Capítulo 29 Shelby.

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En casa me aburría como una ostra y solo eran las dos así que decidí salir a pasar el día fuera.

Fui a un centro comercial a comprar algo de ropa que necesitaba. Lo de ser protectora de "animales" hace que se te rompa un montón de ropa.

Escogí dos vaqueros negros, botas militares un par verde y el otro negro y otra chaqueta de cuero para mi “trabajo”. Además me pillé una camiseta de tirantes blanca y unos zapatos de tacón que sabía que no me pondría pero que al verlos me habían enamorado. Ya podrían ser un hombre guapo y que también se enamore de mí, pero cada una que disfrute con lo que tiene y yo por ahora disfrutaré de mis zapatos nuevos.

Después comí en un restaurante nada fino un filete con patatas, nada más acabar salí por patas. Olía a tabaco y basura ahí dentro.

El resto de la tarde la pasé en un garaje alquilado donde tenía la mayoría de mis armas desde una pequeña navaja hasta mi AK 47. También tenía un maniquí de madera con el que entrenaba mis golpes, una barra para las dominadas, un saco de boxeo, pesas y un botiquín bastante necesario si recuerdo mi pasado cuando estuve aprendiendo a utilizar los nunchakus. Allí estuve practicando tiro y haciendo ejercicios de resistencia ya que la última vez me toco correr un montón y mis piernas no estuvieron por la labor.

Ahora me encontraba en un bar frente a la barra con el segundo chupito de tequila en la mano. El camarero (quien no me quiso dar mi tequila hasta que no le enseñé el carnet de identidad) me miraba constantemente cosa que me hacía sentir alagada e incómoda a la vez porque, aunque era un tipo guapo no era mi tipo. Se puso cara a cara contra mí y me acercó un vaso con ron cola. Le miré extrañada.

-Invita la casa. –Me dijo enseñando una perfecta sonrisa.

A ver, él tenía el pelo oscuro, ojos azules, rasgos definidos y como he dicho antes una sonrisa perfecta pero a mí no me terminaba de convencer. Soy más de hombres morenos, de espalda ancha, mas masculinos  y con barba. Ya sería perfecto para mí.

-Gracias.

-De nada –sonrió de nuevo. –Es la primera vez que viene una chica guapa así que tengo que convencerte de que vuelvas.

El chico tenía labia y sabía utilizar sus puntos fuertes como por ejemplo pasándose la mano por el pelo una y otra vez.

-Puede que vuelva.

-Con eso no me vale. Tienes que prometerlo.

Sonreí.

-Soy una chica mala. –Le coqueteé- Si no sigo viva no puedo volver.

-Me gustan las chicas malas –Dijo levantando ambas cejas.

Lo suponía. Me bebí el chupito que aún tenía en la mano. El camarero sacó una botella.

-¿Quieres otro?

Negué y el llenó el vaso y se lo bebió de un trago.

-¿Te dejan beber en el trabajo?

Me miró con una sonrisa coqueta.

-Digamos que yo también soy un chico malo.

Me pasé la mano por el pelo.

-Y ¿Cómo se llama este chico malo?

-Neal –Contestó deslizando un mechón de mi pelo entre sus dedos. -¿Y tu?

-Si te lo dijera tendría que matarte –Le dije llevándome el vaso de ron cola a los labios sin quitar la mirada de sus ojos.

Agradecimientos: ZanahoriaSersy, flopiimaggie,LulyPirizz, fan_teen_wolf, Jani_caguaidesne,giiselaa9, Amelia_Smeet.

Grenade (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora