El olor a alcohol entra por mis fosas nasales provocando que comience a cobrar consciencia, después de esa oscuridad que me cegó por completo. Mi cuello me duele horrores, parece que estuvo en una mala posición por mucho tiempo y ahora sufro las consecuencias.
Respiro un par de veces antes de abrir los ojos y no puedo evitar emitir un quejido cuando el dolor de cabeza casi me hace desmayar de nuevo. Me aclaro la garganta ante la sensación de náuseas que eso me provocó y justo en ese instante me doy cuenta de que no estoy sola.
Alguien está intentando decir algo pero le es imposible ya que su boca debe de estar cubierta con algo. Eso de inmediato me alarma y trato de enfocar mi vista para descubrir de quien se trata. Después de esforzarme un poco puedo ver con exactitud lo que hay a mi alrededor y es ahí cuando todo lo ocurrido antes de desmayar, se me viene a la mente.
Cinco hombres armados se mantienen en posición de guardia dispersados en lo que parece ser un departamento abandonado. Tiro de mi mano como mi primer reflejo intentado buscar mi arma, pero me es imposible ya que me encuentro atada a lo que parece ser una silla. Mi pecho acelera su labor al respirar y trato de no demostrar el miedo que se apodera de mi cuerpo en ese instante. Me mantengo en calma y solo me dedico a observar todo, grabando cada detalle para encontrar alguna forma de escapar.
«Creo que te has metido en una muy buena, minimi»
Giro mi rostro un poco a la derecha y contento el aire al ver al sargento Rous en las mismas condiciones que yo, solo que él se encuentra muy golpeado y su boca está cubierta con una mordaza. Al verme, su mirada es de arrepentimiento y desesperada por hacerme saber algo. Alguien llega tras de él y suelta el vendaje para que pueda hablar.
—Lo lamento, Tylor. En verdad lo lamento, ellos tenían mi teléfono intervenido y cuando llegué...— Habla muy rápido como si supiera que muy pronto lo harían callar, y no se equivocaba.
—¡Guarda silencio perra! —El mismo tipo que soltó el vendaje, lo golpea en el estómago con la cacha del arma larga que lleva en manos—. Nadie te autorizó para que hablaras.
«¡Bastardo de perra!»
Mi sangre hierve de impotencia al no poder hacer nada para ayudarlo y la mirada que me lanza Rous, me advierte que hay que ser más listos que ellos. De inmediato mi actitud se vuelve indiferente ante los demás y no me permito demostrarles lo aterrada y furiosa que me encuentro. Estoy capacitada para esto y mucho más, he vivido el mismo infierno a lo largo de estos años como policía y algo como esto no me hará quebrarme justo ahora.
—Muchachos... —una voz escalofriante se escucha desde algún punto de la habitación—. ¿Qué es eso de tratar así a nuestros invitados?
«¡Con un carajo! Creo que hablé demasiado pronto. Si de verdad no son gotas de sudor lo que humedecen mis piernas, no quiero ni pensar a que se deba»
El autocontrol que me había impuesto, amenaza con irse al carajo cuando mi piel se eriza al escuchar ese hombre que aún no tiene rostro para mí.
—Vamos a ver, comencemos de nuevo —lo escucho cada vez más cerca, pero evito el buscarlo con la mirada —sé que ustedes son, el sargento Rous —dice de forma burlona —y, la agente Tylor —emite algún tipo de sonido sarcástico al nómbrame —bien, no intento ser descortés. Yo soy... Erick Gusev—. Levanto la vista al saber que ya se encuentra frente a mí y el miedo comienza a querer doblegarme.
«Gusev»
Ahí está de nuevo esa sensación aterrorizante que se apoderó de mí cuerpo aquella vez que lo vi en el operativo. Su mirada intensa me atrapa como un maldito imán que me impide desviar la vista. Le tengo miedo, ahora lo puedo confirmar. Yo le tengo pavor a ese hombre y él lo sabe con certeza, pues la sonrisa que pases lo deja más que claro.
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Pequeña Tentación
RomancePertenezco a este mundo desde que tengo uso de razón. Me temen por ser un maldito cabrón de Perra en los negocios. Para llegar a la cima; que es donde estoy "eres el cazador o eres la presa". Sólo una palabra importa para mi...Mi Familia y esa, no...