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Era un nuevo día, Aristóteles salió del departamento ignorando los gritos de su pareja quien quería seguir peleando por haber apoyado el ideal de Carlota en vez de decirle a Diego pero, ¿como quería que le dijera a ese chico que consideraba su ami...

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Era un nuevo día, Aristóteles salió del departamento ignorando los gritos de su pareja quien quería seguir peleando por haber apoyado el ideal de Carlota en vez de decirle a Diego pero, ¿como quería que le dijera a ese chico que consideraba su amigo que la única amiga que tenían había sido la amante de su padre y gracias a ello su familia se estaba destruyendo?

Sobo el puente de su nariz y siguió su camino hacia la universidad, lo único que le alegraba es que Carlota seguía con su relación amorosa sin problema con un chico que conoció en la facultad, ya podía considerar a Diego un buen amigo y empezaba a conocer a Mateo.

Mateo

Ese chico que había odiado al inicio por como trataba a su Tahi, aquél que se había disculpado de lo que dijo Temo de su relación semanas atrás y que hace una semana le había halagado y con quién estuvo hablando por WhatsApp ayer en la noche.

Una sonrisa apareció en sus labios a la par que ingresaba a la universidad, jamás pensó que sería tan agradable y ahora que lo conocía un poco más se arrepentía de haber creído que el más alto era un troll.

Entonces su corazón se detuvo unos instantes y sus mejillas empezaron a arder como si tuviera fiebre.

Enfrente suyo se hallaba Mateo con un ramo de rosas de color rosado, flores que extendía a su persona mientras todos los que veían aquella escena quedaban boquiabiertos.

— Me gustas Aristóteles — Fue lo único que dijo el mayor

Su corazón empezó a latir como loco mientras tomaba aquel ramo con timidez.

Solo dos personas se le habían declarado en su vida: Yolo quien ahora era una gran amiga y Temo con quién salía en esos momentos.

Entonces vio a su novio, bueno, su casi ex-novio tirarse encima del mayor y empezar a golpearlo.

Temo.

Temo estaba golpeando a Mateo por declararsele.

¡Temo estaba golpeando a Mateo!

— ¡Temo sueltalo! — Grito soltando el ramo tomando a su novio para quitarlo de encima del Symanski

— ¡Te mataré Mateo! — Grito con odio Temo

Y ahí iba su día perfecto

— ¡¿Cómo pudiste aceptarle un regalo a ese Symanski!?

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— ¡¿Cómo pudiste aceptarle un regalo a ese Symanski!?

Aristóteles suspiro cansado, llevaba una hora oyéndole gritar lo mismo sin darle tiempo de siquiera explicarse, sus dedos acariciaban a la única rosa que se había salvado del incidente.

— ¡Aristóteles! — Grito de nuevo el más bajo golpeando la mesa del departamento.

Por qué sí, habían tenido que faltar ese día por el berrinche que había estado haciendo su novio enfrente de toda la escuela y que había atraído la mirada de los estudiantes.

— Mira Temo, ya me harté de que solo me andes gritoneando, ni que me hubieras visto coger con Mateo

— ¿Ahora es Mateo? — Pregunto con molestia el contrario

— Yo que recuerde tú eras el que me dijo que debíamos ser amables con Mateo, que dejáramos los resentimientos y las exageraciones y, oh sorpresa, el que se andaba quejando con él a mis espaldas de que te andaba hostigando, ¿Pero yo soy el que te engaña con Mateo?, eres un hipócrita Temo y creo que...creo que lo mejor es terminar — Terminó de decir levantándose de su asiento, sin notar como apretaba aquella rosa con fuerza hasta dejarla hecha trizas

— ¡No me puedes dejar Aristóteles!

— Claro que puedo, ya no eres el mismo de antes y ya no puedo seguir con alguien como tú Cuauhtémoc...dejaste de ser el chavo del que me enamoré

Iba a salir del departamento, plantearse la idea de cambiarse a un departamento más pequeño que pudiera alcanzarle con sus ahorros y dejar por fin esa relación que en algún momento había sido hermosa.

Como dijo, iba.

— ¡Si me dejas me mato Aristóteles!, ¿me oyes?, me mato si tú te vas — Amenazó el poblano

— Deja los dramas Cuauhtémoc — Advirtió tomando el pomo de la puerta con intensiones de abrirla

—¡No es ninguna broma!, sin ti nada será igual Aris...yo... prometo cambiar y ser un mejor novio — Prometió el López, las lágrimas se hicieron presentes en el más bajo de la pareja a la par que hablaba y empezó a llorar

Desearía poder afirmar que esas lágrimas no hacían efecto alguno en su ser, que iba a abrir esa puerta y por fin dejar aquella relación pero, eso era una vil mentira.

— No llores Temo, por favor — Pidió soltando el pomo de la puerta y lo abrazo, sus dedos acariciaban con extrema cuidado la cabellera castaña del menor — Aquí estoy

— ¿No me vas a dejar Aristóteles?

Por un momento dejó de pensar claramente y el nudo se hizo presente en su garganta, pensando que iba a decir.

¿Dejar ir al López o seguir esa relación?

Y entonces, viendo al castaño sollozar aferrado a su espalda le dio la respuesta, o al menos una temporal.

No importaba cuántas peleas tuvieran, no importaban los celos del menor, no importaba que este lo tratará de alejar, no importaba que se quejara sobre su relación ni tampoco importaba que aquellos lindos ojos marrones vieran a otros chicos que no fueran él, no importaba.

— No Temo, no te voy a dejar

Por qué aún amaba a Cuauhtémoc López.

Hoy en: "viernes de actualización" les traigo actualización del único fic Aristeo del mercado

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Hoy en: "viernes de actualización" les traigo actualización del único fic Aristeo del mercado... Por ahora •<•

Espero y les guste cómo vamos avanzando, prometo que no serán demasiados capítulos para tampoco andar alargando esto :3

Los amo 💖

Rompiendo el Aristemo (Aris x Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora