha y con la otra mano sostengo la suya y bailamos al compás de la música. Las luces se apagan y todo es oscuridad, excepto por unas luces de colores que van de izquierda a derecha. Empieza a sonar True Love Away de Kings Of Leon. Junto mí cuerpo al de Aleesha y la guío. Nos balanceamos en giros lentos y coordinados. ¿Quién dijo que yo no podía bailar? ¡Por favor, sí llevo varios años yendo a estúpidos bailes escolares! Pero éste baile no es estúpido, es especial ¿Y saben por qué? Porqué junto a mí, bailando, lentamente, se encuentra la persona que más feliz me hace: Aleesha. La música cambia y suena Charlie Browm de Coldplay. Todos empiezan a saltar y cantar. Muchos ya se encuentran muy, muy borrachos. Aleesha y yo nos miramos fijamente a los ojos, sin decir ninguna palabra. Quizás nuestros pasos en estos instantes no sean los adecuados, pero queremos bailar lento, sin prisa. Le dedico una pequeña sonrísa a Aleesha y ella me la devuelve. ¡Su hermosa sonrísa! Me inclino y susurro en su oído:

- Te ves hermosa.

Aleesha se sonroja y sonrie tímidamente. Pero en eso, llega alguien a arruinarnos el momento perfecto. Samara sonrie alegremente y chilla:

- ¡Oh, Aleesha! ¿Cómo te encuentras? - No es de tú inconvencia como se encuentre.- ¿Me prestas un ratico a Johann? ¡Di que sí!

- Ah, claro.

A regañadientes, Aleesha se aleja de mí y se va. Maldita Samara; está se coloca en posición de baile y empieza a danzar.

- Eres especial, ¿sabes? - Dice Sam. Ag, ya qué. Bailaré con ella.

- Ya lo sabía.- Le guiño.- Dime, ¿Por qué piensas eso?

- Por qué... tú sabes, eres arrogante, pero eso te hace... ¿Sexy? Y a la vez, cariñoso. Johann... ¿Alguna vez alguien declaró su amor por ti?

- Sí, muchas, pero la que quisiera que lo hiciese, no lo hace.- Y ahora, me arrepiento de haber dicho eso. ¡Joder!

- Bueno, pues yo... - Suspira.- Es una lastima que sea una más de esa lista, pero no lo pude evitar... yo quisiera que tú fueses el único que podría romperme el corazón. Sólo tú puedes.

Y se lanza sobre mí, con su boca lista para besarme. Y me besa. Yo, por alguna razón, le sigo al beso. Claro, no la tomo de la cintura ni nada. Esto está mal. ¡Ella va a morir! Me alejo de ella y la tomo de la mano y la saco del baile. Llegamos al campus y ella, no ha muerto.

De pronto, su cuerpo empieza a brillar de color dorado. No puede ser. No, ella no puede ser la indicada. Samara frunze el ceño, por la luz que irradia su cuerpo.

- ¿Qué ocurre?

- Samara...

Y de pronto, de la mano de Samara, sale disparada una bola de fuego que hace que un árbol se prenda en llamas.

Blood DiamondsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora