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— ¡Ven acá Cuauhtémoc! — Los gritos se podrían oír hasta las otras casas de la privada, sin exagerar

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— ¡Ven acá Cuauhtémoc! — Los gritos se podrían oír hasta las otras casas de la privada, sin exagerar

— Deja de gritarme papá — Exigía el menor con molestia, aunque cabe decir que su molestia no estaba en lo absoluto justificada

— ¡Deja de actuar como un niño mimado Cuauhtémoc López!, jamás te he criado así, te crié para ser un niño de bien y no esta persona que siquiera reconozco, así que vas a venir a la sala a hablar conmigo y con tu madrastra

— No quiero

— Nunca te pedí tu consentimiento, vas ahora mismo — Ordenó

Cuauhtémoc gruño antes de ir a regañadientes a la sala y, mientras Susana trataba de hablar con su hijastro Pancho se permitió llorar en silencio.

No entendía que había pasado con su Temito, su hijo, había tratado de ser un padre ejemplar y el solo ver cómo este se comportaba, como había lastimado a Aristóteles y todavía iba a meterse a su relación con ese chico le lastimaba.

¿Qué había hecho mal?

— Por favor hijo, entiende que lo que estás haciendo está mal, estás lastimando a Aristóteles — Pedía Susana ya cansada del comportamiento del menor, le sorprendía en demasía como este había cambiado tan repentinamente, demasiado distinto al niño ...

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— Por favor hijo, entiende que lo que estás haciendo está mal, estás lastimando a Aristóteles — Pedía Susana ya cansada del comportamiento del menor, le sorprendía en demasía como este había cambiado tan repentinamente, demasiado distinto al niño que vio la última vez antes de que fuera a estudiar derecho junto con Aristóteles

— Son mis asuntos Susana, si quiero drogarme lo hago, total que ya soy mayor de edad y no vivo más con ustedes

— ¡Pero el dinero con el cual vives es de Pancho, no tuyo!, Pancho ha hecho demasiados sacrificios contigo y tus hermanos como para que le pagues de esta manera Cuauhtémoc

— ¡Jamás pedí que lo hiciera!, siempre piensan que el dinero hace de todo pero todo el tiempo en que me han dejado solo cuenta de igual manera Susana, si quieren su dinero bien, no lo necesito, puedo subsistir por mi propia cuenta

La mayor trato de tomar la mano del menor pero este le dió un manotazo antes de salir de la casa de un portazo, por el ruido Pancho corrió a ver qué sucedía para ver qué su hijo mayor ya no se encontraba ahí y su esposa veía la puerta fijamente

— ¿Se fue Susanita?

— Se fue Pancho, dijo que puede sobrevivir sin tu dinero y que no quiere que nos metamos en su vida

— ¿Qué hice mal? — Preguntó y Susana negó

— Tú no hiciste nada malo Pancho, fuiste un buen padre, las decisiones que ha tomado Cuauhtémoc en este tiempo no son culpa tuya sino de él

— ¿Pero cómo le vamos a ayudar a mi Temo?, no quiero imaginarme que empeore más de lo que ya está, ha hecho demasiado daño a nuestro pobre Aris, el marido de Polita no sabe nada de Aris desde hace meses por qué Cuauhtémoc le dijo que ya no quería saber nada de ellos

Susana jamás había visto a su marido llorar, siempre había sido un hombre feliz y le dolía verle así.

Mientras que ella consolaba a su marido, Cuauhtémoc se hallaba en el parque tratando de calmarse después de lo sucedido.

— ¿Por qué no se meten en sus asuntos? —Jalaba sus cabellos con fuerza a la par que pensaba aquello, no podía entender que ellos solo buscaban lo mejor para él.

No podía y no quería entender aquello, había una venda que le tapaba los ojos sobre la verdad, que lo que estaba haciendo era malo, muy malo.

Entonces, recordó cada cosa que hizo con el oaxaqueño, si lo veían desde el punto de vista de cualquiera eso era malo pero para el castaño todo lo que había hecho fue para bienestar del contrario.

Desde "perder" la dirección donde vivía Arqui y su padrastro

"— Temo, gracias a Dios te veo, ¿has visto a Aris?, me robaron mi antiguo teléfono y quisiera decirle la dirección de nuestra casa para que venga a ver a Arqui cada que guste— Hablo el tutor de Arqui y segundo esposo de Polita

Se habían visto por mera casualidad, Aristóteles se hallaba haciendo una tarea que se le había olvidado por lo que le tocó ir a comprar pan solo, no se imaginaba que vería al padrastro de su novio.

— Oh, puedes darmela, yo con gusto se la daré cuando llegue a casa — Sugirió

— Muchas gracias Temo — Un papel le fue extendido y vio como este se retiraba

Reviso el papel antes de romperlo, Aris no necesitaba a nadie más que él"

Engañarlo con un tipo solo por una pequeña disputa.

"— No creo que sea correcto, tienes novio — Murmuraba aquél chico de su facultad, bufo molesto de saber que esté seguía negándose a sus encantos

— Vamos, Aris no se dará cuenta de ello, solo será una noche — Expreso con coquetería, sus manos acariciaban el pecho del castaño.

Un beso, dos besos y más fueron dados mientras la ropa era retirada. Aquella noche le fue infiel al oaxaqueño por primera vez."

Decirle al padrastro de Aristóteles que este ya no quería saber nada de él.

"— Cuauhtémoc, que bueno es verte nuevamente — Le interceptó el mayor, contó hasta diez antes de sonreír de mala gana

— Ah, hola, ¿qué tal todo?

— Todo muy bien, la verdad es que quisiera saber dónde está Aristóteles, su hermano me ha preguntado incontables veces cuando vendrá y, ¿si le diste la dirección?

— Claro que si, la cosas es que... — Unos segundos se quedó en silencio, buscando una respuesta convincente para el mayor — Es que Aris ya no quiere verles

— ¿Cómo?, pero si él me pidió que una vez tuviéramos un lugar fijo le diera nuestra dirección, me pidió que le permitiera ver a su hermano, ¿cómo es que ahora no quiere verlo?

— No tengo idea, lo siento pero se me hace tarde

— ¡Cuauhtémoc!

Ignoro sus gritos del mayor, solo siguió caminando sin decir más.

Aristóteles no los necesitaba"

Y muchas cosas más que él sentía que fueron buenas.

Oh Cuauhtémoc, ¿cuántas veces has lastimado a Aristóteles intencionalmente?

Oh Cuauhtémoc, ¿cuántas veces has lastimado a Aristóteles intencionalmente?

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Rompiendo el Aristemo (Aris x Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora