14. Aleesha

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Después de toda la mierda ocurrida con el diamante, mi muerte y toda esa cuestión, Johann y yo nos quedamos un buen rato juntos, sin hablar, solamente abrazados pero después, me aleje de él, sin dirigirle alguna palabra, me levanté y me fui de su casa. Entré en la mía, me acosté en mí cama y lloré. Lloré desconsoladamente; lloré cómo si alguien se hubiese muerto; lloré cómo si de eso dependiera mí tan fea vida. Y desde entonces, han pasado dos semanas y yo no le habló a él. Le veo pero le ignoró. Johann ya está nuevamente estudiando y me es difícil verlo en clase de Bióloga o en Ciencias Naturales, ya que me recuerda cuando fuimos en busca del girasol. Siento que todo está perdido. Todo a cambiado. Bueno, al menos yo siento eso.

Me visto para ir a la escuela con unos vaqueros ceñidos y una blusa con finos tirantes, es rayada y unas rayas son blancas, otras negras. Me pongo unas vans negras y tomó mi mochila y bajo a la sala, donde se encuentra papá con una taza de café y lee el periódico.

- Hola, papi.- Le saludó.- Me voy a la escuela. Love you.- Me despido con un beso.

Entró al garaje y me subo a mí Audi, salgo del garaje y me voy a la escuela. Miro por el retrovisor y veo un bonito Lexus. Joder. Y en menos de unos minutos, el Lexus yace a mí lado. Johann lo conduce y me sonríe, tan jodidamente sexy. Aceleró más y le paso pero Johann me pasa y aceleró más. ¡Bien, quiere jugar, pues juguemos...!

Le paso a Johann y sonrió triunfante. Pero Johann me alcanza. ¡Joder! Acelerados y entusiasmados llegamos a la escuela en menos de lo que usualmente llegamos. Llegamos iguales ¡Agg! Me bajo del auto y cierro de un portazo.

Me encaminó hacia el salón de Biología, pero por alguna razón (que de verdad, desconozco), me volteó y veo lo más desagradable de todo el mundo: Samara corre hacia Johann y se recuesta en el Lexus con una pose totalmente diosa y diva. Johann, sólo ríe sarcastica mente y muestra su sonrisa sexy. Podría decir que Johann coquetea con Samara, pero él ya es así, coqueto y lleno de picardía. Samara coquetea con él, hace pucheros y le sonríe. Imbéciles. Samara se acerca a él, pasea su dedo en el pecho de Johann y esta a punto de... besarle. Pero, cuando están apunto de rozar labios, Johann se aparta y se encoge de hombros. Johann le dice algo desagradable, supongo, ya que Samara pone cara de pocos amigos. Me volteó y sigo mí caminó. ¡Ag, maldición!

Entró en el salón de clases de Biología y me siento dónde siempre. Sacó mis libros y en eso, entra Peter que se sienta en el pupitre de mí lado derecho. Peter me dedica una sonrisa y yo solo me limitó a asentir. Todos nos hemos sentado y sólo esperamos al profe que llega en estos instantes.

- ¡Hola, clase! - Saluda. En eso, entra Johann y cuando ve a Peter le manda una mirada de asco y repulsión. Peter frunce el ceño, extrañando.

Johann se para frente al chico que se encuentra sentado a la par mía.

- Gracias por guardarme el asiento, amigo.- Dice con ironía. Él profesor pone los ojos en blanco. Él chico se levanta, apenado, con sus libros y se va del salón.- ¿Qué? - Dice, ya que todos le vemos con cara asombrada y se sienta.

Yo le ignoró y me remuevo en el asiento, incómoda. Peter me mira con cara de «¿Qué ocurre?» pero le ignoró, también. La clase pasó lenta pero por fin ha acabado.

Tomó mis cosas y las tiró dentro de mí mochila. Salgo hecha una furia -Por alguna razón, me siento enojada e incómoda- y pasó entre todos. Alguien me toma por el brazo y me vuelvo encontrando a Peter, que me ve serio.

- ¿Qué te ocurre? - Le encaró.

- Nada, Pet, déjame.

- Ése hechicero es el que te adentro a este mundo de mierda, ¿Verdad?

Blood DiamondsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora