✪Sᴏɴʀɪsᴀ Fɪɴɢɪᴅᴀ✪ [CountryHumans] ||Watty2020|| ||Mᥱxᥲrg ყ Chιᥲrg||

🇦🇷Capítulo 17🇦🇷

Narra Argentina

El inglés me dejó sólo, mientras miles de dudas rondaban en mí cabeza.
No les di mucha importa y solamente me limité a cambiarme de ropa.
La ropa me quedaba más grande y suelta de lo usual, así que supuse que era de Francia, ya que Inglaterra nunca usaría cosas tan "coloridas".

Una vez que terminé de cambiarme, salí por la puerta en la que el inglés anteriormente se había ido y me topé con un ancho pasillo repleto de puertas a los costados.
Caminé por ese pasillo, a cada paso que daba, se hacía más largo, esta escena es digna de una película de terror.
Finalmente había llegado hasta la puerta del final de aquel pasillo, la abrí lentamente y me encontré en un gran salón. Con un gran sofá en el medio, con una gran mesita de cristal lleno de todo tipo de dulces y sillones en los costados. Me quedé plenamente asombrado por lo tan refinado y elegante que resultaba ser ese lugar, era la primera vez que estaba ahí.
Me acerqué lentamente hacia aquella mesita llena de dulces, quería comerlos todos.
Cuando quise tomar uno, algo me tocó el hombro de manera inesperada, un escalofrío recorrió mi cuerpo, giré mí cabeza lentamente y me encontré con la cara del inglés que me miraba con el ceño fruncido, con el ceño fruncido y un aura oscura rodeándolo.
Pegué un fuerte grito por el susto, lo cual provocó que el contrario me tapara la boca.

- ¡Don't shout that you will wake the queen! (¡No grites que despertarás a la reina!) - Aparté su mano de mí boca con brusquedad y lo miré seriamente.

- ¡¿Reina?! ¿Cómo que reina?

- The queen of England, little boy. Changing the subject, ¡¿Were you going to touch those delicious sweets without my permission?! (La reina de Inglaterra, niño pequeño. Cambiando de tema, ¿Ibas a tocar esos deliciosos dulces sin mí permiso?) - Susurró mientras me miraba de forma enojada.

- ¡P-perdón, no era mí intención!- De repente una de las varias puertas de aquel lugar fueron abiertas de par en par, dejando ver a una linda chica de colores azules, blanco y rojo en forma horizontal, vestía una remera de rayas blancas y negras, unos jeans negros y zapatillas del mismo color, lo que me llamó su atención fue su muy notoria boina.

- ¡¡Salut, mon amour!! (¡¡Hola, mí amor!!)- Dijo alegremente, la francesa se pudo percatar de mí presencia y su cara se iluminó totalmente.- ¡¡Argentine!! ¡Long time no see mon charmant neveu! (¡¡Argentina!! ¡Cuánto tiempo sin ver a mi encantador sobrino!)- Se acercó a mí a paso rápido y me dió dos besos en cada mejilla, después se acercó a su prometido y le dió un corto beso en los labios.

- Francia, ya te dije que no entraras de esa manera tal vulgar- La de boina solamente esbozó una cálida sonrisa que provocó que su marido se sonroje.

- Argentina, ¿Cómo has estado? ¿Qué te trae por aquí?

- Emm, b-bueno...- Miré a reino unido por un momento mientras desviaba la mirada.- ¡Me secuestró!- Dije finalmente para que Francia mirara enojado a su marido.

- ¡Inglaterra! ¡Ya habíamos hablando de esto!- Gritó enojada mientras yo buscaba un lugar donde esconderme.

- ¡Era necesario, baby!

- Ne me dis pas comme ça devant le bébé! (¡No me digas así delante del bebé!)

Yo solamente me quedaba callado mientras esa pareja discutía sin parar.
El inglés le explicó pacientemente, su estrategia para que yo confesara lo que hacía.
La francesa me explicó que desde hace mucho tiempo, ambos notaban que yo tenía un comportamiento extraño, pensaron en muchas formas para que yo me acercara a ellos y les tenga confianza para hablar, pero con el tema de Malvinas se les complicó un poco.

- ¿Pero por qué exactamente ustedes quisieron ayudarme?- Esa era una de las tantas duda que me comía la mente, de tantos países, tantas personas, solamente ellos se atrevieron a hacer toda esta boludez para que yo aceptara lo que soy, un suicida pelotudo.

- Queríamos que entiendas que no todos los ingleses son malos.- Aceptó mientras tomaba la mano de la de boina y lo miraba dulcemente- Admito que no fue la mejor manera, y te pido disculpas.

- Yo le dije miles de veces para conversar contigo de manera ordenada, pero cada vez que se acercaba a ti, disimuladamente tú te ibas.

- Era lógico.- Dije de mala gana mirando a ambos.

- Emm, amor mío...- Habló el ingles- Sorry but (Perdón pero), tuve que usar la fórmula V para que hable.- La francesa se quedó callada mientras lo miraba de mala forma.

- ¡¿LA FÓRMULA V?! Tarado, ¡Fils de pute, chien!, ¡¿Tu allais me tromper?! (¡hijo de puta, perro!, ¡¿Me ibas a engañar?!) - Empezó a maldecir en francés mientras no entendía ni un carajo.

- ¡Baby!- La tomó por los hombros- ¡Jamás te sería infiel, pero tuve que usar la fórmula V, sinó nunca confesaría! - Le dió un corto beso en los labios, para después dirigir su mirada a la mía- El tema de cortarse lo teníamos que saber primero nosotros, después de todo, somos familia, querido sobrino.

- Carajo...- En ese momento tuve la grandiosa idea, de fingir mí muerte.

- Cariño, la fórmula V es una estrategia para que las personas malas confiesen sus actos malos a través de una supuesta "violación" por parte del grandísimo y temido Inglaterra, solamente algunos besos en el cuello, manoseos, pero no llega a más. Todos al final confiesas sus actos malhechores.- Dijo en un tono infantil mientras acariciaba suavemente mí cabeza.

- Que gran estrategia- Mencioné en forma de sarcasmo.

- ¡Siempre funciona!- Dijo UK de forma fanfarrona.- Volviendo al tema... ¡¿Why the fuck do you cut your arms and legs?! (¡¿Por qué coño te cortas los brazos y las piernas?!)- Se notaba que mí tío ya había perdido la cabeza completamente.

- ¡T-tengo una explicación! Y-yo... Emm... ¿Fue el gato?

- ¡Claramente eso no te lo hizo el gato!

- ¡Bueno si!- Solté de forma repentina- ¡Me corto! Ninguno de ustedes sabe lo que siente pensar que tu gente se está muriendo poco a poco, no solo son mis cortes, ¡Miren!- Dije mientras les mostraba cada grieta de mi cuerpo- Me estoy muriendo...

- Oh god... (Oh dios...)- Exclamó el inglés preocupado- Look (Mira) podemos ayudarte.

- Si, te mandaremos a un psicólogo y...

- ¡NO ESTOY LOCO!- La pareja me miraba sorprendida y un tanto preocupados- Gracias por su ayuda, pero mis grietas y mis heridas, ya nunca sanarán.

Los mayores se miraron entre sí, para finalmente sonreírme de forma adorable y decir finalmente algo que me dejó con la boca abierta y con los ojos llenos de lágrimas nuevamente.

- ¿Quieres ver a Malvinas?

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