Grenade (Sin Editar)

capítulo 42

Para mi sorpresa la pareja no fue la única en venir, Derek les acompañaba desde atrás pero casi pisándole los talones. Él entro en una sala con el sheriff Stilinski mientras yo les seguía con la mirada.

-¿Serás mi abogado? –Le pregunté a Kellan.

-Sí. Aunque tu amiguito dice que lo tiene todo controlado. –Contestó de mala gana.

Sonreí un poco y esperamos a que salieran. Nelly no dijo ni una palabra desde que me vio y parecía triste. Espero que no haya peleado con Kellan o que no esté decepcionada por mí. La miré intentando atraer su atención pero esquivó mi mirada. Definitivamente estaba así por culpa mía. Me mordí el labio

Stilinski y Derek salieron de la sala y se acercaron a nosotros.

-Eres libre. –Dijo el sheriff liberándome de esas esposas.

-Pero… -Dijo Parrish.

-Pero nada. Derek ha contado su versión de la historia y es cierta, además ha traído pruebas.

-¿Y cuál es esa versión? –Preguntó el agente interesado.

-Estuvieron allí una hora antes del asesinato haciendo…bueno teniendo… Teniendo intimidad.

Miré a Derek sorprendida y él se encogió de hombros.

-Tenía que decir la verdad para que te soltaran, nena. –Sonrió de forma coqueta.

-Vámonos –Masculló  Kellan saliendo a toda prisa enfadado.

Le eché a Derek una mirada de reproche y fui tras él.

-¿Qué es lo que pasa? –Le espeté a Kellan. -¿Qué he hecho? No es culpa mía estar así.

No me contestó.

Derek y Nelly salieron al exterior de la comisaría dónde estábamos nosotros. Kellan pasó por mi lado hecho una furia, se plantó frente a Derek y le propinó un puñetazo en la cara. Nelly se quedó tan sorprendida como yo que me quedé paralizada en el sitio. A Kellan no le bastó con un puñetazo y volvió a pegarle pero Derek no se defendía, solo le miraba y creo que eso era lo que más furioso le ponía a su atacante.

-¿Quieres más? –Exclamó Derek – Aun no me ha dolido. Venga. –Le provocó. Pero ¿Está loco? Kellan no es un tipo al que se pueda provocar.

Dejó de golpearle la cara que había quedado amoratada y siguió con el estómago.

-¡Kellan! –Gritó su mujer intentando llevarle consigo.

Reaccioné y me puse en medio de ambos con la intención de proteger a Derek. Recibí un golpe en el hombro. Me quejé y Derek  me cubrió con su cuerpo, se le estaba haciendo una costumbre hacerlo.

-Mierda, Shelbs. Lo siento. –Murmuró arrepentido Kellan con las manos en la cabeza.- No quería pegarte a ti.

-Pues lo has hecho –Le acusó mi ahora protector –Y por nada. No nos hemos acostado.

Kellan nos miró para luego fijarse en su mujer quién estaba sentada en el suelo cubriéndose la cara con las manos. Él suspiró y se agachó a su lado.

-¿Y si me hubieses pegado a mí? Yo también te estaba separando. Sabes lo que podría haber pasado.

Él la intentó abrazar pero su mujer puso la mano en su pecho.

-No puedo seguir así, Kell.

 Gracias a todas!

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