Capítulo 5. Shelby

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El bosque se había transformado en un campo de batalla, mirara donde mirase había "personas" peleando.

Los cazadores atacaban con sus incontables y mortales armas mientras que los hombres lobo atacaban y se defendían con su propio cuerpo, otros simplemente huían. Yo estaba tras unos arbustos con mi mochila, un antifaz y la capucha de la chaqueta. A mi lado había un grupo de cazadores también escondidos que no podían verme, estaban demasiado centrados en asesinar a un montón de adolescentes. Algunos de los hombres lobo se nos aproximaban sin saber lo que les esperaba aquí. Lancé una flecha con la punta explosiva a un árbol que comenzó a soltar chispas provocando que se fueran corriendo por dónde venían. Me alejé rápidamente  de los cazadores que comenzaban a atacarme. Corrí todo lo que pude pero no parecía suficiente, ellos eran demasiados e iban armados hasta los dientes. De repente sentí un empujón y como me llevaban en volandas. Le miré a la cara.

-Scott –susurré. Él me miró intentando reconocerme.

-Bájame, Scott –me ignoró y siguió corriendo- Ahora –hizo caso omiso así que eché el brazo hacia atrás, saque mi pistola glock 48 y le apunté a la cabeza. Me soltó de golpe propinándome un buen culetazo y salió pitando. Repté hasta colocarme tras  un gran árbol.

Scott se unió a los demás hombres lobo, que seguían huyendo y atacando sin ton ni son.

Pegué un bote al ver como una flecha se clavaba en el árbol justo al lado de mi cabeza, me agaché  y apunté con mi arma al frente ¿Dónde diablos estaba? Moví el arma a mí alrededor de mi campo visual pero sentí un pinchazo en el brazo ¡Mierda! Disparé a mi derecha y escuché un grito, me acerqué lo justo para comprobar que seguía vivo y me escapé lo más rápido que pude. ¡Dios! Como me dolía el brazo. Jamás me habían disparado y menos un cazador. Si me dijeran hace dos años que un cazador de me iba a disparar no lo habría creído y ahora estoy con una buena flecha incrustada en el bíceps. Partí la flecha siseando de dolor pero por mucho cuidado que tuve acabé gimiendo al sentir como la parte afilada me rasgaba el músculo. ¡Joder! Espero que a ese capu11o le haya dolido más mi disparo.

Uno de los cazadores pasó por mi lado.

-Socorro –Gemí sentándome en el suelo.- No sé qué ha pasado, solo quería hacer fotos. –balbuceé echándome a "llorar". Mi madre siempre decía que tenía talento para el teatro.

El cazador se agachó a mi lado.

-Oh, mierda. –Me agarró la mano- No es muy grave pero te llevaré al hospital ¿Vale?

-No...Mis padres no saben que estoy aquí –Dije sin dejar de llorar.-Me duele –gemí.

-Tengo que llevarte ¿Cuántos años tienes? ¿Eres menor?

Asentí.

-Voy a llevarte al hospital, te ayudaré a levantarte.

Saqué la glock de la cinturilla de mi pantalón y le disparé el muslo.

-Gracias pero puedo yo sola. –me levanté y le miré. –Dije que no quería ir al hospital y soy muy testaruda.

-Puta

-Gracias por eso también. –le dediqué una sonrisa falsa y salí corriendo.

Me estaba empezando a marear así que decidí volver a ocultarme hasta que toda esta m1erda acabara. Cada vez me sentía peor, los ojos se me empezaban a cerrar. El dolor me estaba matando, es una de las peores cosas que he sentido y creo que lo peor es saber que sigue ahí metida.

Escuché varios disparos y un fuerte gruñido, lo que claramente significaba que alguno había salido herido. Intenté mirar a través de las hojas pero no conseguí divisar nada.

Cuando dejé de escuchar barullo salí de mi escondite y me acerqué al lugar donde había escuchado los disparos. En el suelo había tendidos dos cuerpos. Uno de ellos era un cazador que parecía totalmente muerto pues tenía el cuello completamente desgarrado y a su lado estaba uno de los hombres lobo, me acerqué a él. Lo iluminé con mi teléfono  y pude ver que tenía todo el estómago manchado de un líquido viscoso negro.

-Dime que no estás muerto, por favor. –le tomé el pulso, no había movimiento, no podía sentir nada. –sobrevive, por favor. –Le arreé con todas mis fuerzas en la mejilla y su pecho comenzó a moverse de arriba abajo, pero él seguía sin reaccionar. –Tenías que ser tú ¿No? –Le pregunté, aunque sabía que no podía contestarme- No me quejo, no estás nada mal –le agarré de los brazos y tiré de él. –Pero pesas como el demonio.

EngDeCipriano gracias por comentar,votar y no te preocupes por no haberte pasado antes cielo.

Clifforever gracias por los votos :)

Grenade (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora