Me dejo caer en el suelo más que agotada. Estos días me la paso metida en el gimnasio, los que resta de la tarde, después del trabajo.
Isa termina agotada y solo una hora haciendo cardio, es más que suficiente para ella. Hace una semana recibió una llamada de su madre que la tiene triste y muy distraída.
Lucas ya está más recuperado y el día de ayer ya se incorporó al trabajo, solo que con restricciones. Y me alegro, eso me ha motivado para seguir en esto que nos metimos.
Dos semanas, han pasado dos semanas y un par de días desde ese incidente en su club. Las cuales mi jefecito ruso, solo se dedica a ignorarme y no es que me quite el sueño, pero cuando sé que me observa, la que lo ignora por completo soy yo.
El domingo anterior Isa y yo salimos a tomar algo. Ese día no decidimos decir que saldríamos ya que el anterior, "por cosas del destino" no pudimos salir, ya que a mi jefecito se le ocurrió salir y tenía que cuidar su culo mientras comía en un restaurante con un nuevo cliente.
En fin, este domingo no pudo arruinar nuestros planes, ya que no lo sabía. Pero da la casualidad de que justo a cuatro compañeros míos, ósea cuatro de sus chicos que justamente esa noche le tocaba guardia, llegaron a ese bar.
Sonrió al recordar, bueno o creo recordar el haberlo visto en la ventana de su recamara, ya casi al amanecer. Si, esa noche no dejamos que se arruinara y nos divertimos de lo lindo con algunos amigos de Isa.
Bueno creo que nos pasamos un poco, ya que llegamos tan ebrias que, según yo, recuerdo haberme quedado dormida en el sillón de la pequeña sala. Pero al despertar me encontraba en mi cama, con mi pijama puesta.
Pero eso no fue la peor parte, ya que mi jefe el rusito estaba de un humor de perros, así, como todos los días. Actuando como el karma, se dedicó a hacer imposible mi día de cruda realidad.
«Ni quien quisiera probar de nuevo tu cuerpo... Solo en mi sueños húmedos nada más, pero de ahí no pasas»
Abro los ojos, aun tirada en el suelo. Me encuentro completamente sudorosa y extremadamente agotada. Con dificultad me arrastro hasta ponerme de pie, es hora de una ducha y dormir como un bebe.
Mis leggins en color gris y solo un crop deportivo en color rosa. Es lo único que viste mi cuerpo, Claro aparte de mis zapatillas de deporte, anteojos y un moño suelo en mi pelo desordenado.
Como él lo dijo, soy su guardaespaldas. Pero la mayoría de las veces viajo en otra de las camionetas. Solo cuando no tengo más opción tengo que viajar en la que él se traslada.
—¡Maldición! —me quejo al enderezar mi espalda. —Creo que ese estúpido ruso caliente, me dejo lisiada —me quejo avanzando hasta la puerta mientras limpio mis anteojos para colocarlos de nuevo —jodida polla duele rico.
Sigo hablando y ajustando mis pechos tamaño naranja. Hago una muda al recordar que mañana comenzará mi tortura, esa de andar en mis días. Menudo humor me cargo esas fechas, ¿Pero a quien le agrada?
—¿Te referías a algún ruso en especial? —me detengo en seco, al escuchar la voz de mi peor es nada.
«Ay dios...»
Ahí estaba el señor del infierno. Recostado en el marco de la puerta con todo y su cuerpo musculoso, apetecible y bien trabajado. Vestido con un chándal de dormir y una camiseta ajustada, listo para ir a la camita.
«Yo te puedo cubrir tu pechito, corazón... Digo por eso de que vayas a pescar una pulmonía»
—No sabía que ahora la hacía de espectro —trato de sonar indiferente —¿Nuevo trabajo? —hablo irónica y el solo deprime una sonrisa.
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Pequeña Tentación
RomancePertenezco a este mundo desde que tengo uso de razón. Me temen por ser un maldito cabrón de Perra en los negocios. Para llegar a la cima; que es donde estoy "eres el cazador o eres la presa". Sólo una palabra importa para mi...Mi Familia y esa, no...