— Habla de una vez que no tengo todo tu día
Sus rizos castaños se hallaban cual nido de pájaros, tenía unas ojeras demasiado notorias y llevaba una pijama, siquiera se había lavado la cara por lo que podía ver un poco de baba seca en su rostro.
Estaba mal, desde cualquier aspecto que veía al oaxaqueño notaba que estaba mal.
Y era completamente su culpa.
— ¿Podemos pasar a tu cuarto? — Se permitió preguntar esperando alguna respuesta positiva, en cambio, el castaño se quedó en su sitio
— Solo habla de una vez Simansky — Ordenó con un tono despectivo que no hizo más que dolerle al mayor
Aristóteles podría parecer demasiado grosero pero alguien debía de entenderlo, el chico que le había hecho tan feliz, que le había hecho por fin darse a respetar y buscar su propia felicidad era el mismo chico que le había utilizado solo para molestar a su ex-novio; estaba confundido, molesto pero sobretodo dolido.
— Aris, te juro que yo...
— No me jures nada Mateo
— De acuerdo, se que estás molesto Aris, te utilice para molestar a Cuauhtémoc, te use para poder sacar a Cuauhtémoc de la campaña presidencial pero me empezaste a gustar, eras alguien demasiado divertido y me hacías pasar los días de manera amena, me enamoraste Aristóteles y si, se que debí decirte la verdad pero tenía miedo de que me odiaras por aquello, por eso vengo hoy a pedirte perdón
El silencio se hizo presente por unos segundos donde el judío jugaba con sus manos, había dicho todo de manera resumida por que sabía que si seguía hablando diría alguna estupidez que mataría cualquier oportunidad de ser perdonado, más de lo que ya estaban
— ¿Eso fue todo? — Pregunto cruzado de brazos el oaxaqueño
— ¿Eh?
— Si me hubieras hecho aquello hace, no se, ¿ocho meses?, hubiera aceptado tus disculpas como un idiota, pero Cuauhtémoc se quedó con todos los perdones que pude entregar en la vida — Una pausa, tomo aire, trato de tener bien claro lo que diría por qué no, no quería doblegarse de nuevo, debía ser firme y no llorar — Por favor vete y no vuelvas a hablarme más
— Aristóteles, por favor, no me hagas esto — Pidió tratando de tocar su rostro, en respuesta recibió un manotazo
— ¡Que te vayas dije! — Grito Aristóteles causando que el contrario retrocediera dos pasos — ¡Tú no sabes cómo me siento!, primero Cuauhtémoc haciéndome menos, engañandome tantas veces hasta en mi propia cara, luego llegas tú y cambias mi vida, me dices cosas lindas y me llenas de detalles, me haces sentir amado, ¿y para qué?, ¿para que al final Cuauhtémoc me diga que siempre fui solo un juguete para ti?, ¿qué solo me querías para que Cuauhtémoc se fuera de la campaña presidencial?, ¿tan poca cosa soy para que me usen de su juguetito entre ambos?
Lloraba, Aristóteles lloraba como no lo había hecho desde la muerte de su madrecita querida, lloraba todo lo que no había llorado aún.
No le habían roto el corazón una vez sino dos veces, las dos personas que pensó que le amaban habían roto su corazón, primero el poblano que le había vuelto dependiente a su persona en un país desconocido y ahora el judío que le demostraba que solo era un simple peón en aquél juego.
¿Acaso alguien le amaría alguna vez?, ¿acaso habría alguien que pensaría en él más allá de una persona?
Si, finalmente Mateo había roto la poca autoestima que había obtenido el oaxaqueño en esos meses.
— Por favor Aris, no me dejes — Pidió el judío, su garganta ardía y, sin poderlo evitar, lloró frente al oaxaqueño
— Dale las gracias a Cuauhtémoc de mi parte
La puerta de la habitación fue abierta, Aristóteles entró y cerro la puerta con seguro.
— ¡Aris por favor! — Sollozaba golpeando la puerta, Mateo se derrumbó, las lágrimas caían una tras otra y, por más que intentará limpiarlas, más lágrimas caían
— ¡Lárgate!... Por favor, déjame solo — Pidió Aristóteles desde su habitación, tapo sus orejas con fuerza deseando ser sordo a la par que lloraba hecho bolita
Elsa finalmente decidió llevarse al judío a su casa, sintiendo pena por el chico, a pesar de ello siguió firme, no podía doblegarse después de lo que le hizo a su pequeño.
Felicidades Cuauhtémoc, ganaste.
"¿Y como deshacerme de ti si no te tengo?, ¿Cómo alejarme de ti si estás tan lejos? "
Se que no debería desquitarme con ustedes por haberme puesto a ver "La vida es bella" y sentir que mi vida es una mierda.
No se preocupen, esperemos que este par se reconcilie, cada comentario y voto son un tomate más que tirarle a Cuauhtémoc.
Gracias por su atención, si me disculpan, seguiré llorando 😭💔
Atte. CallMeCrowley
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Rompiendo el Aristemo (Aris x Mateo)
FanfictionMateo no quería a Aristoteles, no, todos los homosexuales le incomodaban Pero ese chico era la persona perfecta para causar la salida de campaña de Cuauhtémoc. Y él quería ver como este se rompía lentamente