El suelo no era para nada cómodo pero había dormido en situaciones peores. Al menos tenía el cojín. Pensé mientras lo recolocaba para pillar una buena postura aunque eso era algo que parecía imposible.
Estuve mirando al techo como un imbécil unas tres horas hasta que la puerta de la habitación en la que dormía Shelby se abrió. Me hice el dormido mientras la veía salir descalza con una camiseta de rugbi que le había dejado el tipo duro y que le favorecía demasiado. Tenía un par de piernas largas que desde el suelo se podían apreciar a la perfección. Algo bueno tenía que tener esto.
Entró en la cocina, escuché el sonido del agua cayendo del grifo y poco después apareció ella. Con un vaso en la mano. Cruzó el salón pasando cerca de mí y cuando llegó a su puerta se quedó quieta observándome. Esperé un momento pero al final me resultó gracioso.
-Si sigues mirándome así voy a empezar a pensar que te gusto. –Dije. Ella pegó un gritito y se aferró aún más al vaso.
-¡Joder! ¿No estabas dormido?
-No. No puedo coger el sueño. –contesté.
-Ya somos dos.
-Si vas a desperdiciar esa preciosa y cómoda cama podrías quedarte a hacerme compañía. –Propuse. Ella pareció pensarlo pero luego se acercó dubitativa- No voy a morderte. Vamos.
Se sentó a mi lado. Le pasé mi cojín y la indiqué que se tumbara.
-¿Por qué no puedes dormir? –La pregunté.
-Sufro de insomnio. Muchas noches soy incapaz de apagar el cerebro y me tiro toda la noche pensando.
-¿En qué piensas?
-En todo. –Le hice un gesto con la mano para que continuase- En seguir con la vida que llevo o entregarme.
Negué con la cabeza.
-Si has llegado hasta aquí ¿Para qué tirarlo por la borda?
-Eso pienso yo –Admitió con una sonrisa.
-Nunca sé cómo pillarte.
Arrugó la frente.
-¿Por qué?
-Me salvas y te escabulles, me hablas y luego me odias, dejas que te toque y luego parece que te quemo solo con un pequeño roce, y ahora conversamos tranquilamente pero siento que se va a acabar tan pronto que ni me voy a dar cuenta.
Me miró con una expresión que no supe identificar.
-Ni yo sé por dónde cogerme. –Admitió.- Yo…No me relaciono con gente. Soy así. No tengo idea de cómo hacerlo.
-Yo tampoco es que sea muy sociable pero me gustaría serlo contigo. Si me dejases.
-No quiero ataduras. Me iré en muy poco tiempo. -Se limitó a contestar.
-¿Por qué? ¿Dónde? –pregunté. No pretendía parecer tan desesperado como había sonado.
-La mayoría de los cazadores saben mi paradero. No quiero acabar bajo tierra. ¿Dónde? –Repitió mi pregunta- Aun no lo sé.
-¿Te irás sin más? Sin mirar atrás. –Asintió en respuesta. –Pensaba que tenías ya amigos aquí ¿Dejarás el instituto?
Soltó una carcajada.
-El instituto es solo una ayuda para vigilar a Scott y compañía. Yo ya estoy graduada. Puede que te parezca “pequeñita” –Citó la palabra con la que la describí esta tarde que la molestó tanto.- Pero tengo veintidós años.
La miré de arriba abajo ¡Wow! parecía de 16, pero sexy.
-Yo no volvería al instituto ni aunque me pagasen.
-Si seguro que eras muy popular. Tendrías a todas suspirando por tus huesos. -Comentó jocosamente.
La miré haciendo una mueca.
-Yo solo quería que suspirase por mí una. –Admití en un susurro.
-Eso suena a ruptura adolescente.
-Algo así. –murmuré.
Jamás olvidaré cómo me miraba Paige sabiendo que moriría en mis brazos. Y todo por culpa mía. Ojalá no hubiese sido tan gilipollas.
Agradecimientos: macica1809, giiselaa9, aliceano50, , Jani_caguaidesune, Rubcullenhale00, ZanahoriaSersy, XxDaarkknessxX, LulyPirizz, Amelia_Smeet.
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Grenade (Sin Editar)
FanfictionBeacon Hills es como una granada colgada de la anilla que con un pequeño golpe de viento explota provocando catástrofes. Derek tendrá que enfrentarse a estas catástrofes y aunque cuenta con la ayuda de Scott y su manada también tendrá que luchar con...