Campamento Militar || Nash Grier (Editando)

Capitulo 24

—¿Se puede saber dónde estabas? —preguntó Nash en seguida que entré al lugar. Genial, ya quería ver su reacción al contarle.

—¿Acaso te importa?.

—Algo —escuché que murmuró. Evité sonreír y lo miré.

—Estaba con Dylan.

Su cara pareció desfigurarse, noté como cerraba los puños con fuerza, llegó a casi darme algo de miedo.

—¡No te entiendo ______!.

—¿Qué no entiendes?, ¡Yo no te entiendo a ti!.

—¡Nunca podré entenderte. Primero estamos lo más bien y luego te enojas si te toco o digo algo, y ahora no vienes porque estabas con otro!.

—No somos nada Nash, ¿Por qué carajos tiene que importarte lo que yo haga o con quien esté?, además, tú tienes a Sarah.

—¿Así que a eso se debe todo esto?, ¿estás celosa de Sarah?.

—Ya quisieras. Por mí puedes hacer lo que quieras, me da lo mismo.

—¿Algún día dejarás tu orgullo de lado?.

—No planeo hacerlo, y menos por ti.

—Está bien, si eso es lo que quieres.

—¿Eso qué?.

—Se terminó —y sus palabras dolieron, debía admitir, no estaba lista para que lo que sea que tuvieramos se terminara, pero yo no daría mi brazo a torcer, si eso era lo que él quería, perfecto.

—Hablas como si alguna vez hubiera existido algo.

—¿Por qué mejor no te vas con Dylan?.

—¿Por qué mejor no te vas con Sarah?, ¡O mejor te callas!.

Me miró y un profundo silencio se instaló en la habitación. Él salió por la puerta dando un portazo, y yo me senté en la cama, pensando en la discusión.

No iba a darle demasiada importancia, Nash podía seguir con Sarah, y dejarme a mí en paz, no lo necesitaba.

Me puse el uniforme y al rato me fui al patio.

—Tengo algo que preguntarte...

—Pregunta —le contesté a Dylan mientras caminaba a sentarme en uno de los bancos, estabamos jugando volley, pero ahora no era mi turno.

—Hoy es sábado así que estaba pensando en... si querías... tener una cita conmigo.
—¿Una cita? —él asintió—. ¿Aquí?.

—Sí ya lo sé, no es nada lindo, y esto no contará como primera cita, sólo... es para salir un rato.

—¿Primera cita?, ¿insinúas que habrán otras?.

—Por supuesto que sí. ¿Qué dices?.

—Está bien. Nos vemos más tarde, ya es mi turno —me puse de pie y corrí hacia la cancha.

—Te felicito por tu nuevo novio —murmuró Nash a mi lado. Ni siquiera le contesté, ya se estaba pasando de idiota, y ambos debíamos aceptar que nuestros juegos tontos se habían terminado.