Signum • Jikook

Capitulum IV

(...)

—Sí, usted Jungkook ha quedado pendiente en contarme sobre su próxima pintura—lo escuché reír—. Espero no haber llamado en un momento equivocado o e interrumpido algo.

—¡No! Quiero decirle, no. Para nada, no estoy haciendo algo importante y puedo seguir contándole—toqué mi frente vigoroso.

Miré el suelo tratando de procesar la nueva información. Jimin estaba llamando al teléfono otra vez, pero no buscaba a mi tío, si no a mí. ¿Yo le caía bien y por eso quería seguir manteniendo una conversación conmigo? ¿O solo era amabilidad? ¿Y si solo estaba usándome para acercarse a mi pariente?

—Pero primero necesito aclarar algo—dije de repente, sentándome en la silla que estaba al lado del mueble y mordiendo las uñas de mi mano izquierda.

—Por supuesto, ¿qué ocurre? —su tono era alarmante.

Suspiré cerrando los ojos.

—¿Usted quiere hablar conmigo por interés y acercarse a mí tío?

Pasaron unos cuantos segundos y el silencio reinó a través de la línea.

—Es normal que piense eso, pero créame que no. Usted me parece una persona interesante y me gustaría que pudiéramos conocernos más.

Sonreí como un idiota. ¿Jimin quería ser mi amigo? Eso sería fantástico, quería decir, sería el primer amigo varón que yo tuviese. El era una persona agradable y me caía bien desde que se interesó por saber más de mí, yo sabía que no era con malas intenciones; solo necesitaba comprobarlo por si acaso. Me reí de mi mismo y mordí mi labio inferior.

Tal vez, podría intentarlo. Ser amigo de Jimin.

—De acuerdo, ya lo sabía, pero usted sabe que...

Me interrumpió.

—Si yo tuviera algún familiar famoso y alguien comienza a interesarse en mí, pensaría lo mismo. Así que no se preocupe—murmuró en tono amigable. Sonreí imaginando su cara en estos momentos. Radiante, con los escasos rayos del sol golpeando su rostro como aquella vez, y el rubio de su cabello perdiéndose en ellos.

—¿Está cómodo? Porque creo que esta llamada será un poco larga, eh—solté una risita.

—Estoy sentado en el techo de mi casa mirando el cielo, ¿eso cuenta? —dijo entre risas.

—¿Cómo? ¿El teléfono puede llegar hasta allí? —pregunté en incoherencias.

Escuché a Jimin suspirar, gracioso.

—Es un nuevo teléfono, ¿ha escuchado de los teléfonos inalámbricos, Jungkook?

—No realmente.

—Es un nuevo aparato, no tiene cables ni nada. Usted puede hablar de donde sea mientras esté en la misma casa—dijo emocionado—¡Es increíble! Mi papá lo compró hace unos días, el es un hombre moderno.

—Wow, quiero tener uno de esos para mí siguiente cumpleaños. Le hablaré al tío sobre ello—sonreí—. ¿No le hace frio estar afuera? Hay sol, pero está corriendo aire freso, podría enfermar.

—Oh, no se preocupe. Estoy bien abrigado. Luego iré a tomar un café caliente y me meteré bajo sabanas.

 —Ya veo, trate de cuidarse para no pescar un resfriado.

—Gracias, Jungkook.

Un silencio se formó. Por un momento creía que la llamada había finalizado, así que fruncí mis cejas mientras esgarraba mi garganta.