Capitulum XXIV

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Me sentía frustrado y no sabía que hacer. Se suponía que era yo quien le entregaría a Jimin el anillo de su madre cuando aquel se casara con su pareja. Pero Jimin estaba a días de casarse y yo no le había entregado la joya. Sentía ver la desilusión en los ojos de la señora Park al enterarse que su hijo no recibió aquel anillo para entregarle a Aerin y lamentaba ese hecho, pero yo no podía levantar el tubo del teléfono o tomar un tren hasta Busan luego de todo lo que había ocurrido entre el y yo. Porque transcurrió un mes desde la última vez que lo vi llorando en la puerta de mi departamento diciéndome que no dejara de hablarle. Un mes desde que comprendió mis deseos y dejó de tener contacto conmigo. Treinta y un días desde que no escuchaba su voz, ni veía su sonrisa y sus ojos llenos de brillos. Un periodo completo en el que me sumergí dentro de mi caparazón y en el que intenté volver a ser yo mismo antes de haberlo conocido.

Imposible.

Tenía la esperanza siquiera de olvidarlo y seguir adelante. Pero ya pasó mucho tiempo y no podía lograrlo todavía. Todo seguía exactamente igual con la diferencia de su ausencia. Mis días aburridos regresaron, sentía que conseguir la felicidad estaba cada vez más lejos de mi alcance. No había alegría en mí. Nada. Tampoco podía pintar y dibujar, la inspiración se había esfumado y me odiaba por eso, porque tenía que entregar cuadros ya hechos en las materias de la universidad y no se me ocurría nada para hacer. Era una caja vacía y frágil. Ni yo mismo sabía en lo que me había convertido. Lo único que me tenía motivado era la salida con el grupo de Baehyun para pedir por nuestros derechos. Ya había presentado mi testimonio y nos habíamos juntado con el grupo muchas veces durante el mes para hablar del tema. Conocí a personas maravillosas con el mismo pensamiento que el mío y me gustó saber que no estaba solo en esto. Quizás podría haberme hecho amigos de ellos, pero la verdad era que esa idea seguía sin importarme. Incluso la palabra amigo dolía. Y Chaerlin no se había quedado atrás. Ella había estado de acuerdo con todo esto y me apoyó. Me ayudó a que mi tío por el momento, no se enterara de la juntada. Nunca me cansaría de decir que el único soporte que me mantenía firme y estable, se basaba en mi amiga. Chaerlin era todo lo que estaba bien para mí.

Doblé la hoja que tenía en mi mano y la metí dentro del sobre junto a la tarjeta de invitación. Volvía deplorar patetismo. Bufé cerrando mis ojos y recargando mi espalda contra la pared. El suelo de cerámica estaba frío, pero en momentos como estos era lo que menos me importaba. La música de la radio sonaba y sonaba junto a sus melodías mientras yo seguía lamentando una y otra vez mi existencia sombría.

Jimin finalmente se iba a casar. Había tenido un contacto con el luego de mucho tiempo. No hacía menos de una hora el cartero me entregó su tarjeta de invitación a su boda y pyebaek junto a una carta que decía que estaría feliz si yo pudiera asistir ya que seguía considerándome parte de su familia pero que si no iba, lo entendería. Lo única conclusión a la que había llegado era que Jimin solo me invitó para quedar bien, nada más. Si no—y yo hubiese estado más que agradecido—, no lo hubiera hecho. Por muchas razones esta invitación me hizo daño y leer su letra escrita en el papel junto a su firma, terminó por romperme aún más.

¿Por qué no podía desaparecer este sentimiento?

El cantar de Mariah Carey las sinfonías de Without you me hizo estremecer en mi posición. Sonreí sínico, el dj de la radio debía de haberme conocido bien como para poner canciones tristes justo cuando yo lo estaba. Esa canción me hacía recordar aquella mañana en la que Jimin se fue al igual que esta triste historia yéndose. Yo no sabía si mi corazón podría soportar su recuerdo una vez más. Y lo extrañaba, por supuesto que lo echaba de menos. Extrañaba a sus ojos cuando sonreía y cuando reía. No podía olvidar esa mañana cuando pensaba en mi dolor, cuando tenía a Jimin en frente mío y cuando luego, lo dejé ir. Me encantaría que supiera que por más que lo intentara, no podía vivir una vida si no era a su lado.

Signum • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora