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— Pronto empezaran las votaciones, en dos semanas si somos precisos — Hablo Ubaldo una vez vio a ambos jóvenes presentes — Elsa está trabajando con mi nuevo comercial, ustedes tendrán que pensar en cosas que les gusten a las personas, mochilas, bo...

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— Pronto empezaran las votaciones, en dos semanas si somos precisos — Hablo Ubaldo una vez vio a ambos jóvenes presentes — Elsa está trabajando con mi nuevo comercial, ustedes tendrán que pensar en cosas que les gusten a las personas, mochilas, botellas de agua y cosas por el estilo, empezaremos a fabricar en masa todas esas cosas con el logo de nuestra campaña, haremos que todas las personas quieran votar por nosotros, ¿entienden?

— Si señor — Hablaron al unísono

— Entonces, vayan a su lugar de trabajo, me enlistaran todas las cosas que sean mayormente utilizadas por las personas y bocetos sobre la colocación de nuestro logo en cada una de ellas, una vez finalicen me mostrarán su trabajo que voy a examinar junto con mi jefa de campaña, si nos gustan sus diseños los mandaremos a hacer desde hoy mismo y podrán retirarse a sus casas hasta que les de nuevas instrucciones

Ambos asintieron y salieron de la oficina de su jefe.

Ninguno se atrevió a mirar al contrario, ni siquiera cuando tuvieron que empezar a trabajar en los bocetos de las cosas.

Solo hubo un largo silencio en aquel ambiente tan incómodo que se generó desde la primera vez que se conocieron, en ocasiones, el celular de Mateo sonaba, mensajes de parte del oaxaqueño que le hacían sonreír y seguir trabajando con entusiasmo, mientras más rápido trabajase, más rápido podría ir a verlo.

Aunque nunca notó que cierto poblano veía de reojo sus acciones y reacciones mientras terminaba de trazar el inicio de su plan, puliendo los últimos detalles, el primer paso era el más importante, si el judío notaba algo extraño todo se iría al carajo.

Y él no quería eso, ¿verdad?

— ¿Ya terminaron sus bocetos? — Cuestionó Ubaldo viendo todas las hojas que llevaban los jóvenes, tomo su teléfono y marco a su jefa de campaña solicitando que viniera de inmediato para ver los bocetos

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— ¿Ya terminaron sus bocetos? — Cuestionó Ubaldo viendo todas las hojas que llevaban los jóvenes, tomo su teléfono y marco a su jefa de campaña solicitando que viniera de inmediato para ver los bocetos.

Diez minutos después, Elsa ingreso a la habitación donde empezó a revisar con el mayor los bocetos, haciendo algunas correcciones y descartando algunas cosas que simplemente veían demasiado tontas o que no servirían.

Mientras aquello sucedía, Mateo veía su teléfono, Aristóteles dejo de contestarle hace buen rato, siendo su último mensaje un aviso que tenía demasiados clientes que atender.

Por otro lado, Cuauhtémoc se hallaba jugando con su Pou, tratando de perder el tiempo mientras que terminaban de verificar las cosas ambos superiores.

— Bueno — Hablo Ubaldo tras un buen rato — Hemos elegido los mejores bocetos, descartamos los que no nos convencieron en lo absoluto, Elsa llevará todo esto con nuestro diseñador gráfico y con los empleados que conseguirán los materiales para empezar a grabar los logos desde ahora, he de admitir que sus servicios nos han sido de mucha ayuda para que está campaña siga en pie, por lo que pueden retirarse a sus casas y disfrutar su día con sus familias y amigos — Finalizó señalando la puerta, dando a entender que se fueran ya, de manera sutil, claro está.

Ambos jóvenes simplemente salieron sin decir nada, no fuera que su jefe se hartara y los pusiera a realizar algún trabajo extra.

Entraron a su sitio de trabajo y cada quien empezó a guardar sus cosas; el judío estaba guardando sus cosas rápidamente, si se iba ahora mismo, iría al trabajo del oaxaqueño y le esperaría hasta que saliera, tal vez podría invitarle algo de comer antes de llevarle a su casa.

Claro, Cuauhtémoc no pensaba exactamente lo mismo.

— Mateo, ¿podrías quedarte un momento?, quiero que me respondas algo

— Vamos, ¿qué te cuesta admitir que solo sales con Aristóteles para molestarme?

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— Vamos, ¿qué te cuesta admitir que solo sales con Aristóteles para molestarme?

— Deja de insistir Cuauhtémoc, yo quiero demasiado a Aristóteles, así que deja tus estúpidas teorías de lado — Pidió el judío terminando de guardar sus cosas en su mochila.

— Vamos Mateo, admite que querías que rompieramos desde el inicio, que tus intenciones jamás fueron buenas

— No voy a seguir discutiendo contigo Cuauhtémoc, llevamos dos horas en lo mismo, Aris ya va a salir del trabajo y voy a recogerlo

Ambos jóvenes se vieron con molestia, se odiaban, de eso no había duda alguna.

— ¡Admite que me odias y para hacerme sentir miserable me quitaste a Aristóteles!

— ¡¿Quieres saber la maldita verdad!?, ¡si!, ¡le coquetee a Aristóteles para joderte la vida! — Exclamó ya harto, harto de oírle exigir respuestas cuando fue el mismo poblano quien terminó aquella relación.

Si, tal vez se había metido en aquella relación, pero él no fue quien detonó el rompimiento de ellos, Aristóteles no hubiera aceptado sus coqueteos sutiles si Cuauhtémoc no fuera un grandísimo hijo de perra que se metía con otros chicos, si hubiera confianza y fidelidad de parte del poblano, el oaxaqueño jamás hubiera aceptado sus presentes.

— Lo sabía, ¡sabía que tú causaste que Aris rompiera conmigo!

— No Cuauhtémoc, tú lo perdiste, tú fuiste quien lo engaño, tú fuiste quien lo hizo de menos, tú fuiste quien hizo que Aris me viera a mi como un pretendiente, no trates de culparme por lo que hiciste — Ordenó tomando sus cosas y saliendo de aquella habitación donde ambos trabajaban

No, él no hizo nada, Cuauhtémoc lo perdió por idiota.

Mientras que él salía caminando hacia el trabajo de su pareja, el poblano tomo su teléfono que se hallaba en su escritorio, reviso que siguiera grabando y presiono el botón de guardar.

Le mandaría aquella grabación al oaxaqueño y este entendería que el judío no era lo que parecía, que esté solo lo había usado para molestarlo y lo dejaría... Aristóteles volvería con él.

Oh, Mateo no supo con quién se metió.

Oh, Mateo no supo con quién se metió

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Rompiendo el Aristemo (Aris x Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora