✪Sᴏɴʀɪsᴀ Fɪɴɢɪᴅᴀ✪ [CountryHumans] ||Watty2020|| ||Mᥱxᥲrg ყ Chιᥲrg||

🇦🇷Capítulo 18🇦🇷 [👑Mᥲᥣvιᥒᥲs👑]

Más allá de todo ese poblado de gente, más allá de todas esas colonias, en el océano habita algo, una pequeña isla.
Un día, unos pescadores volvieron de su pesca diaria y le avisaron a su líder que encontraron tierra firme y fértil.
Su líder emocionado, encargó para esa noche, barcos capacitados para pasar la noche en el río sin problema.
Aquel líder de todos, era Argentina. Un país orgulloso, enojón y lleno de valor. Todas las mujeres y hombres le tenían un gran respeto, además de ser su país, también era el encargado de que su gente se mantuviera viva. Una vida normal, sin tecnología y sin preocuparse por estupideces, simplemente perfecto.

- Hoy mismo a las 11, los quiero a todos aquí, partiremos a esa hora y llegaremos ahí a las 4 de la mañana, linda hora para explorar.- Sus soldados asintieron y se pusieron manos a la obra en busca de varios barcos y gente con coraje para explorar tierras lejanas.
El de colores celeste y blanco miraba atentamente, más allá del océano, mientras el viento chocaba contra su cara.

Eras las 10:30, y el argentino ya se encontraba sentado en una roca, esperando a sus soldados para que los llevase a esa misteriosa isla.
Una vez que llegaron todos, el mayor felicitó a los más valientes que se atrevieron a acompañarlo. Y sin nada más que decir, subieron a los barcos y partieron hacia aquella isla.

Todo el camino fue silencioso, nadie hacía ningún ruido, hasta que llegaron a tierra firme. Se bajaron con sus armas en mano, por si había alguien peligroso, y se adentraron en ese lugar, al principio solamente era un lugar normal, con montañas, algunos árboles, lagos, etc. Sin nada interesante para ofrecerles, pero poco a poco, las cosas se iban tornando cada vez más terroríficas. Escucharon unos llanto.

El primero en escucharlos fue Argentina y después todos los soldados que estaban junto con él. A paso rápido se dirigieron hacia esos llantos. A cada paso que daban, el camino se hacía más largo.

Sentada, con un raspón en la rodilla y la cara llena de barro, se encontraba una niña. Los soldados, a pesar de ser una indefensa niña, la apuntaron con sus armas y listos para disparar, pero el único que se interpuso fue Argentina, en un movimiento rápido levantó la mano hacia sus soldados, diciendo que él iba a verificar si era "mala" o no.

Se acercó a ella a paso lento y tocó su hombro, la menor al darse cuenta de su presencia se asustó mucho y soltó un agudo grito mientras caía de espaldas. El tercermundista la vio fijamente, aquella inocente niña, era la representante de aquella pequeña isla en el océano. ¿Qué mierda hacía una pequeña a cargo de esa isla?
Todo su cuerpo era blanco pero lo que la caracterizaba era que en medio de su cara traía la forma de sus islas de color celeste, finalmente el argentino se dió cuenta de algo, esa niña era suya, su nueva colonia.
Se arrodilló para estar a su altura y decir con una suave y dulce voz...

- Hola pequeña, ¿Cómo te llamás? - La menor tardó en contestar, ya que al ver a un hombre extraño junto con soldados armados, le resultaba extraño y tenebroso, nunca había visto gente por aquí.

- M-Mal-Malvinas- Respondió tartamudeando. Argentina dió una leve risita y le extendió su mano a la menor para que pueda levantarse.
Ella la aceptó y se levantó, sacudiendo su ropa, que era un vestido de color morado y una vincha del mismo color.

- ¿Y tus padres?

- N-no tengo...

- ¿No tenés?- La menor asintió- ¿Sobreviviste vos sola?- Asintió nuevamente, era increíble que una simple niñita luchara por su vida en esta isla, completamente sola.- Sos toda una luchadora. - Admitió el mayor mientras acariciaba levemente la cabeza de la mejor, Malvinas por impulso cerró sus ojos por miedo, pero al sentir como el mayor le acariciaba su cabeza, se fue tranquilizando poco a poco.