Capitulo 21

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Terminamos de cenar entre risas y pláticas. Todos se fueron a sus habitaciones mientras que Nash y yo caminábamos hacia la oficina.

—Ya no sé qué hacer con ustedes —soltó Gustav suspirando enseguida de que nosotros nos sentáramos en las sillas frente al escritorio, como tantas veces lo habíamos hecho.

—Tengo una idea; no haga nada —dijo Nash en un tono divertido, aunque al coordinador no le causaron gracia sus palabras.

—Sería mejor que te callaras Grier —amenazó con los ojos cerrados, probablemente buscando paciencia en su interior para no gritarnos—. No tengo ganas de gritar ahora ni de comentarles nada. Vayan a dormir, mañana será un muy largo día.

Nash me miró y levantó sus hombros.

Caminamos hasta la puerta en silencio y emprendimos el camino hacia la cabaña.

Ya era algo tarde, era una noche oscura y hacía calor. Caminábamos casi en penumbras salvo de que cada unos metros habían faroles con una luz tenue.

—No creo que sea bueno que no nos haya gritado o dicho algo más.

—Pienso lo mismo, no quiero ni pensar en lo que tendremos que hacer mañana.

—Me alegro que sea contigo con quien me meta en problemas. Me alegro de haberte conocido _____.

Lo miré y sonreí por lo que había dicho, siempre me hacía sonreír, y me gustaba eso.

—También estoy feliz de haberte conocido Nash.

Abrí la puerta y caminé dentro del lugar, Nash me agarró suavemente del brazo acercándome hacia él.

—Te quiero —pronunció muy cerca de mis labios.

—Te quiero —repetí antes de juntar mis labios con los suyos en un tierno y largo beso.

Entré al baño y cepillé mis dientes, me peiné porque era una costumbre antes de dormir y me cambié. Me sorprendí un poco al salir.

—¿Qué haces?.

—Dormiremos juntos —me sonrió tiernamente. Había juntado su cama con la mía.

Nos acostamos juntos, él me abrazó por la cintura, estabamos tan cerca, me encantaba estar así, me encantaba estar así con Nash.

—Por favor, no apagues la alarma mañana.

—No te prometo nada —me besó y abrazo mas fuerte, logrando que me qudara dormida.

(...)

7:30 am. De tan solo pensar que me estaba levantando a esa hora en vacaciones me invadía la rabia. ¡Quería mis vacaciones de vuelta!.

Desperté a Nash costosamente, aunque no tenía ganas de hablar demasiado, tan solo le informé la hora que era y que si no se levantaba iba a ser peor.

—¿Te he dicho que me encanta como te queda el uniforme? —me dijo Nash apretando levemente mi trasero mientras caminábamos hacia la cafetería.

—Deja de tocarme, y sí, me lo has dicho más de dos veces.

—Creo que nunca podré entenderte.

No entendía a qué se refería, pero no tenía ganas de hablar ahora, se lo preguntaría mañana.

El desayuno era la peor comida del día, era tedioso, todos teníamos cara de dormidos, la mayoría estabamos de mal humor por razones similares y eran pocos los que hablaban, solo algún que otro murmullo, y ese silencio me daba ganas de dormir.

Nos dirigimos a donde siempre hacíamos los ejercicios, lo único que esta vez habían otras cosas.

Era como un circuito; había una parte en la que había que subir una escalera y bajar por un tubo, luego había que saltar en un pozo y salir de el, correr como media vuelta al mundo y por último escalar un muro para llegar al otro lado, ¡Genial!.

Gustav nos explicó lo que teníamos que hacer. Nash y yo teníamos que completar el maldito ejercicio cinco veces más que los demás, haciéndolo diez veces en total, hoy fallecería.

Todos se fueron a otro lugar después de terminar mientras nootros aún estabamos ahí, supervisados por el director.

—Aún nos faltan cuatro veces y ya no puedo ni pestañear.

—Vamos ______, falta poco.

Terminamos de hacerlo y ambos nos tendimos sobre el césped apenas pudiendo respirar. Estábamos sudando más que nunca en la vida, el sol nos daba en la cara, pero no podíamos ni movernos.

—¿Qué creen que hacen? —nos preguntó el director mirándonos desde arriba ya que estaba de pie, tapándonos el sol.

—Intentando... seguir viviendo...

—Lamento informarles que el día no terminó; deben ir con sus compañeros.

Suspiré y junté todas mis fuerzas para ponerme de pie. Caminámos hacia donde estaban los demás y me llevé una gran sorpresa; estaban disparando al blanco.

Miré extrañada y nos pusimos en la fila para tirar.

—¿Será pesada el arma? Quizá pueda golpear a Gustav en la pierna para que le duela y nos deje irnos.

Nash me miró divertido, yo negué con la cabeza y sonreí también; él siempre me hacía sonreír.

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Perdón en serio, el colegio me tiene muy ocupada, lo siento si el capitulo tiene algún error, lo arreglaré después, espero les guste, voten y comenten ♡

Campamento Militar || Nash Grier (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora