❄️Cuatro

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«The Wolf»

A ambos lados del prado se alzaba un bosque oscuro de aspecto sombrío

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A ambos lados del prado se alzaba un bosque oscuro de aspecto sombrío. El viento movía las ramas de los  árboles con una fuerza extraña; sonaba y se sentía fuerte, pero a la vez parecía acariciar las pocas hojas para depositar encima diminutos copos de nieve restantes de la tormenta. A simple vista parecía un bosque desolado, inerte. Pero Kim HongJoong sabía que existía vida ahí dentro de ese lúgubre lugar; vida salvaje y cruda.

Casi reinaba el silencio de no ser por los cánticos finos del viento, las pisadas de los tres cazadores detrás suyo y las respiraciones pesadas en busca de calor. Frente a él se mantenía el líder del pequeño cuarteto, quieto como una estatua, con ambas manos tras su espalda.

Observaba los alrededores con seriedad, atento a cada mínimo movimiento. HongJoong no supo cuánto tiempo estuvieron ahí, esperando por un llamado lobuno que no parecía querer llegar. Observó el cielo, estaba en un azul negruzco manchado de pedazos de nube impedían contemplarlo en su totalidad. La media luna saludaba a la tierra, estando más allá de su punto. HongJoong sentía cómo el sueño comenzaba a hacer estragos en su sistema.

—¿Qué hora es? —se animó a preguntar en un murmuro a quien, parecía ser mayor que él. Bajó la mirada a las cuerdas que ataban con firmeza sus muñecas en el momento en que R.M daba media vuelta. Observó que sus manos estaban rosadas y sus puntas congeladas por el largo tiempo de exposición al frío —o tal vez por la fuerza del amarre de las cuerdas ejercidas sobre sus articulaciones, bien se le quedarían marcadas un largo rato en su sensible piel—.

—Pasadas las cero cien horas —contestó de manera tajante R.M.

HongJoong parpadeó dos veces seguidas en confusión. No entendió la respuesta del cazador.

R.M se percató de su falta de comprensión y volvió a hablar modificando su respuesta—. Las cero cero veinticuatro horas. En palabras más sencillas: Las doce de la medianoche con veinticuatro minutos. Si alguna vez oíste a los guardias de tu ciudadela decir "Cero cien horas", es como los militares manejan su horario —levantó el mentón demostrando superioridad—. No me sorprende que no les enseñaran a los civiles de la ciudadela algo tan básico nuestro para entender los comandos.

—Al menos ellos son militares reales—respondió HongJoong mirándolo sin expresión en sus ojos grises—. Ustedes son... simples títeres que sirven para los carnívoros.

Número Uno, Número Dos y Número Tres estallaron en risas. R.M fue el único que se mantuvo inmutable ante sus palabras con su mirar fijo en él, sabiendo que no encontró el error en sus palabras. Menos los hermanos.

—Hay una pequeña, ¡gran!, diferencia entre querer sobrevivir y reinar, con ser presas y huir con cobardía, ciervo —Número Tres habló con voz sátira decorada con una sonrisa cínica—. Nosotros sobrevivimos con los carnívoros superiores, cazamos para ellos, reinamos con ellos. Mientras que tú y el resto de tú estúpida especie huyen en vez de pelear, y esos otros omnívoros idiotas que se aislan del mundo para no ver lo que les rodea. Creyendo que con ciudadelas y fortificaciones podrán contener a los carnívoros por más tiempo. La ley aquí es el que más fuerte sea, vive. El débil debe someterse a su destino y morir.

𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐲 𝐌𝐨𝐨𝐧 「𝙊𝙢𝙚𝙜𝙖𝙫𝙚𝙧𝙨𝙚/𝙁𝘾𝙑」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora