NA: Perdonenme por favor, enserio pido una gran disculpa por no actualizar dos semanas seguidas. En verdad he tenido pésimos y pesado días y no me han llegado ideas para seguir este fic.
De nuevo una disculpa a las personitas que siguen leyendo este fic, trataré de seguir actualizando semanalmente, si por alguna cosa no logro actualizar avisaré en mi perfil <"3.Ya habían pasado tres días desde que se había ido de la privada y vivía con la familia Reynoso y dos desde que se había encontrado a su ex-novio en donde trabajaba, desde ese día había bloqueado su número y borrado de sus contactos, si seguía teniendo su número era demasiado probable que volviera a llamarle y pedirle perdón, entonces el coraje que tomo antes se habría ido al caño.
— Te veo al rato Aris
— Cuídate Carlota, nos vemos en la clase de tu mamá — Se despidió con su mano viendo a la castaña irse con su novio, si le dejaban ser sincero, se sentía demasiado feliz por Carlota pues tenía una relación estable, y podía confesar que también un poco celoso de que su relación fuera mil veces mejor que su antigua relación.
Camino en dirección a su siguiente clase cuando fue interceptado por el rubio teñido que tenía como amigo quien le tomo del brazo jalandole hacia los baños de la escuela.
— ¿Sucede algo Diego?, tenemos clases
— Dime que es verdad lo que estuvo diciéndome Cuauhtémoc
— ¿Qué te dijo Cuauhtémoc? — Cuestionó arqueando la ceja, esperaba que no fuera otro drama como cuando le rechazo hace años con su famosa frase "Lo siento Temo, pero yo no soy gay".
— Dijo que lo cortaste bien gacho y que cuando fue a tu trabajo le dijiste que se fuera para siempre de tu trabajo o llamabas a tu jefe para que se lo lleven los judiciales — Dramatizó el rubio con una sonrisa burlona — Obvio se que exagero y lo único rescatable de ahí es que cortaste con él, pero obviamente tenía que saber si es cierto o es pura mamada del Temo.
— Es real — Confesó acomodándose su mochila — Yo rompí con Cuauhtémoc y me fui de la privada
— Por fin te diste cuenta amigo de que Cuauhtémoc no era alguien para ti... ¿alguna razón para que lo hayas dejado y no lo hayas hecho hace meses? — Preguntó el rubio, y es que era mentira que dijera que no le interesaba el chisme del por qué ese par meloso había roto, aunque tenía ciertas sospechas cuando reviso el teléfono de su "amigo" y vio ciertos mensajes subiditos de tono con chicos que no eran su novio.
Pero o sea, si quería reclamarle a su amigo por pendejo, primero quería saber si era cierto
— Me engañaba con otros tipos y me harté de ser solo su caprichito, así de simple y sencillo, tampoco es como si lo hubiera cachado cogiendo con alguien en el departamento
— Idiota — Susurró con molestia el Ortega, no, si ahora si le daba sus buenos madrazos a su amigo.
Una cosa es que estuvo enamorado de Cuauhtémoc por años y otra muy diferente que Cuauhtémoc haya engañado al pobre de Aris cuando años atrás hablaba entre llantos que fue rechazado por el amor de su vida y tiempo después de que era muy feliz con su novio, simplemente perfecto.
— ¿Nos vamos a clases Diego? — Preguntó el Córcega mostrándole la hora, solo quedaban cinco minutos antes de la clase, simplemente asintió y ambos se fueron en dirección al aula, ahí estaba Mateo leyendo un libro, libro que dejó para saludar con su mano causando que el hijo del futuro presidente le diera un codazo al oaxaqueño
— Tu Romeo, Aristóteles — Expreso burlón causando que el contrario le diera un ligero empujón — Nena
— Cállate el hocico, namás somos amigos — Reclamo enseñándole la lengua causando que ambos rieran
— Buenos días Aris...Diego — Saludo el de ojos grises con una sonrisa demasiado inusual en su persona, obviamente algo había pasado ese fin de semana, pero eso era otra historia
— Hola plangano — Saludo el rubio — Si me disculpan, voy por un lugar, los dejo tortolitos — Y tal como dijo, ingreso al salón dejándoles solos, bueno, había decenas de estudiantes que iban a sus aulas, pero solo se conocían ellos dos así que no contaban.
— ¿Qué tal tu fin de semana Aris?
— Regular, pasaron tantas cosas
— Tengo tiempo suficiente para oírte — Admitió el Symanski causando que el más bajo sonriera de manera leve, y tal vez sentir un pequeño golpe en su corazón, era difícil decirlo con certeza
— ¿Nos sentamos juntos Mateo? — Preguntó curioso, el contrario asintió y ambos iban a entrar cuando sintió un escalofrío seguido de alguien gritando su nombre
— ¡Aristóteles Córcega! — Llamo Cuauhtémoc caminando a paso rápido hacia donde ambos estaban.
Tal parecía que sus problemas con Cuauhtémoc todavía no finalizaban.
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Rompiendo el Aristemo (Aris x Mateo)
FanficMateo no quería a Aristoteles, no, todos los homosexuales le incomodaban Pero ese chico era la persona perfecta para causar la salida de campaña de Cuauhtémoc. Y él quería ver como este se rompía lentamente