17

250 27 26
                                    

— ¡Lárgate de aquí! — El grito fue oído por todos los miembros de la familia de Carlota que bajaron las escaleras viendo  al oaxaqueño gritarle al poblano

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Lárgate de aquí! — El grito fue oído por todos los miembros de la familia de Carlota que bajaron las escaleras viendo  al oaxaqueño gritarle al poblano.

— ¡Tienes que escucharme Aristóteles, deja los dramas!

— ¿Qué quieres que oiga?, ¿cómo me engañabas con otros chicos y qué debo volver contigo o te matas? — El silencio le dio la respuesta que, muy en el fondo, sabía cuál era pero seguía haciéndose el idiota — ¿Siquiera has pensado en disculparte después de ello?

Habían pasado tres semanas desde su ruptura y Pancho había estado insistiendo en que fuera a disculparse con el oaxaqueño, cosa que jamás haría.

A pesar de ello, Cuauhtémoc quería devuelta a su novio, el verlo con el judío le molestaba en demasía, en un momento lo tenía en la palma de su mano y en otro ya lo había perdido.

Había perdido a su juguetito favorito.

— Si me oyeras una sola vez en tu vida — Habló — Mateo no te conviene, debes volver conmigo

— ¿Y por qué debería creer en tus mentiras de nuevo?

Aquello era un punto para el Corcega, algo que molestaba al menor pues sabía que aquello era totalmente cierto.

Aún así había estado siguiendo al judío, buscando alguna cosa que demostrará sus intenciones perversas contra su ex-novio que pronto volvería a ser su novio y lo que encontró fue satisfactorio hasta ese momento.

— Él solo te usa Aristóteles, te usa para molestarme — Interrumpió aquellos reclamos causando una carcajada de parte del oaxaqueño — ¿De qué te ríes?

— No eres el centro del universo Cuauhtémoc, lárgate de aquí y no te quiero ver de nuevo a menos que sea necesario — Ordenó señalando una dirección al azar, lejos de la casa de aquellas personas que tan bondadosas le habían permitido residir ahí.

— Es cierto Aristóteles, Mateo solo te quiere para molestarme, jamás le llegaste a importar y la única razón por la que te habla lindo es para llegar a mí...

— ¡Que te largues! — Le interrumpió, su voz sonaba quebrada pero seguía teniendo un porte firme que pronto se quebraria

— Ya te advertí Aristóteles, cuando entiendas eso puedes tomar tus maletas y regresar a la privada conmigo

El poblano se fue de la residencia Reynoso, la puerta fue cerrada y, antes de que Carlota le felicitara por mandar a la mierda a Cuauhtémoc, el oaxaqueño se quebró.

Quejidos salían de su boca mientras las lágrimas caían como cascadas de sus orbes marrones y Carlota corrió a socorrerlo y abrazarlo, Aristóteles necesitaba un lugar donde apoyarse y Carlota estaría para ello.

Se sentía un juguete, uno que podía ser usado como los demás quisieran sin siquiera pensar en como se sentía.

Las dudas habían llegado a su mente, ¿Y si Cuauhtémoc tenía razón?, ¿y si Mateo solo le trataba bien para llegar al López?, ¿entonces todas aquellas cosas lindas que le dijo y lo que hizo por él solo era actuado?

Y, si aquello era cierto, ¿entonces sus sentimientos habían sido desarrollados por la persona equivocada?

Por que Aristóteles se había enamorado de Mateo de manera inconsciente y hasta ese momento lo entendió.

Estaba jodido, simplemente jodido.

Estaba jodido, simplemente jodido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Rompiendo el Aristemo (Aris x Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora