Grenade (Sin Editar)

Capítulo 11 Shelby.

En cuanto vi que el tipo que Ángela había traído a casa era Derek obligué a Zoe a subir a la habitación con mi mochila.

-¿Qué vas a hacer? –preguntó Ángela con cara de susto al verme sacar mis armas. -¿Lo vas a sacrificar?

-¿Qué? ¡No! Necesito que te tranquilices o que te vayas. Zoe –la señalé- Tú le coserás luego. No va a poder curarse por sí mismo, ha pasado mucho tiempo, Stiles tu meterás el acónito y Ángela, tú no mires.

-Que yo ¿Qué? –exclamó Stiles.

Lo ignoré y le toqué el pómulo a Derek.

-No te mueras –susurré.

Alargué el brazo hacia la mesilla de noche dónde había dejado las armas, cogí una daga y le quité la venda del estómago. Los puntos que le había cosido mi prima estaban repletos de ese líquido viscoso negro pero también había un montón de sangre, cosa que era una muy mala señal.

Rocé los puntos con el filo de la daga y la clavé lo más profundo que pude y arrastré la daga abriendo la herida todo lo posible. Derek solo tuvo un pequeño espasmo. Estaba mucho más muerto que vivo pero había que intentarlo.

Saqué la daga dejando la piel y la carne abierta.

-Stiles, es tu turno. –le apunté con el dedo.

-Oh, no. No puedo.

-Stiles, por favor. O lo haces o está muerto. -Exclamé.

-Hazlo tú. No me atrevo. Me da mal rollo. –se volvió a intentar escaquear.

Ángela se levantó de la mesa de escritorio y cogió las balas.

-¿Qué tengo que hacer?

Creo que yo no fui la única, todos la miramos con la boca abierta.

-La va a palmar. No tengo ni idea de qué hacer pero parece que tú sí. ¿Qué hago? 

Decidí que si ella quería meterse en esto yo no tenía que alejarla. Rodeándose de personas como nosotros tarde o temprano se enterará de todo, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de los que conocen a Scott lo saben

-Abre las balas, saca el polvo que hay dentro y se lo metes en la herida ¿Podrás? Es veneno, pero al metérselo de nuevo se anula el efecto.

Ella hizo lo que le pedí: primero abrió los cartuchos, se echó el acónito en la mano y lo metió dentro de Derek. Ahora solo me preocupaban dos cosas: la reacción de Ángela al ver como se curaba el lobito y que él muera.

-Zoe, cóselo.