27

189 21 11
                                    

Llegó a la casa de los Reynoso con la respiración agitada, le había importado muy poco la distancia antes de irse corriendo, se permitió tomar aire mientras tocaba el timbre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llegó a la casa de los Reynoso con la respiración agitada, le había importado muy poco la distancia antes de irse corriendo, se permitió tomar aire mientras tocaba el timbre.

La puerta fue abierta por la señora Elsa quien, antes de que pudiera hablar, le cerró la puerta en la cara.

Suspiro antes de volver a tocar, esta vez no recibió respuesta alguna.

— Señora Reynoso, le pido por favor que me deje ver a Aristóteles — Pidió volviendo a tocar el timbre, de nueva cuenta, no recibió respuesta alguna de la mujer

¿Cuánto habría estado tocando el timbre sin recibir respuesta?, tal vez cinco, diez o quince minutos, la realidad no tenía consciencia completa sobre el tiempo mismo.

— ¡Señora Reynoso por favor!, déjeme hablar con Aristóteles, solo quiero aclarar las cosas con él — Pidió sin dejar de tocar el timbre — Déjeme arreglar las cosas con él por favor

"tu me tienes olvidado, no respondes al llamado"

— Por favor, solo déjeme hablar con Aristóteles, se que hice una estupidez, pero necesito hablar con él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Por favor, solo déjeme hablar con Aristóteles, se que hice una estupidez, pero necesito hablar con él

Habían pasado dos horas con diez minutos, se hallaba sentado en el suelo, tocando constantemente el timbre esperando que por fin la puerta fuera abierta.

Por fin, como si alguien de allá arriba hubiera oído sus suplicas, dejando ver a la rubia que tenía el ceño fruncido, mostrando así lo molesta que se encontraba, se levantó de inmediato esperando que esta hablara, cosa que hizo después de verle despectiva.

— Quince minutos, si te atreves a hacerle algo o lastimarlo más de lo que ya has hecho, te sacaré de mi casa a patadas y pediré al director que te cambie de aula para que no te vuelvas a acercar a mi niño, ¿entendiste?

— Si señora

Entro a la casa y subió las escaleras, cuando llegó a la puerta del oaxaqueño titubeó sobre si tocar la puerta o no.

Había logrado que la mayor le permitiera hablar con el menor pero, ¿y si este no quería siquiera oírle?, sabía que sus acciones en el pasado habían sido deplorables, había pensado solo en su venganza sin pensar siquiera en el Córcega, ignorando por completo su aquello podría lastimarle en el futuro, ocultando aquello de todos los que le rodeaban.

Se había enamorado, había cambiado para bien por el oaxaqueño, tratando de hacerle feliz, de que olvidará los malos tratos del poblano y lograndolo exitosamente.

Aristóteles le había hecho tanto bien pero él le había hecho tanto mal al menor, para él era más que razonable que esté jamás quisiera hablar con él ni perdonarle.

Lo admitía, se merecía eso y mucho más por ello, le había lastimado tanto como Cuauhtémoc si no es que más.

"El verdadero amor perdona, no abandona, no se quiebra, no aprisiona"

Decidido, tocó la puerta.

— Aris, soy yo, Mateo, tengo que hablar contigo

— ¡Vete a la mierda!, ¡Lárgate de mi vista! — Oyó del otro lado de la puerta, aquello le dolió, pero decidió seguir intentando

— Aristóteles por favor escúchame, necesito que me escuches

— ¿Qué debo escuchar de ti?, ¿qué solo me usaste como un juguete para joder a Cuauhtémoc?

— Te juro que jamás creí que esto pasaría a mayores, te lo iba a decir

— ¿Cuándo?, si Cuauhtémoc no me hubiera abierto los ojos... ¿cuándo?

No respondió, por qué no sabía cuándo, si era honesto, jamás le hubiera dicho aquello con tal de seguir siendo felices juntos.

— Solo...solo déjame hablar contigo, los dos de frente, si aún así no quieres verme lo entenderé, pero necesito verte una vez más Aris, solo una vez más — Pidió

Ahora el fue quien no recibió respuesta alguna, a pesar de ello, la puerta fue abierta unos segundos después dejando ver al castaño.

— Habla de una vez que no tengo todo tu día

"No se quiebra como pompas de jabón"

"No se quiebra como pompas de jabón"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Rompiendo el Aristemo (Aris x Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora