✪Sᴏɴʀɪsᴀ Fɪɴɢɪᴅᴀ✪ [CountryHumans] ||Watty2020|| ||Mᥱxᥲrg ყ Chιᥲrg||

🇦🇷Capítulo 25🇦🇷

Narrador omnisciente

- Dime que no es cierto...

- Papá...

- ¡Dime que no es cierto!- El español tomó con fuerza los hombros de su hijo adoptivo y lo obligó a mirarlo a los ojos. Aún no podía creer que su amado hijo, al cual le había dado todo, le pagase de ese modo tan decepcionante.

- P-papá...

Se podía notar a kilómetros que el pequeño argentina tenía inmensas ganas de llorar. El de rojo y amarillo se percató de tal acción y le aventó una bofetada. Desde hace tiempo odiaba verlo llorar, se veía reflejado en su pequeño hijo y eso le daba asco.

- ¡No llores! ¡Sé un hombre y afronta lo que tienes!

- ¡N-no me grites! ¡Odio que me griten!- No podía pensar en otra cosa, la voz grave y profunda de su padrastro solamente lograba ponerlo aún más nervioso, quería que esta pesadilla se acabe, deseaba y anhelaba que todo fuera un estúpido sueño.

- ¡¿Acaso quieres terminar cómo Venezuela?!- Esa fue la gota que derramó el vaso. El argentino empujó a su padrastro con tanta fuerza que logró hacer que se cayera para atrás, dando un quejido de dolor.

- ¡Ni vos podes entenderme!, ¡Basura!- El menor salió corriendo lo más lejos que pudo, no quería pensar en nada, no quería hablar de nada, solo quería llorar, quería llorar y gritar a todo pulmón que necesitaba ayuda.

- ¡¡Argentina!!

Narra CIA

Ponte el traje decían, será divertido decían...
Me arrepiento de haberme puesto este traje y convertirme inmediatamente en la CIA, puta vida.
Tal vez la vida de los países sea más interesante, eso no lo dudo, que envidia, me gustaría ser un país. Todos los sábados invitar a mis otros amigos países a comer hamburguesas, acompañados de pizzas y ricas, cervezas frías, invitarlos a una piscina, etc, etc, etc...
La gente me amaría.

Ahora mismo estoy con mí auto, estacionado en alguna calle que obviamente no conocía, mientras fumaba un cigarrillo.
Me ponía bastante triste el saber que España aún no era lo suficientemente consciente para entender lo que pasaba con su hijo, ésta situación le ponía los pelos de punta y realmente le molestaba la manera de actuar del español, se suponía que un padre tendría que entender, apoyar y enseñarle a su hijo todo lo básico para llevar una vida "normal" y en este caso, Argentina, no tiene intenciones de seguir viviendo en este mundo, obviamente debe tener sus razones y a pesar de tener todo lo que un niño pudiera desear, en el fondo se sentía sólo.

- Ahh...- Di un largo y profundo suspiro- Quiero estar con ONU y FBI.- Al haber dicho eso, mí celular comenzó a sonar, lo tomé de mala gana y contesté.

- ¡¿Dónde está mí Bebé?!- Antes de que pudiera decir algo, una mujer gritó desesperadamente.

- Señora, cálmense...- Se trataba de Italia, la esposa de España y la "madre" de Argentina.- Su hijo está hablando con su esposo, creo que resolvieron las cosas...

- ¡¿En serio?! Eso me alegra... ¡Cuando le ponga las manos a ese español por haberme dejado aquí sin saber nada!- Se escuchó desde la otra línea. El enojo de la Italiana solamente provocaba que una ligera risa se escapara de mis labios.

- Estoy seguro que todo está...- Antes de terminar la oración, pude ver claramente una pequeña figura celeste y blanca con un sol en el medio, estaba corriendo con lágrimas en los ojos.

- ¿CIA? ¿Hola...?

- En otro momento te llamo- Le corté inmediatamente para salir del auto y seguir al pequeño país que se encontraba corriendo sin dirección alguna.
¡¿Ahora que habrá hecho el papanatas de España?!

Narrador omnisciente

La CIA perseguía sin cesar al pequeño país que corría sin parar mientras derramaba lágrimas de sus ojos.
Argentina se cansaba poco a poco pero sus pies no respondían y seguía corriendo, quería parar, quería parar y descansar un poco, pero su cuerpo no respondía.

- ¡¡Argentina, Espera!!- Por otro lado, aquel policía de gafas oscuras, en cada minuto se cansaba más, pero no podía parar, no ahora que tenía tan cerca al de celeste y blanco.

- N-no puedo...- Al parecer el cuerpo de Argentina llegó a su límite y provocó que su trote disminuya, no podía divisar bien las cosas y su cabeza estaba dando vueltas, cerró los ojos y sintió que su cuerpo se hacía plomo, el pequeño portador del sol se había desmayado, y por culpa de la distancia que mantenía con el policía, no alcanzó a tomarlo, una vez cerca, el de gafas se arrodilló al lado del débil y dormido cuerpo del menor.

- Tarado... Te dije... Que pararas- Por cada palabra que decía, tomaba una bocanada de aire para recuperar el oxígeno de sus pulmones, el trote no era lo suyo.

- ¡¡Argentina!!- Pude divisar a lo lejos un país que contenía los colores rojo y amarillo, así es damas y caballeros, se trataba de España, el padrastro del menor.

- ¡¡España, aquí!!- Gritaba mientras agitaba su mano para poder captar la atención del Español y milagrosamente dió resultado. El Europeo se percató de la presencia de dos siluetas bastantes conocidas y corrió en dirección a ellos.

- ¡¿Qué pasó?!- Gritó agotado mientras se arrodillaba al lado del policía.

- ¡Eso mismo quiero saber, cárgalo y llévalo a mí auto!- El mayor asintió y cargó a su hijo estilo princesa para llevarlo al auto de la agencia.- ¡En un rato te alcanzo!- Gritó para después levantarse lentamente mientras recuperaba el aire, al estar un poco incorporado, tuvo que poner ambas manos en sus rodillas mientras intentaba controlar su respiración.

El teléfono del policía comenzó a vibrar y no tuvo más opción que atender.
Antes de que pudiera decir algo, una ruidosa voz llena de rabia y desesperación inundó el pobre oído de la CIA.

- ¡CIA!, ¡Taglierò le tue braccia e gambe! Ti lascerò sanguinamento a morte lentamente! (¡CIA! ¡Te cortaré los brazos y las piernas! ¡Te dejaré desangrarte lentamente!).

- Perdón por esto- Contestó con miedo mientras se separaba el celular de la oreja y cortaba la llamada.- Estoy muerto...- Dicho esto, solo se limitó a correr nuevamente hacia su auto, en donde lo estaba esperando España con cara de preocupación, estaba sentado en el asiento del copiloto mientras observaba a su hijo, el cual estaba recostado en la parte de atrás, las cosas se estaban volviendo cada vez más preocupantes para todos, pero lo único que importaba ahora, era saber si Argentina estaba bien.
Su padre deseaba con todo su corazón, que su hijo estuviera a salvo, para poder pedirle perdón...

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