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Mi respiración se entre cortó, no tanto por las contracciones, sino por el hecho de que moriré sin saber quien rayos me mando a matar.
El chico sólo me veía fijamente, cómo que intentando analizar esto.
Yo sólo lo miraba también, con ojos de súplica.
No podía correr ya, la rama con la que tropecé me había dejado en claro que si me volvía a caer quizás entraría en labor de parto.
El chico sólo suspiro y bajo la linterna.

???: No puedo hacer esto, vete, ahora.

Esa voz provenía de Joyce creo, el chico que decía que se sentía mal por buscarme o algo así. Comencé a caminar, sin darle la espalda con miedo.

Joyce: Escondete más al fondo, te están buscando, no puedo hacer esto en tú embarazo, te buscan por tú corazón, tienes que huir, ¿De acuerdo?-me murmuro rápido y me avento unas barras energéticas, pronto se comenzó a alejar- no dejes que te atrepen, sino no saldrás con vida del lugar al que te llevarán.

Y encendió la linterna nuevamente para comenzar a fingir que me estaba buscando.
Comencé a caminar mucho más al fondo del bosque, hasta que no aguante el cansancio y me recoste con cuidado en un árbol.
Pasaron horas, comencé a tener cada vez más contracciones, se hacían cada vez más frecuentes con más tiempo de dolor y menos de relajación.
Me volví a levantar y comencé a caminar con más cuidado, el dolor no me dejaba avanzar mucho así que lo hacía entre ratos.
Creo que o moriré perdida o moriré a manos de esas personas.
Me puse a razonar y ¿Por que querrían mi corazón? A vendedores de blancas creo que les interesaría todos los órganos, no tanto por el corazón.
Llegué a una cascada con una laguna, si entro en parto aquí no creo que se escuchen los gritos.
Me senté entre las rocas, no se cuanto tiempo ha pasado en lo que hui y llegué aquí, pero el sol comenzaba a ocultarse.
Otra contracción más fuerte, es cómo si me volvieran a enterrar el escudo que utilizaba steve, y me la arrancaran y volvieran a enterrarla en mi vientre.
Solté un grito ahogado y aprete mis puños.
Escuché que unos pasos se acercaban, otra vez.

- ¿Soy acaso un imán de perdiciones?-me susurre a mi misma intentando reponerme de la contracción-

Mire la laguna cerrada y volví a mirar de donde se acercaban los sonidos cada vez más, metí mis pies al agua, estaba completamente helada.
Me queje, y pensé en salirme, pero no.
Tengo que tener este hijo y seguir viva para poder cuidarlo y asegurarme de que esté completamente bien
Metí la mitad de mi cuerpo, otra contracción, aprete mis labios y frunci el ceño respirando fuertemente, me metí, y comencé a buscar un lugar no tan hondo y no tan bajo para poder sumergirme y que cualquier persona o personas que se acerquen no se percaten que esté aquí.
Comencé a pisar hasta que me acerqué a la cascada y sentí piso, metí la mano y me di cuenta que era una especie de cueva, esta bien, no creo que pase algo ahí adentro, a no ser que haya un oso enorme dentro y me coma.
Me metí de golpe, camine, estaba oscuro la mitad de la cueva, y la otra estaba iluminada, me senté en una piedra partida a la mitad, miré lo poco que se veía visible atraves de la cascada. Un grupo de personas, traían armas y de más, por lo que pude notar y ver.
No se dieron cuenta de la cascada, y lo que me salva más el pellejo es que si grito, el sonido de la cascada desvia el sonido.
Anochecio, note que habían linternas, pues se veía el reflejo de ellas entre la cascada, tome la última barra energética que esté chico me había dado.
Pensé en no comerlas, quizás y estaban envenenadas o tenían un anesteciante pero pues, el hambre es el hambre.

Se hizo de noche, me sentía cada vez más desesperada, Quizás nadie daba donde estoy, y tardarían días en encontrarme.
Otra contracción, y otra, y otra.

- ¿Enserio piensas nacer aquí?-toque mi vientre y me queje- si naces aquí créeme que me burlare de ti todos los días de tú vida cuando me pregunten en que hospital naciste

Pasaron al menos 5 horas, con contracciones y dolor de lumbares hasta el full.
Supongo que es la madrugada del 4 de julio, y yo aquí, casual, casi teniendo el bebé en medio de una cueva dentro de un bosque, casual.
Hace unas dos horas deje de notar actividad hacia afuera de la cueva.

- Muy bien, ¿Donde quieres nacer? ¿Afuera, en el agua o aquí en la cueva?-reí irónica- bebé tienes mucha suerte.

Comenzaba a iluminarse el lugar, nuevamente, me sente casi enfrente de la cascada y me moje la cara. Ya no podía resistir más,  mi cuerpo iba a expulsar al bebé de una manera no muy grata si me resistía a no tenerlo aquí.
Mire hacía la cascada, otra contracción, solte un grito y aprete los dientes.
Visualice a una persona.
Claramente pude reconocer quién era.
Tome una roca que estaba ahí y la tiré, no se dio cuenta, tome una más grande y la avente, volteó donde cayó la roca y se acercó, comenzó a buscar y tiré otra, miro hacía la cascada y Luego miro la laguna.
Vi cómo se metió de golpe al agua y comenzó a caminar hacia la cascada.

- Maldita sea, yo me meto de golpe y muero de hipotermia-me dije a mi misma-

Otra contracción, me recargue en la roca y ahogue un grito, mis labios ya estaban sangrando por morderlos de tanto dolor que sentía en cada contracción.

- ¿Estás listo para nacer no?-puse mi mano en mi vientre y cerré mis ojos para respirar con la boca también- Si así eres de desesperado ahorita no me imaginó cuando crezcas-me queje en voz alta y aprete mis dientes-

Esta sería una larga mañana.

Civil War - Steve Rogers y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora