Las almas destinadas son unidas por un lazo invisible que perdura hasta el fin de los tiempos. Viven varias vidas buscándose, estirando el hilo, enredándolo, hasta encontrarse.
En medio de la oscuridad, emerge una criatura enorme, espléndida, feroz...
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Solamente oír la palabra "intrusos" había ocasionado que los instintos de HongJoong lo pusieran en estado de alerta.
—¿Ellos? —dijo levantándose lo más rápido que pudo, junto a una expresión desconcertada—. ¿Ellos quiénes?
Sin embargo, no recibió una respuesta.
Sonja buscó la mirada de su hermano instintivamente. SeongHwa le habló:—Hay que impedir que lleguen a la mitad de la ladera. Lograremos interceptarlos antes si continúan a ese paso.
—Me adelantaré. —afirmó Sonja sin una pizca de vacilación.
Pero al momento de darse la vuelta para ir, la voz de SeongHwa la detuvo.
—No, Sonja —su tono era firme, mirándola con seriedad—. Tenemos que ir con el resto primero, juntos. Si te precipitas ahora no será una buena decisión. Tampoco te permitiré que vayas sola a enfrentarlos.
El ritmo de la conversación era veloz. HongJoong percibió el aroma de Sonja el doble de fuerte, algo rancio y picante, llegando a ser casi irrespirable en su cercanía. Ya no percibía el ligero olor a petricor en ella, sino uno mucho más desagradable que antes cuando se hizo frente a los carnívoros comunes.
Sonja estaba nerviosa, y sus esfuerzos por controlarse fallaban. En SeongHwa no era tan notorio, y era impresionante, sumando a que las feromonas negativas que Sonja liberaba no parecían tener efecto alguno en él. Demostraba poseer un buen auto control; pero aquello no negaba su enfado interno, y eso era de temer.
Una persona podía ser más peligrosa si no exponía sus emociones, como si fuera una bomba de tiempo.
Y como Alpha, debía ser el que más cuerdo se mostrara ante la situación.
—Iré con MinGi y GeonHak. —Sonja persistió.
—Te he dicho que...
—¡Déjame hacerlo, hermano! —ella exclamó; pareció arrepentirse de haber alzado la voz, pues cambió su tono rápidamente—. Mi olor les asquea, lo usaré apenas esté ahí como barrera. MinGi y GeonHak me respaldarán.
SeongHwa no negó esta vez, reprimiendo un suspiro con los labios apretados. Estaba claro que Sonja no iba a aceptar un no otra vez y él no podía imponer su palabra sobre ella por mucho. No podían perder más tiempo.
—No hagan nada innecesario antes de que lleguemos con ustedes.
Sonja asintió sin decir nada más. Cuando iba a seguir su rumbo sus ojos se encontraron con los de HongJoong. Ya no eran de ese color caoba brillante; ahora ardían en un ámbar amarillento, siendo acompañado de una mancha anaranjada alrededor de sus pupilas contraídas.
No tenía esa mancha la noche que se encontraron.
HongJoong sintió un escalofrío en su interior dando un paso atrás. Suponía que aquello era señal de que el espíritu lobuno de Sonja estaba a punto de salir, pero ella aún no se lo permitía.
