Campamento Militar || Nash Grier (Editando)

Capítulo 40

Capítulo dedicado a @camiicazenave

Bajé las escaleras rápidamente dando saltos, esperando que las palabras que acababa de leer fueran mentira.

-¿Qué es esto? -inquirí a mis padres mientras movía el sobre en mi mano.

-¿No sabes leer?

-¡¿Por qué debo irme a París con Josh?!

-Deja de gritar, _______, es solo una semana.

Suspiré con el ceño fruncido, al menos no sería para siempre, pero igualmente la idea no me agradaba.

-Yo no quiero ni pienso ir.

-Pues a mí me deja de importar lo que quieras -habló mi padre con voz firme, mi madre había estado callada y quieta todo el tiempo-. Ya hemos hablado de esto.

-¡No quiero a Josh! ¡Quiero a Nash! ¿Qué no lo entienden? No quiero estar con nadie que no sea él.

-No empieces con esa rabieta de niña.

-¡No son rabietas ni que mierda! ¿Acaso no importa lo que siento?

-Cursilerías, tú eres la que no entiende, Nash no te quiere.

-¡Claro que sí!

-¡No, no lo hace! Eres una malcriada, te hemos dado todo lo que alguien cuerdo querría y ahora nos agradeces de esta manera. Estar con ese Grier no nos trae beneficios, su padre es empleado, no dueño de una compañía.

Sentí la rabia recorrerme y cerré mis puños, inhalé y exhalé para luego continuar.

-Adivina, ¡Eso me importa una mierda! Estaré con Nash les guste o no, iré a ese viaje si tanto lo quieren, pero sepan que no cambiará nada.

-Me alegra que ya quieras ir.

Lo miré odiándolo, subí las escaleras y al abrir la puerta me choqué con Nash.

-¿Qué hacías?

-Déjame ir a hablar con tu padre -Lucía bastante molesto.

-¿Qué? No, déjalo.

-Ese hombre es un idiota, siento que sea tu padre pero...

-Está bien, pienso lo mismo que tú.

-¿Sabes que te quiero, verdad?

Colocó sus manos en mi cintura y comenzó a avanzar con pequeños pasos, logrando que yo quedara contra la pared.

-No lo sé...

-Puedo demostrártelo si quieres -Rozó sus dulces labios con los míos.

-Eres un calentón.

-Es que tengo una novia demasiado sexy.

Su mano pasó lentamente por mi cuerpo.

-No soy sexy -reí.

-Sí que lo eres, eres hermosa, graciosa, histérica y muy sexy.

-Basta.

-¿De qué hablas?

-Odio ruborizarme, así que basta de decirme esas cosas.

-Me gusta hacerlo.

Sonrió antes de besarme, acariciando mi mejilla con su dedo.

-Me iré a París -solté cuando nos separamos.

-¿Q-Qué?

-La próxima semana, con Josh...

Puso los ojos en blanco, y hubiera reído si la situación hubiese sido otra.