Capítulo 44 Derek

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Me fue inevitable despertar e ir siguiendo el olor a bacon desde el sofá (Dónde había dormido) como un perro hambriento.  Si Shelby era buena cocinera me casaría con ella al instante.

Para mi mala suerte la que estaba cocinando era su amiga embarazada. Me acerqué a ella.

-¡Qué bien huele! ¡Qué hambre!

-Se me antojó el bacon así que hice para todos. –Me contestó sonriente. Parecía de buen humor.

Me puse a su lado y saqué los platos y cubiertos.

-Será mejor que te ayude. 

Me contestó con una sonrisa.

-Eres diferente –Dijo como para sí misma.

-¿Diferente a qué? –La pregunté extrañado.

-A cómo creía que eras. –Se paró a mirarme un momento- Eres totalmente su tipo, solo tienes que aguantar. Cuando quiere puede ser muy cabezota.

Me pillé sonriendo a mí mismo.

-Sé que se va a ir –Murmuré.

Ella me miró a los ojos casi asustada.

-No dejes que lo haga, por favor. Derek.

Iba a contestar cuando apareció Shelby con el pelo enmarañado, una camiseta blanca de manga corta y unos pantaloncillos. Tenía una imagen digna de un ángel.

-¡Qué hambre! ¿Habéis cocinado? –Pregunta sonriendo. Se ve que si se despierta con buen pie y va cogiendo mala leche durante el día.

-Lo ha hecho él. –Me señala Nelly. La miro interrogante y recibo un codazo por su parte.

-Gracias Derek. No sabía que cocinabas.

Se sentó frete la mesa haciendo que la siguiésemos.

-Ni yo tampoco –Mascullo.

Nelly rio. Me fijé en shelbs que masticaba su bacon felizmente hasta que se encontró con mi mirada fija en ella. Sonrió.

-Está buenísimo. Hacía un montón que no comía algo que no fuese precalentado.

Recibí una patada en la espinilla por parte de Nelly, la miré enfadado y me sonrió inocente.

-Gracias. –Contesté alegrando a Nelly.

El timbre sonó haciendo que me sobresaltara. Me levanté y abrí la puerta encontrándome al bruto.

-¿Está mi mujer? –Preguntó directo.

-Hola. –Contesté.

-¿Está aquí o no?

Me rasqué la barbilla fingiendo que pensaba  en ello.

-Pues…No lo sé.

-Derek basta ya. –Me regañó Shelby golpeándome la espalda. –Entra, Kell. –El bruto obedeció y ella le miró de arriba abajo. –Tienes una pinta terrible ¿Qué has hecho?

-Pensar.

Nelly salió de la cocina y ambos se miraron. Ella intentaba contenerse las ganas de tirarse a sus brazos y el parecía duro como una roca hasta que relajó los hombros se le acercó y encerró la cara de su mujer entre sus manos.

-Lo dejo. –Le confesó provocando que se la iluminasen los ojos. –Lo dejaría todo por ti y lo sabes.

Nelly se lanzó a sus brazos uniendo sus labios.

Pretendí darles algo de intimidad mirando hacia otro lado encontrándome con ella, con mi ella. Tenía la mirada puesta en la pareja y sonreía. Iluminaba toda la habitación con esa  sonrisa. Me tomé la libertad de pasar el brazo por sus hombros y ella se pegó a mi cuerpo.

-Vamos a darles intimidad, Shelbs. –Susurré en su oreja.

Grenade (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora