- Vamos hijo, come un poco - Pidió Elsa sonriéndole al oaxaqueño que picaba su comida sin ganas de comer
- No tengo hambre jefecita - Confesó empujando unos centímetros el plato de su persona, ignorando los gruñidos que daba su estómago apenas percibía el olor a comida - ¿Puedo comer más tarde?
- Va a estar fría pero si así lo quieres hijo
- ¿Enserio no quieres Aris? - Pregunto ahora Carlota, tenía el sexto sentido activado y sabía que algo sucedía, Aristóteles siempre había sido un gran fanático de la comida de su madre hasta hace un par de semanas, ¿o tal vez más?, la conclusión es que aquello le preocupaba demasiado, sabía que su madre no se daría cuenta si no se dió cuenta de la depresión de Andrés años atrás
- Si, tranquila Carlota, voy a descansar y si quieres vemos una película, ¿va?
- Va
En la sala terminó quedando ella con su madre que seguía comiendo en silencio, su papá y Andrés tuvieron que salir un rato por una cosa que no le quisieron decir por qué se le salían las cosas en los momentos menos oportunos
- ¿Estará bien Aris, mamá?
- Claro que si hija, solo está cansado, deja que descanse y verás como estará
- ¿Aún estás molesta con Mateo?
- Solo un poco, Mateo es un buen chico y se que Aris le perdonará algún día si es lo que desea, en mi caso sigo molesta por lo que le hizo pero ya es muy poco a comparación de hace unos meses
Carlota vio en dirección a las escaleras antes de volver a comer, dejando de oír lo que decía su madre.
Debería hablar con Diego con respecto a ello.
La televisión era un método infalible para dejar de pensar en alguna persona, en esos momentos se hallaba viéndola sin ganas de moverse de su cama hasta que fuera necesario.
Su jefecita iría a comprar algunas cosas para la semana junto con su esposo, o sea, su jefecito, Andrés iría con sus amigos a quien sabe dónde y Carlota se la pasaría viendo series en Netflix o alguna otra plataforma, en conclusión, nadie le molestaría hoy
O bueno, eso creía
Su teléfono sonó, lo tomo para ver qué era un mensaje de un número desconocido, arqueo la ceja, no era el número de Mateo (a quien había bloqueado y borrado su número desde su ruptura) o Cuauhtémoc (a quien le había hecho lo mismo), ese número tenía la foto de la playa y no tenía nombre alguno
Número desconocido
En línea¿Eres Aristóteles?
Espero que sí, necesitamos hablar
Ven a verme en el parque a las dos de la tarde
¿Quién eres?, ¿de qué quieres hablar conmigo?
Es sobre Cuauhtémoc, me ha estado amenazando
Por favor, necesitamos hablar
Soy Luisa, la chica que antes se juntaba mucho con Mateo, necesitó tu ayuda con ese loco
Lo pensó antes de responder, ¿y si eso era una trampa para ver a Mateo?, pensaba negarse sino fuera por hablar de Cuauhtémoc, ¿que había hecho ahora ese sujeto?, ¿acaso no podía dejar a las personas en paz y vivir su vida?
Iré, nos vemos en un rato
Dejo su teléfono para colocarse sus zapatos y apagar el televisor, tomo sus llaves de la casa junto con su cartera y teléfono y salió de su habitación, logrando hallar a Elsa quien recién se iría
- ¿A dónde vas hijo?
- Voy a verme con alguien, vengo pronto
- Cuídate
- Tu igual - Respondió antes de salir de casa en dirección al parque
Necesitaba respuestas y también golpear hasta el hartazgo a Cuauhtémoc, de ello no había duda alguna
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Rompiendo el Aristemo (Aris x Mateo)
FanfictionMateo no quería a Aristoteles, no, todos los homosexuales le incomodaban Pero ese chico era la persona perfecta para causar la salida de campaña de Cuauhtémoc. Y él quería ver como este se rompía lentamente