Extra III: Museum

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Extra III: Museum

27 de diciembre de 1986. Barcelona, España.

Jeon Jungkook

Me miré por quinta vez en lo que iba del día en el espejo que estaba al lado de la puerta principal y en un movimiento rápido retiré el mechón del flequillo largo que caía por mi frente, mi cabello estaba atado a una coleta alta y la camisa negra yacía debajo de mis pantalones grises junto al saco oscuro. Me sentía realmente impresionado de mi mismo porque era increíble como había podido estar presentable por más de seis horas, yendo de aquí para ya, recibiendo abrazos y cumplidos de las personas que miraban mi arte por primera vez.

Aquello era ridículo incluso de mencionarlo, porque años atrás me había encontrado en una situación bastante similar donde mi atuendo estaba desaliñado y las golosinas detrás de la vidriera me habían saludado con pena. Y tal vez, por parte, seguía siendo aquel muchacho que no tenía noción de un futuro y mucho menos que el día de hoy hubiera llevado a cabo mi primera muestra de arte como pintor profesional.

De todas maneras, aquí estaba, por fin, en mi primer objetivo y sueño cumplido. Mi primera muestra como artista.

Y estaba tan feliz por ello.

El Museo de Bellas Artes de Barcelona era gigante y me sentía tan honrado de haber tenido la posibilidad de exponerle al mundo mis obras, aquellas que estuvieron por tanto tiempo refugiadas en el cuarto de pintura en Seúl. Y mucho más afortunado me sentía al saber que el día estaba concluyendo demasiado bien. Mucha gente vino a ver mis obas y otros artistas pasaron a felicitarme por mi gran trabajo. Mi tío junto a su esposa e hija vinieron también para este día tan especial, de hecho, hacía más de una semana que se encontraban en España quedándose en el hotel de nuestra ciudad. Ver a mi pariente aquí me hizo muy feliz y aquel no había dejado de llorar en todo el día mientras veía mis pinturas diciéndome lo orgulloso que estaba de mí y de lo mucho que crecí en estos meses que no nos vimos, mencionándome también que Chaerlin en donde fuera que estuviera, estaría contenta por verme cumplir uno de mis sueños; y se fue lloriqueando mientras mi tía lo llevaba agarrado del brazo.

Recordando a mi mejor amiga, miré el atardecer fresco en el cielo a través de las ventanas que estaban en la entrada y sonreí contento, satisfecho. La palabra "lo hice" no salía de mi cabeza porque realmente lo había hecho.

Lo hice.

El señor Martínez se comportó muy bien conmigo y gracias a él pude llevar a cabo esta exposición, y tal vez a futuras muestras también. Tuve muchos compradores y muchas propuestas de compras para un cuadro en especifico que estaba dentro de una habitación al final del pasillo, una pintura que aparte de Signum, era la que más destacó en el día y la más importante para mí. Incluso cuando me ofrecieron miles dólares por ella, yo me les negué.

Era un regalo, para mi alguien especial.

—Te felicito, Jungkook —escuché la voz del señor Martínez detrás de mí y girándome, lo encontré caminando hacia mi dirección con una gran sonrisa—. La exposición fue todo un éxito, mucha gente pide contactarte para futuros trabajos.

—Todo fue gracias a usted, señor —mencioné y aquel me palmeó el hombro amistoso—. Si no hubiera sido por usted, todas estas pinturas estarían escondidas en Seúl —señalé los cuadros en la pared. Martínez carcajeó.

—Es tu arte, chaval —me dijo con una sonrisa y asintiendo, señaló la puerta—. El museo cerrará dentro de una hora, sin embargo, la exposición ya terminó hace unos minutos. ¿Estás esperando a alguien o ya estás marchándote?

Signum • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora