Capitulum VII

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Un tiempo después, luego de las muchas llamadas que había recibido de mi amigo Jimin, decidí llamarlo yo antes de su horario habitual en los que él llamaba. Le sorprendió que estuviese llamándolo ya que era la segunda vez que lo hacía, lo maravilló aún más cuando lo invité el sábado próximo venir a Seúl para cenar y conocer a Chaerlin. Jimin no dudó en aceptar. Le dije que podía quedarse a dormir en mi departamento ya que quizás vendríamos tarde, pero el se negó y dijo que se quedaría en lo de un pariente suyo.

Por lo que, llegado el dichoso sábado, Chaerlin y yo esperamos por Jimin en el lugar citado. Cuando el rubio llegó, nos sonrió con simpatía. Luego de eso ordenamos la cuenta al mozo y cenamos tranquilamente. Desde la primera vez que había conocido a Jimin, tenía la sensación de que el y mi amiga se llevarían demasiado bien, y no me había equivocado con eso. Ellos hablaban sobre la universidad y cosas triviales mientras se regalaban sonrisas y gestos de amabilidad. En cambio, yo, nunca había estado tan feliz en la vida por estar rodeado de dos increíbles personas como ellos lo eran. Por supuesto, no era como si me hubiesen dejado de lado, Jimin me miraba todo el tiempo y no ocupó duda que Chaerlin se dio cuenta de ello. Finalizada la cena, Chaerlin invitó ir a un bar ya que en aquel se presentaría una banda que a ella le gustaba y quería mostrárnosla. Yo no tenía problemas en ir, había asistido a aquel lugar muchas veces con ella, el problema era que no sabíamos si Jimin aceptaría o se iría. Pero soltó una risita y aceptó con gusto.

—¿Me permite una pieza, señorita?

La voz de mi nuevo amigo me trasladó al presente. Observé como estaba de pie en frente de mi amiga y le extendía la mano. A mi alrededor, las parejas bailaban al compás de la música. Jimin me miró para luego sonreírme y le devolví la sonrisa gustoso. Luego, con mi codo golpeé despacio el brazo de Chaerlin para que aceptara. Jimin realmente era un caballero con las damas.

—Por supuesto—Chaerlin aceptó la mano de Jimin y se puso de pie, ambos dirigiéndose a la pista de baile en donde estaban las demás parejas. Le sonreí a ambos y llevé el vaso de cerveza a mi boca, degustando del exquisito sabor.

El ambiente estaba cálido y pacífico, me gusta muchísimo. Mi amiga era buena en elegir excelentes lugares para pasarla bien. La banda en el escenario tocaba canciones lentas, en la barra había gente mirando a esta última tocar, a mi lado unos pares de chicas miraban con odio a Chaerlin. Me mordí el labio para no reír cuando entendí perfectamente la situación. Jimin resaltaba bastante en este lugar, todas las miradas de las mujeres estaban puestas en el y en mi mejor amiga. Vaya, el rubio era hermoso, ¿por qué Chaerlin estaba encaprichada con que yo le gustaba a él? Solo obsérvenlos, ella estaba equivocada.

Desde que Jimin conoció a Chaerlin, vi el interés por ella en sus ojos. Ahora estaban bailando, el le sonreía y mi amiga no hacía más que devolverle el gesto. Si yo no los conociera diría que son una excelente pareja, tal para el cual. Me sentí emocionado por la idea de que se formara una relación entre ellos, sería fantástico que dos de mis amigos estuvieran saliendo.

Suspiré, dejando el vaso en la pequeña mesa y cerré los ojos, disfrutando de la música. Aquella me llevó a mi imaginación, la ilusión por pintar lo que estaba a mi alrededor era gigante y mis manos picaron por agarrar un pincel y trazar los colores en el papel. No tenía un pincel ahora, pero si un lápiz y una libreta pequeña. La saqué del bolsillo de mi chaqueta y comencé a dibujar un boceto, desde la banda tocando en el escenario hasta las personas bailando. Se preguntarán que hacía yo con una libreta y un lápiz en mi chaqueta, parecía extraño pero eran útiles que solía llevar a cualquier lado. Uno nunca sabía cuando venía la inspiración de golpe. Terminé mi boceto justo cuando la canción finalizó y el grupo se despidió. Chaerlin y Jimin caminaron nuevamente hacía donde yo estaba. Ella tomó asiento a mi lado.

Signum • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora