Sus manos tecleaban con extrema rapidez el proyecto que daría junto con el López sobre el problema del agua.
Su mirada se desvió un instante al poblano que estaba realizando su parte del trabajo, chasqueo la lengua, definitivamente odiaba a ese tipo.
Parecía una grabadora vieja por sus constantes tartamudeos, parecía un corderillo indefenso que necesitaba ser cuidado y eso le asqueaba, su apariencia de chico que no hacía ningún mal no hacía más que aumentar la lástima que sentían las personas hacia él y que obtuviera lo que quería sin esforzarse, todos caían en esa trampita excepto él, él sabía que a veces el lobo se vestía de cordero.
Contó hasta diez volviendo a su trabajo, minutos después el López dejó su computadora llamando su atención —¿Ya terminaste?
—S-si —Aguanto sus ganas de meterle un lápiz en la boca para que aprendiera a hablar bien, reviso de reojo su trabajo y asintió pasándole una memoria USB
—Pasa el documento a mi memoria y apenas termine mi parte juntaré ambas partes para presentárselo al señor Ubaldo —Dijo tratando de usar un tono amigable pero que sonaba más hipócrita que nada, pero el López ni enterado estaba de aquello.
La memoria se le fue devuelta en cuestión de minutos, la tomó con su dedo pulgar e índice y la coloco en la abertura que correspondía, abrió el archivo y empezó a juntar ambos trabajos, le dio presentación y acomodó las diapositivas de manera que quedara de una forma atractiva, ordenada y profesional, guardo el respaldo en su laptop y posterior a ello quitó la USB de su laptop.
—Vamonos, es hora de mostrárselo al señor Ubaldo —Dijo levantándose de su asiento, el castaño imitó su acción y ambos salieron de su sitio de trabajo para ingresar a la oficina del Ortega quien hablaba con su jefa de campaña, él fue quien llamó a la puerta recibiendo la mirada fría del futuro presidente, aunque aquello le dio escalofríos siguió con la espalda recta
—¿Qué quieren?
—Hemos venido a mostrarles nuestro proyecto, señor Ubaldo
—Perfecto, pasen de inmediato
La presentación fue impecable, tal vez algunos tartamudeos que tenía el monólogo que realizó Cuahutemoc, pero nada que perjudicará el trabajo que se realizó entre ambos.
La sonrisa que tenían los rostros de ambos mayores le hizo sentirse satisfecho del trabajo que se realizó.
—¿Lo hicieron ustedes dos?
Sus orbes grisáceos se dirigieron a la silueta de la jefa de campaña y asintió —Decidimos unirnos para poder realizar este proyecto de manera impecable, como usted dijo, debemos unir fuerzas si deseamos seguir en esta campaña
—¿Es aquello cierto, señor López?
—S-si
—Pueden retirarse, señor López y señor Symanski, gran trabajo —Halago Ubaldo extendiendo su palma hacia la salida de su oficina, ambos salieron en silencio cerrando la puerta detrás de si
—¡Lo hicimos! —Celebro su contrincante extendiéndole su puño, arqueó la ceja antes de imitarle y chocar los puños —G-gracias por la a-ayuda Mateo
—No deberías agradecer aquello, Cuauhtémoc, era un proyecto para preservar nuestro puesto aquí —Dijo antes de aclarar su garganta, debía ser más amable, se recordó —Por cierto, Cuauhtémoc
—¿Si?
—Te invito una bebida, como símbolo de triunfo entre ambos, seguimos aquí y al señor Ubaldo le ha gustado nuestra propuesta, aquello ha de celebrarse
—Tienes razón, lo mejor es que le diga a Aris que no podré ir con él al cine —El castaño se alejó un poco, lo vio sacar si teléfono y luego empezar a hablar con su novio, el joven Córcega.
—Tahi, te juro que fue de imprevisto, pero te prometo compensarlo, ¿Si? —Sonrio, se veía que en la otra línea alguien no estaba demasiado contento con aquello, eso solo le hacía sonreír, imaginarse como la pareja se peleaba era un sueño que prontamente se haría realidad.
El más bajo regreso con una mueca en sus labios —¿Nos vamos Mateo?
—Oh, si, claro
El camino a la cafetería fue en silencio, el menor le hablaba de cosas que ignoraba pero asentía cada que este le miraba, como si en verdad le estuviera oyendo.
Apenas ambos llegaron a la cafetería, buscaron una mesa, solo pidió un café mientras que el contrario pedía otra cosa que ignoro.
Cuando sus órdenes llegaron Cuauhtémoc volvió a hablar del tema que dejaron apenas entraron al establecimiento, esta vez sí puso un poco de atención para que no se mostrará su falta de interés en lo que contaba.
Ahí entendió que las cosas entre el López y el Córcega no andaban muy bien que digamos, las peleas habían empezado desde que el hijo del señor Ubaldo había vuelto a sus vidas, su actitud ensimosa con el López y sus constantes bromas que realizaba para el Córcega, junto con los coqueteos que daba al mismo López, habían causado un distanciamiento entre la pareja y varias amenazas de romper pronto, cosa que guardo para después.
—Asi que por ello decidí cancelar la cita que tenía con Aris, no es que odie su compañía pero...necesito espacio pero no sé cómo pedírselo.
—Solo debías pedirlo...Tahi.
Y el ver al de cabello rizado detrás del López, con aquél gesto de molestia, sus brazos cruzados y con el Ortega a lado suyo con una sonrisa nerviosa, le alegraron la tarde, sus manos se entrelazaron mientras ponía total atención a lo que sucedía enfrente de sus narices.
La discusión que vendría era algo que guardaría en su memoria con alegría.
Hey, hola, espero que estén muy bien.
Aquí les traigo la segunda parte de este pequeño fanfic que si, ya tengo la manera en que van a estar distribuidos los capítulos y espero prontamente subir la siguiente parte cuando me desocupe en la universidad al igual que de la Higuel week
Espero y les guste, los quiero.
Atte. CallMeMemoAponte
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Rompiendo el Aristemo (Aris x Mateo)
FanfictionMateo no quería a Aristoteles, no, todos los homosexuales le incomodaban Pero ese chico era la persona perfecta para causar la salida de campaña de Cuauhtémoc. Y él quería ver como este se rompía lentamente