—¿De qué me perdí? —pregunto mientras enfoco con la mirada donde disparar.
La policía se enteró de esta emboscada, no sé cómo, pero llegó justo ahora y debo tener cuidado de no herir a nadie, ni que mi gente lo haga. No justo ahora, que nuestros rostros están al descubierto y encuentran pruebas para inculparme.
—¡Mierda!, las jodidas balas llegan por todos lados. —se queja Artur, cuando se cubre de una bala que pasó rozando su cara. —debe ser gente de Gusev, de eso tenemos que hablar.
—Para la próxima me puedes advertir, que ese imbécil está jodiendo otra vez —hablé entre dientes, sin dejar de disparar y el muy cabrón comienza a sonreír.
—¿Y perdernos de la diversión jefecito? —cabrón —eso jamás.
La potencia con la que dispara mi arma hace impulsar mi brazo y ese golpeteo comienza a molestar mi brazo, donde aquella gatita me hirió.
«No jodas Franco, no te puedes distraer precisamente ahora pensando en esa gatita»
Por el rabillo del ojo logro visualizar unos movimientos cautelosos, sonrío para mis adentros al confirmar que son tres de esos hijos de puta que interrumpieron mi noche relajada. No disparo al instante, ni demuestro saber que están ahí.
«¿Enserio, quieren sorprenderme a mí?»
—Tres, a las dos menos diez —le informo a mi amigo con una sonrisa.
—¿Qué estos no aprenden? —me responde este, después de bufar.
Estoy alerta, sé que es un puto riesgo el no disparar en este instante; pero no me arriesgaré a que escapen. Gustov, tiene que entender de alguna puta forma que estos son mis dominios y no quiero escoria como él, que se dedica al tráfico de personas, aquí en mis territorios ni en ningún otro lugar.
Otro movimiento llama mi atención cuando me dispongo para disparar. En un muy rápido movimiento, giro sobre mis pies a mi derecha, apuntando y listo para presionar el gatillo, solo que a escasos segundos logro no hacerlo.
Frente a mí, una policía dispara contra ellos, solo que al verme se queda congelada con su arma apuntando al frente, pero toda su atención en mí.
«¡Es ella!»
La observo curioso y con tanta intensidad, es la gatita disfrazada de noche de brujas con su uniforme de policía. La veo juntar su entrecejo de una forma que me entran ganas de besarla, esos grandes anteojos de la época en la que Michael Jackson era de color la hacen ver pasada a la antigua pero jodidamente caliente justo a hora con su uniforme, bajísima o más bien diminuta estatura y llena de armas...
«¡Joder, me acabo de excitar!»
Una adolescente, perdón, una mujer con un arma en mano es lo más caliente que mis ojos han visto, ¿Algo más excitante que eso?
¡Joder!, lo maldito bipolar de familia se hace presente en mí, por alguna enferma razón el verla precisamente a ella, con un arma en manos, en medio del peligro; me molesta de tal forma que quisiera tenerla sobre mí y palmear sus nalgas para enseñarle que esto no es para ella...
«¡Mierda, eso sí me puso duro!»
En un segundo ella reacciona, creo yo también de estos segundos de trance y pensamientos de mierda. Su vista vuelve al frente, para disparar un par de veces y por inercia la mía también, logrando ver como apuntan hacia ella, mientras se cubren porque mis chicos ya los visualizaron.
—¡Artur! —grito, al bajar mi arma sosteniéndola con una mano, mientras me lanzo sobre esa pequeña gatita que está a punto de ser perforada por una bala que están apuntando a ella.
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Pequeña Tentación
RomantikPertenezco a este mundo desde que tengo uso de razón. Me temen por ser un maldito cabrón de Perra en los negocios. Para llegar a la cima; que es donde estoy "eres el cazador o eres la presa". Sólo una palabra importa para mi...Mi Familia y esa, no...