— Aris, por favor respóndeme mi niño
Era un día lunes, de esos que cualquier estudiante odiaba al igual que los maestros, ya pasaban de las diez de la mañana y Elsa había decidido no ir a trabajar aquél día después de ver qué el menor no contestaba.
— Quiero estar solo — Oyó detrás de la puerta, la voz del menor sonaba quebrada y aquello le alarmó.
No era difícil entender que Aristóteles se había convertido en uno más de sus pequeños, lo amaba tanto como a sus dos hijos y el solo oír su voz tan rota le dolía en el alma.
— Mi niño, solo estamos nosotros dos, puedes contarme que te sucede, se que no soy tu madre pero te amo como una madre lo haría, me preocupo por ti, por que seas feliz...
Sus palabras quedaron en el aire cuando la puerta fue abierta dejando ver al antiguo Aristóteles, aquél Aristóteles fachoso con ojeras y sus ojos rojos de tanto llorar, se veía tan roto...¿Qué había sucedido?
— Mi niño pero que...
— Mateo jamás me quiso, solo fui su juguete...otra vez fui solo un juguete Elsa, otra vez solo jugaron conmigo — El llanto se hizo presente y Elsa corrió a abrazar a su pequeño, a consolarle y cuando esté lo quisiera hablarían.
Cómo solo una madre lo haría.
Mateo estaba preocupado, había esperado al oaxaqueño en la puerta de la entrada para darse cuenta que esté no vendría.
Mando decenas de mensajes al menor, llamo tantas veces siendo mandado al buzón de voz y aquello solo le preocupaba más de lo que esperaba.
— ¿Quién lo diría?, Mateo, el grande y serio de Mateo ahora está preocupado, ¿acaso es por Aristóteles?
La voz fastidiosa del poblano no hacía más que molestarle, desde que Aristóteles había decidido arreglar las cosas con él, este solo venía a joderle la existencia todos los días.
— Eso es algo que no te incumbe — Respondió seco, la maestra Elsa no había venido, aún faltaban tres clases para que pudiera salir e ir corriendo a buscar a Aristóteles, debía verlo, saber que le sucedía.
— Yo que tú ya no me acercaría a Aristóteles, ya no te ha de querer ver en lo absoluto — Canturreo Cuauhtémoc
— ¿Por qué lo dices? — Cuestionó levantándose de su asiento, cualquiera podía ver qué Mateo le ganaba por unos buenos centímetros de altura al poblano pero Cuauhtémoc seguía con su sonrisa triunfante, solo ellos estaban en el aula, nadie podría ver la verdadera cara del "tartamudo angelito del aula"
— Digamos que Aris por fin abrió los ojos, debo admitir que se tardó demasiado en darse cuenta pero nada que un pequeño audio no hiciera magia — Explico el más bajo — Lástima que no logré ver su reacción
— ¿De qué audio hablas?
— ¿De cuál más?, del audio donde confiesas que solo estuviste con Aristóteles para molestarme, que él solo fue un simple peón en tu juego — El silencio reino en el aula, Cuauhtémoc sonrió — Parece que ahora quién está perdido sin nuestro Aris es otro, ¿qué se siente que tus mentiras por fin vayan a pagarse?
— Eres un maldito chismoso, ¡Aquello no era de tu incumbencia!
— ¡Se volvió de mi incumbencia cuando te metiste en mi relación!, todo estaba demasiado bien, Aristóteles solo estaba conmigo, no decía nada por que saliera con algunos tipos hasta que tú empezaste a ser cercano a él — Reclamo ahora el poblano — Ahora es mi turno de devolverte el favor, Mateo
— Ahora si
Antes de que el más bajo dijera algo, el mayor se le abalanzó, puñetazos eran dados de parte del judío hacia el poblano, Cuauhtémoc no se dejó y empezó a regresar los golpes.
— ¡Separense ya! — Grito alguien detrás suyo, era Diego quien veía todo aquello con molestia
— ¡No te metas donde nadie te llama Diego! — Grito Cuauhtémoc quien era tomado del cuello por el judío
— Por esa actitud de mierda que tienes es que Aris te dejo y por la cual dejaste de ser mi mejor amigo — Reclamo el rubio — ¿Acaso no puedes dejar de ser un egoísta por unos instantes?, ¿acaso tu ego no te deja pensar en el daño que haces Cuauhtémoc?, ¡nos perdiste por tu culpa, por tu culpa!
El poblano desvió su mirada de su ex- mejor amigo quien seguía reclamándole, Mateo se limpio la sangre de la nariz viendo al rubio llorar mientras seguía gritando, ¿tanto había lastimado Cuauhtémoc a su mejor amigo?
Diego le hizo una seña que se fuera, asintió, tomo sus cosas y salió corriendo de la universidad, debía verlo, debía aclarar las cosas de una vez por todas.
No quería perder a lo mejor que le había pasado en su vida.
Hagan sus apuestas queridas, que le hecho máximo cuatro partes más al fanfic :D
Atte. CallMeCrowley
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Rompiendo el Aristemo (Aris x Mateo)
FanfictionMateo no quería a Aristoteles, no, todos los homosexuales le incomodaban Pero ese chico era la persona perfecta para causar la salida de campaña de Cuauhtémoc. Y él quería ver como este se rompía lentamente