Escucho pasos sigilosos acercándose lento, permanezco en el mismo lugar sin hacer un movimiento. Mis ojos permanecen cerrados simulando que aún duermo, al igual que mi respiración pausada y tranquila.
La alfombra sirve de aliada haciendo que el sonido sea nulo, pero mi oído siempre alerta y captando cada movimiento para estar prevenida. Sonrío para mis adentros, ante la acción que haré, creo que tengo un problema psicológico por amar estos momentos.
En un muy rápido movimiento tomo mi arma tras la lámpara de noche y me lanzo al suelo, girando sobre la cama y me posiciono en defensa para disparar.
La luz se enciende y unas risas, me hacen bufar y rodar mis ojos. Otra vez ese imbécil jugando con mi según él, "Instintos de alerta".
—Con un carajo, Lucas —lo reprendí bajando el arma y levantándome del suelo —¿Quieres terminar con una maldita bala en tu cerebro inservible? —esperé a que el ataque de risa terminé de absorber su poca inteligencia para poder hablar como personas normales.
—Es que, es que...—continuó tratando de controlarse. —de verdad ni en las películas hacen tal escena como las que haces tú, cada vez que te asusto —negué girando para tomar mis anteojos de la mesita de noche y colocarlos en mis ojos.
—Cuántas veces te repetiré que no hagas eso —peino con mis dedos mi pelo y lo sujeto en un moño flojo —un maldito día voy a tirar del gatillo y la que terminará muerta de risa seré yo —sentencié y este se detuvo de golpe.
—Jamás harías eso, Dany —me llama así de cariño desde siempre —¿Sabes? —me miró de arriba abajo —te vez malditamente caliente con ese pijama que muestra la mitad de tus nalgas y esos anteojos de ancianita, simulando la cara de ángel, pero mañas de un demonio. —me observé negando, este hombre no tiene remedio.
Siempre dice lo mismo, mucha gente se deja guiar por mi estatura, complexión, pero soy el mismo demonio en lo que hago. Por ello, me gradué con honores y a mi corta edad ya pertenezco a las mejores fuerzas especiales como agente para resolver casos de narcotráfico y lavado de dinero.
No en vano, me crie y preparé toda mi vida en esto, y rodeada de personas que me enseñaron lo mejor para llegar hasta donde estoy. La principal y más amada persona, mi padre Joan Tylor; por él y mi madre Sophie.
—Deja de besarme el trasero Lucas, dime; ¿Por qué me despiertas a esta hora? —me senté en mi cama y este comenzó a quitar su cazadora y sus armas. Se encogió de hombros antes de hablar.
—Solo quiero que sepas que me fue de maravilla —sonrió —mi morena fogosa y yo quedamos en buenos términos y más que abiertos a la disposición de vernos más adelante —achiqué mis ojos entre aceitunados y oscuros.
—Bastardo, ¿Por eso, me despiertas a esta hora?, ¿Para restregarme en la cara que cogiste de maravilla? —siempre hace eso y me jode que lo haga.
—Si, solo era eso —se encogió de hombros, antes de salir de mi habitación; soltando los botones de su camisa.
Lucas Wilson, es mi mejor amigo, compañero y dolor de culo que me acompaña siempre. Su mamá, fue madre soltera y toda su familia la hizo a un lado cuando salió embarazada de él. Vivimos en el mismo edificio, departamentos uno frente al otro toda nuestra niñez y adolescencia.
Más que mi amigo, él es mi hermano y única familia. Estudiamos la misma profesión, pues él se interesó en esto, gracias al entusiasmo que veía en mi cada vez que entrenaba o estudiaba las leyes.
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Pequeña Tentación
RomancePertenezco a este mundo desde que tengo uso de razón. Me temen por ser un maldito cabrón de Perra en los negocios. Para llegar a la cima; que es donde estoy "eres el cazador o eres la presa". Sólo una palabra importa para mi...Mi Familia y esa, no...