Capítulo 7. Shelby.

4.6K 329 6
                                    

El brazo aun me dolía ¡Menuda forma de coser tiene mi prima! Parece que se me ha metido una serpiente en la piel.

Intenté olvidarme de ello y salí de la habitación.

-Hola, heroína ¿Ya has dejado de soñar con salvar a hombres lobo? -Preguntó socarronamente ella.

-Después del diseño que me has dejado en el brazo me olvidaré durante un tiempo de salvar a nadie así que más te vale no ponerte en peligro.

-Tonterías…Te he de dejado un brazo precioso. –me dijo acercándome un plato de huevos con bacon. Se me hizo la boca agua solo con verlo.

-Algún día harás a un hombre muy feliz con desayunos así. –dije llevándome un trozo de bacon a la boca.

-Paso. Los hombres dan demasiado trabajo y luego nunca agradecen nada.

-¿Qué dices? Ni si quiera te acercas a los hombres, empiezo a pensar que eres lesbiana. -Me reí.

-Odio a los hombres pero no tanto como a las mujeres. Son todas unas falsas.

-Ahí está la razón de que no tengas amigas.

-No te preocupes ya montaremos una fiesta con todas tus amigas –dijo con sarcasmo.

-Tengo una amiga –me miró escéptica- Es verdad. Se llama Ángela.

-¡Enhorabuena! Ya tienes una más que yo.

La empujé.

-Que tonta eres. ¿Derek aún no se ha despertado?

-Sí, y se ha ido.

-¿Se ha ido? Te dije que necesitaba preguntarle algo. -Exclamé. Será pedorra.

-Es un caradura. Se puso muy agresivo.

-Venga ya. Es inofensivo (con los humanos). Seguro que le has hecho algo. Las dos sabemos que eres muy arisca y como bien acabas de decir odias a los hombres.

-Puede que le gritara un poco y le echara en cara que tú tuvieses una flecha en el brazo por su culpa. Quizá lo haya hecho. Sí. Quizá lo hiciera.

-Genial –contesté sarcásticamente.- Al menos le pusiste el acónito ¿No?

Ella me miró y se terminó de beber su zumo. Se levantó de la silla y empezó a recoger los platos.

¡Mierda!

-¿No lo has hecho? -Grité.

Se quedó callada.

-¡Joder! ¡Joder! Lo acabas de dejar morir.

-¿Tan malo es que no le metiera el dichoso acónito? No tenía ni idea de que tenía que hacerlo. Siempre soy la que mata a los hombres lobo no la que los salva. Yo metía el acónito y los dejaba morir. -Se justificó como si asesinar a un tío no fuese importante.

-Hay que meterle acónito en el agujero de la bala, de lo contrario, morirá. Le deben quedar unas tres horas. ¿Qué has hecho entonces?

-Saqué la bala, le cosí y le vendé. -Contestó.

-Oh ¡Venga ya!

Fui corriendo hacía mi habitación y me vestí. Volví lo más rápido que pude a la cocina.

-Vamos. Tienes que ayudarme a encontrarle.

AGRADECIMIENTOS A LOLITA456,  RUBCULLENHALE00, XXDAARKKNESSXX Y LULYPIRIZZ.

Grenade (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora