Capítulo 34 Derek.

2.8K 208 10
                                    

¿Un ataque de ansiedad? Qué suerte la mía.

La miré. Cada vez tenía peor pinta.

-¿Te ha dado alguno antes? –La pregunté acercándome a ella despacio. No quería que su estado empeorase.

-Cuando asesinaron a mis padres –Confesó agarrándose el pecho. –No recuerdo lo que había que hacer.

-Yo puedo ayudarte pero tienes que mantenerte tranquila.

Me coloqué detrás de ella y la rodeé con mis brazos.

-¿Me sientes? –Se mantuvo en silencio, asumí que era una respuesta positiva. –Cierra los ojos y respira conmigo. Notas como se llenan mis pulmones ¿Verdad? Respira a la vez. –Aconsejé en voz baja- Inspira, expira…Así muy bien.

Poco a poco se fue relajando en mis brazos.

-Lo estás haciendo muy bien, Shelbs. –La animé susurrando.

-Creo que ya estoy bien. –Dijo después de un rato.

La aparté el pelo de la cara llevándoselo hacía atrás.

-Bien.

-Gracias, Derek ¿Habías hecho esto antes?

Me giré para quedar cara a cara con ella.

-Me informé sobre los ataques cuando supe que Stiles y Scott los habían Padecido. –Me miró con una especie de sonrisa- Vuelve a la cama.

La conduje empujándola suavemente con la mano en su espalda.

-Quiero que me cuentes cosas sobre ti.-Propuse.

Me tumbé a su lado mirándola.

-Dilo claro. Quieres saber lo de mis padres.

Ha dado en el clavo.

-Me has calado. –Admití algo avergonzado.

-Es una larga historia ¿Sabes?

-Creo que tenemos tiempo de sobra. –Señalé la habitación dando a entender que estábamos solos y que seguiríamos por un tiempo allí.

-Hubo una cacería –empezó a relatarme- Estábamos los tres (Mis padres y yo) Mi madre atacó a un hombre lobo que estaba totalmente descontrolado por la luna y él se abalanzó hacía ella, la mordió. –Esperé un momento a que siguiese ya que se había callado.- Hay un código. Los hombres lobo son las criaturas que odiamos y si nos muerden o nos convertimos o morimos. No podemos quedarnos con la duda, así que según las reglas, si un hombre lobo te muerde debes matarte  o dejar que te maten.

La interrumpí.

-¿Seguro que quieres contármelo? No quiero que te pongas mal ni nada.

Encogió los hombros.

-Lo tengo totalmente asumido. Bueno… Mi madre estaba embarazada por lo que no se atrevió a suicidarse, mi padre se negó a hacerlo. Huimos. Nos pareció más importante la vida de mi hermano que ella se volviese una bestia. –Alcé las cejas sin interrumpirla.- Perdona –Se disculpó- Estuvieron un tiempo siguiéndonos allá donde fuésemos. Hasta que un día asesinaron a mi madre y no conformándose con eso se cargaron también a mi padre poniendo de escusa que sería una amenaza para ellos. Yo tenía dieciséis años cuando pasó. Me estuve escapando de los servicios sociales falsificando papeles para acabar el instituto en otro lugar. –Hizo una pausa- Desde entonces  no hago más que esconderme.

Parece que tenemos más cosas en común que una simple atracción. Ella también había perdido a su familia y vivía escondiéndose de los cazadores.

-¿Quieres saber algo más?

No lo pensé mucho antes de contestar.

-¿No te gusto porque soy un hombre lobo?

Hizo una mueca.

-Es complicado. Tengo que escapar constantemente. Me permito líos de una noche. Contigo no podría tener solo eso. –Admitió.

-Bueno… A mí pocas veces me encuentran.

-Eso no te lo crees ni tú. Conozco tu historia.

Sonreí.

-Puede que me hayan pillado unas cuantas veces y me haya llevado un montón de disparos, pero sigo vivo ¿No?

-Eso no es suficiente para mí, Derek. Yo no me regenero rápidamente.

“Podría transformarla” pensé.

 Pero si fuese lo que ella quería ya me hubiese pedido.

La puerta se abrió sorprendiéndonos a ambos. No creía que me fuese a divertir tan pronto.

-Neal –Dijo sorprendida.

Miré al tipo que iba todo de negro con unas botas grises.

-Te dije que te quedases a dormir, preciosa. Si lo hubieses hecho no estarías aquí.

Se acercó a la cama y la acarició un pecho.

Rugí rabioso y le aparté la mano clavándole las uñas en la piel.

Me miró asustado.

-Hijo de Puta! –Exclamó.

Escuché un gatillo sonar para después notar el impacto de una bala en mi cuello.

-¡Derek! –Exclamó mientras caía a la cama con la mano en la herida.

Grenade (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora