Pequeña Tentación

Capítulo 8 Franco

Unos ojos grises idéntico a los míos, me observaban de esa forma tan intensa y profunda que me incitan a ser otra persona digno de el cariño de ella.

Amo a estas niñas, amo a mis guerreras, solo me siento conectado con Chiara de alguna forma. Pero Emma derrocha amor con su sonrisa idéntica a la de Alanna.

—Si te sigue mirando así, comenzaré a ponerme celoso —Dante estaba tras de mí y no lo había notado.

—Es preciosa —Chiara estaba en mis brazos ya que Bruno no dejaba nada de Emma para mí.

—Lo es —la voz de mi primo era de orgullo. —son tan hermosas como mi pequeña —lo escucho suspirar y después de unos instantes se sienta frente a mí con una copa en manos. —¿Cómo sería ahora?... ¿Una niña o un niño? —levantó la vista y él está perdido en sus pensamientos observando a la nada.

Por su puesto que se a qué se refiere, siempre ha sido así; conmigo se desahoga al tocar este tema porque Alanna se lo tiene prohibido. No en el aspecto de no querer recordar, porque sé que ella le llora a solas, cuando arrulla a las guerreras en sus brazos.

Solo que Dante se siente atormentado por el pasado pensando en lo que pudo haber sido, si no hubiese desconfiado de ella.

—Sabes que no se hubiese logrado, ¿Verdad? —se lo recordaba una y otra vez —El problema no fue lo que sucedió, el problema fue que ese angelito estaba destinado a cuidarlos desde arriba.

—No lo sé, Franco —observa a Chiara —nunca lo sabré. Seguiré pagando con creces el daño que le hice a mi mujer —. pasa un a mano por su pelo y da un trago a su copa.

Sé que Dante quiere e insiste en otro bebé, porque siente que de alguna forma ese angelito regresará a ellos. Mi primo ama a "sus nenas" y el temor que algo les suceda lo hace muy sobre protector, tanto con Alanna como con las guerreras.

—¡Aquí están! —mi tía Alenka entra sonriente —cariño tengo que llevarme a esta señorita para que tome su siesta —extiende sus brazos para tomar a mi guerrera mayor.

Dante comienza a sonreír cuando me demoro en dársela, pero creo que no soy el único en batallar. Bruno discute con su madre, por querer llevarse a Emma y él está encantado haciéndola sonreír.

—Está bien —hablo resignado y se la entrego no sin antes llenarla de besos.

—Solo un par de horas cariño y la tendrás de vuelta. —besó mi mejilla antes de marcharse con la bebé en brazos.

—¿Tus suegros cuando las conocerán? —se, que los papás de Alanna habían tenido dificultades para tramitar su visa. pero Dante y Carlos, se encargaron de todo para que la familia completa de Aly puedan viajar cuando gusten.

—Mi suegro, por el momento no puede viajar, su doctor no lo recomienda por ahora. Pero ya está en control para viajar pronto y conozcan a las nenas. —sonrió —Hablan casi a diario y las llenan de cariño a través de vídeo llamadas.

Sonrío cuando recuerdo lo bien que narra Vanessa, la historia de cuando Dante viajó a México para hablar con sus suegros.

—¿Ya te perdonó tu suegra? —según Vane, la mamá de ellas al inicio que conoció a don bipolar; no desaprovechó ninguna oportunidad, para echarle en cara que le robó su tesorito a su nena.

—Ni me lo recuerdes, me ha costado mucho para irla ganando. Los regalos no me sirven de nada y créeme, Vanessa no es de gran ayuda —lo puedo imaginar.