Mateo no quería a Aristoteles, no, todos los homosexuales le incomodaban
Pero ese chico era la persona perfecta para causar la salida de campaña de Cuauhtémoc.
Y él quería ver como este se rompía lentamente
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— Gracias por invitarme a comer y traerme a casa Mateo, eres muy amable
— No es nada Aris, así me aseguro de que no suceda nada en tu camino de regreso
El menor de ambos sonrió, el más alto era demasiado amable cuando se lo proponía.
— Hasta mañana — Se despidió y, antes de salir, le dió un beso en la mejilla
Mateo se tocó la mejilla por inercia, su mirada grisácea veía fijamente al oaxaqueño ingresar a la privada y desaparecer de su vista.
— "Lindo" — Pensó para sí y, cuando reaccionó, se dió un golpe en la frente tratando de quitar aquél pensando de su mente.
Esto era solo un juego, solo quería venganza de Temo y para ello debía usar a Aris, sólo eso.
Aunque no entendía por qué ahora el castaño se le hacía tan divertido.
¿Desde cuándo el Corcega se veía adorable cuando hablaba como loro?
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— ¿Dónde estabas? — Pregunto Temo una vez entro al departamento
— Tenía cosas que hacer — Respondió cerrando la puerta tras de sí — Así como tú tienes cosas que hacer temprano, yo también las tengo Cuauhtémoc
El más bajo de ambos bufo y siguió comiéndose sus gomitas, el silencio era incómodo pero el Córcega agradecía mil veces que su novio estuviera callado a qué estuviera gritándole como loco.
Si, era mil veces mejor.
— Por cierto, tengo algo que hacer en la noche Aris, espero no te moleste estar solo — Aviso el López antes de que el más alto se encerrará en su habitación
— Como sea, ve con cuidado — Respondió antes de encerrarse en la habitación que compartía ambos
Aquello dejo mudó al menor, jamás el mayor le había contestado tan seco, siempre preguntaba a dónde iría o si quería que lo llevará.
Decidió ignorar aquella opresión en su pecho para seguir viendo su teléfono con una sonrisa en sus labios.
Chico de civil En línea ¿Entonces si nos vemos hoy?
